Las complicidades del poder interno hunden a la Universidad Autónoma de Nayarit
Oscar González Bonilla
27 de noviembre de 2016
*LO QUE OCURRE A LA UAN, JUSTO ES REFLEJO DE LA CLASE POLÍTICA GOBERNANTE
Existe una red de complicidades alrededor del poder en la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), por tanto el ex rector Juan López Salazar no es un delincuente (“si es que lo es”) solitario, al margen de la ley pero con su anuncia se hicieron los millonarios desvíos de recursos, contundente afirma Lourdes Consuelo Pacheco Ladrón de Guevara, por años académica de la institución de educación superior.
Es de la idea de que se saneará la UAN en tanto se desmonte la red de complicidades alrededor del poder.
En el acto se remite a su propia interrogante: “Por qué Juan López Salazar (todavía con la estafeta de rector) no dio el último informe de labores. Por qué el Consejo General Universitario no le exigió que diera el último informe de labores, es la autoridad máxima de la universidad, sin embargo no tiene facultades para acordar algo diferente a lo que establece la ley”.
Lourdes Pacheco rememora:
“Otras compañeras y yo dijimos al entonces rector Francisco Javier Castellón Fonseca cuando propuso la reforma académica: mientras no haya reforma política no habrá reforma académica. La referencia era, y es, acabar con los privilegios y concesiones a los grupos de poder. Por eso ocurre lo que ocurre en la universidad”.
Prosigue: “Imagínate, los sectores se ponen de acuerdo para nombrar al rector, fue el caso de Juan López, sin que tuviera méritos académicos. Ellos estuvieron de acuerdo en sus informes de gobierno, y ahora se sorprenden y dicen ¡que no saben lo que pasó! ¡A qué horas! Esas son negociaciones que se hacen a través del poder. Y negocian una cosa para que les permitan seguir haciendo otra”.
“Yo me pregunto: si los líderes de los sectores universitarios sabían de este asunto, (desvío de 583 millones de pesos) qué grave; y si no sabían de este asunto, qué grave. Entonces para que están en la universidad. No puede ser que no se hayan dado cuenta de nada, como ahora lo pregonan. Ellos pusieron a Juan López como rector, por tanto son responsables de la administración de éste.
“Ahora, sobre el desvío de los dineros, no nos asustemos, es el reflejo de la clase política gobernante. Tenemos ejemplos de gobernadores que justamente hacen actos de corrupción que rayan en peculado. A la clase política en el poder no solamente no se le castiga con el mínimo de una sentencia, sino que no se le toca para nada, sólo recibe fintas como sucede en el boxeo. Entonces, no nos alarmemos, los rectores son parte de esa cúpula de poder que el mismo sistema ha creado para meter mano a los recursos. Tienen responsabilidad los gobernadores de Nayarit, la clase política no es ajena a lo que ocurre en la universidad.
Lourdes Pacheco está convencida de que el gobierno federal no puede seguir entregando dinero a un barril sin fondo, a una institución que no rinde cuentas como debe ser, de manera transparente.
Requiero su personal punto de vista para encontrar solución al embrollo en que se haya sumergida actualmente la Universidad Autónoma de Nayarit.
Considera que hacer justicia.
Y luego se lamenta que ello es algo que no se hace en este país, menos en nuestra entidad.
“Mientras no se castigue a los culpables, no hay manera de solucionar. Volveremos a perdonar, volveremos a tapar el hoyo con lo que sea, volveremos a convertirnos en neuróticos contemplativos, que solamente decimos pero no hacemos nada.
“Entonces, mientras no haya realmente una investigación, se deslinden responsabilidades, no sólo de Juan López sino de todos aquellos involucrados, no habrá cambio en la universidad. Porque lo más sencillo es dejar que todo pase, que las cosas se olviden y que vuelva, este rector, a soportar toda la carga de lo que tiene que soportar para poder levantar a la universidad.
“Y eso creo es justamente lo que no debemos hacer. Debemos dar la cara, debemos castigar a los culpables, debemos dar ejemplo de que esto no debe ocurrir. Pero no debe ocurrir no solamente en el desvío de los recursos, no debe ocurrir la venta de plazas ni toda esa economía informal, escondida, subterránea, tráfico de influencias que existe en la universidad.
“Eso queremos terminar para entonces sí la universidad pueda trabajar en un proyecto académico, donde los parámetros sean meramente académicos, aquí no se puede. Son pocos, o somos pocos, quienes trabajamos justamente en lo académico, pero son ellos los que tienen el control del poder, este poder ilícito, como quiera que sea es su poder que permite ilegalidades, mientras el poder universitario permita ilegalidades no vamos a prosperar como universidad.
“Basta con que demos un paso fuera de la universidad, basta que vayamos a un poblado cercano y veamos el abandono en que está la juventud rural. Esas no son palabras, ni que tenga yo afán misionero o guerrillero, de ninguna manera, como digo, salgamos del pavimento universitario para que veamos las necesidades sociales que tiene la población y que la universidad no da cuenta de ello. Y no da cuenta, porque se ha tomado a la universidad como gran negocio para acomodar familiares y hacer una serie de cuestiones que no abonan al surgimiento de la universidad, que no abonan al ser de la universidad.
“Esa es una realidad y una tristeza, porque los académicos no lo hemos podido cambiar porque no tenemos el poder, el poder lo tienen ellos, y lo tienen para seguir haciendo actos ilegales.
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