Inconsistentes anomalías
Sergio Mejía Cano
18 de noviembre de 2016
Pues todo este relajo de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), más bien se debería tomar con prudencia en el entendido de que como se dice vulgarmente y sin afán de ofender ni referirse a nadie en particular, “entre bueyes no hay cornadas”, porque hay varias inconsistencias referente a las transferencias monetarias que se dice han sido detectadas apenas hasta hace poco tiempo relativamente.
Inconsistencias porque se tiene entendido que cuando alguien deposita o le depositan arriba de 25 mil pesos, la institución bancaria a la que le llegó esa transacción tienen que prender sus focos de alarma e investigar de dónde salieron esos recursos a fondo y no quedarse campante con una explicación de que es por pago de honorarios o intereses o hasta pagos de cualquier índoles, y más tratándose si a quien le llegan enormes o millonarias cantidades a su cuenta, es una persona que no ha manejado a lo largo de su vida grandes cantidades de dinero, y no se sacó la lotería ni le pegó al melate o progol; y más aún, porque se ha informado hasta el cansancio por parte de las autoridades hacendarias que ahora sí irá con todo contra el lavado de dinero. Y algo similar a las transferencias millonarias que hoy se informa se hicieron por parte de la UAN a dos empleados como vigilantes, pues como que desde el principio debió haber despertado sospechas en la institución bancaria e informar de inmediato, porque se supone que en estos casos no entra el anonimato ni protección de confiabilidad y tampoco el secreto bancario.
Hoy en la mayoría de los medios informativos locales se da a conocer que ya se denunció al ahora exrector de la UAN, y ya se dieron a conocer los nombres de los empleados como vigilantes en la casa de estudios medios y superiores; sin embargo, esto podría ser nada más la punta de una madeja muy enredada y a la vez no tanto si se siguiera bien la hebra, porque si hay malversación de fondos, es obvio que hay alguien a quien seguir y ese alguien por fuerza tiene que llevar a algunos más, pues no es poca cosa lo que se ha desaparecido según las notas al respecto, pues se dice que no nada más se trata de las cantidades que aparentemente se le transfirieron a los vigilantes de la UAN, sino que se ha documentado que andan bailando otros tantos miles de millones de pesos que no aparecen por ningún lado; pero de ahí la prudencia con la que se tiene que tomar este argüende, ya que el escepticismo crónico que ha contagiado a gran parte de la ciudadanía se ha impuesto nuevamente debido a la posibilidad de que todo quede en una vil llamarada de petate y se apueste al olvido colectivo y tan, tan. A otra cosa mariposa.
Ahora bien: en caso de que en verdad estén involucrados en la transferencia millonaria esos vigilantes de los que se habla, ¿qué acaso ellos mismos no le dieron importancia al ver que sus cuentas bancarias se abultaban enormemente de un día para otro? Porque si se dieron cuenta y no denunciaron ante las instancias correspondientes, entonces quiere decir que estuvieron de acuerdo a que se les depositaran a sus cuentas esas cantidades que se informa les fueron ingresadas, y que no son honestos en modo alguno; aunque podría existir la posibilidad de que también ni cuenta se hayan dado de que utilizaron sus nombres para algo turbio. Porque se entiende que una persona con un gramo de honestidad al ver que hay anomalías en su cuenta bancaria ya no digamos por un faltante de dinero, sino por un excedente, como es ahora el caso, entonces también denunciaría de inmediato para que se investigara a la mayor brevedad posible, pero al parecer no ha sido así, ya que si es un modesto trabajador y de pronto le aparece en su cuenta de banco una cantidad de millones de pesos, pues denunciar sería lo primero que tendría qué hacer, pero si no lo hace, pues sí que se presta a sospecha inmediata de estar coludido y a sabiendas de que le ingresarían a su cuenta esa enorme cantidad.
El secretario general del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la UAN, prácticamente se desliga de conocer al vigilante al que se le transfirieron más de 300 millones de pesos, aduciendo que si bien el vigilante trabaja desde junio del 2015, no sabe quién es, “porque no fue propuesto por el sindicato”. Se entiende que por ley a ningún trabajador se le puede obligar a pertenecer a ningún sindicato; sin embargo, para ocupar un puesto, por lo regular se les da preferencia a los sindicalizados ante quienes no lo son, por lo que se supone que sí era conocido.
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