Un Senado sin senectud
Sergio Mejía Cano
08 de noviembre de 2016
Gran revuelo ha generado en las redes sociales y portales de internet la imagen en la que al menos cuatro miembros del Senado de la República posan portando camisetas alusivas en apoyo a la candidata presidencial de los USA, Hilary Clinton. Y más polémica se ha formado debido a que dicha imagen fue tomada en el mismo recinto del Senado y por lo mismo se intuye que subliminalmente le están dando la espalda al país porque detrás de ellos se observa el letrero emblemático que en cierta forma así se nos ha inculcado desde siempre: “La Patria es Primero”.
En el portal de internet SDPnoticias.com, se informa que quienes aparecen en dicha fotografía son las senadoras Dolores Padierna, del PRD y Mariana Gómez del Campo, del PAN, así como la senadora priista Hilda Flores y el perredista Zoé Robledo.
Desde luego que no tiene nada de malo que un mexicano se inmiscuya a favor o en contra de los candidatos presidenciales del vecino país del norte; sin embargo, en este caso quienes se están manifestando a favor de doña Hilary Clinton son senadores, representantes populares de nuestro país y en donde están haciendo este desfiguro es precisamente dentro de su propio recinto, ahí en donde se supone deben de regir única y exclusivamente asuntos nacionales y no de más allá; y más, por la frase atribuida al prócer nacional Vicente Guerrero de La Patria es Primero. Así que con la acción de estos senadores, ¿qué significará para ellos la esencia de dicha frase? ¿Cuál considerarán su verdadera Patria? Que se manifiesten a título personal y en otro lugar o en la calle estaría bien, pero no en el interior de la Cámara Alta, porque sí de por sí ya estamos por demás avasallados por nuestros vecinos; y más con la visita nefasta de Donald Trump, pues como que no se están mostrando muy patriotas que digamos estos senadores que en cierta forma agraviaron su propio recinto.
De hecho dos de estas senadoras no las traen bien todas consigo, ya que a Dolores Padierna le afectó en cierta forma el ser esposa de René Bejarano, más conocido como “el señor de las ligas”, por haber aparecido en un video recibiendo supuestamente enormes sumas de dinero de parte del empresario de origen Argentino Carlos Ahumada; y la señora Mariana Gómez del Campo, en determinado momento fue cuestionada por parte de la opinión pública, al hacerse públicas unas imágenes en donde se muestra en cierta forma cariñosa con un hombre, lo que en sí no tiene nada de malo, sino que se informó en su momento que los escarceos cariñosos los estaba llevando a cabo dentro de la Cámara, sin poner atención al trabajo legislativo por estar entretenida con su pareja sentimental. Y además, también ha sido cuestionada por ser prima de la señora Margarita Zavala de Calderón, por lo que se le atribuye que gracias a este parentesco ha ocupado sus curules la señora Gómez del Campo.
¿Pero qué se podría esperar de un Senado todo desvirtuado que ha dejado atrás su verdadera razón de ser? Si bien en los tiempos buenos del otrora partido aplanadora el PRI, sirvió siempre de comparsa, al menos se le daba una figura para lo que sirve un Senado en cualquier país que lo tenga; sin embargo, ahora que existe una pluralidad de partidos políticos dentro del Senado de la República, este se ha convertido más bien en una agencia de empleos para acomodar a los incondicionales, pero ahora también para colocar ahí a los junior de los que saltan de una curul a otra, es decir, de la Cámara Alta a la Baja y viceversa; de ahí que se haya modificado la edad límite para ser senador, pues ahora con 25 años de edad se puede llegar a la Cámara Alta sin más ni más. Y por cierto se dijo en su momento que dicha edad se había reducido para que pudiera estar ahí el llamado “niño verde” Jorge Emilio González Martínez.
Según los entendidos, “Senado” es referente a “senectud”, es decir, un Consejo que desde siempre ha existido en varias naciones, como en las que existían en Mesoamérica desde antes de la llegada de los españoles. Estos senados los integraban los más ancianos de las naciones para ayudar con su experiencia al buen desarrollo de sus comunidades. Y según la historia, fue el Senado Tlaxcalteca el que determinó ahorcar a Xicoténcatl el Joven porque se oponía a que los tlaxcaltecas se aliaran a los españoles. Y el Senado, creyendo que estaba equivocado y que ayudando a los españoles se quitarían el yugo Mexica para siempre, ahorcaron a su joven príncipe, quien afirmaba que también los tlaxcaltecas serían avasallados. Y así fue.
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