Algunos de los problemas de la evaluación educativa
Octavio Camelo Romero
07 de noviembre de 2016
Es imprescindible para la etapa actual de desarrollo del capitalismo mexicano no únicamente la evaluación, sino la redefinición de todo el proceso educativo nacional. Es una necesidad social del país re-conceptualizar "la educación nacional" de conformidad con las exigencias del desarrollo capitalista tanto en México como en el planeta, de las desigualdades sociales que vive el país y de las aspiraciones que cono mexicanos tengamos a corto, mediano y largo plazo.
En la actualidad ni el proceso educativo, ni las instituciones oficiales destinadas a educar a los mexicanos, ni las distintas organizaciones gremiales, ni los sistemas de evaluación, etc sirven al país. Desde hace más de 30 años son inoperantes. Desde Miguel de la Madrid iniciaron su declive. Junto al proceso de desmantelamiento del Estado Mexicano se dio la destrucción del proyecto de educación nacional y, pensando que construían un capitalismo “moderno” construyeron una "cosa de antemano echada a perder".
La educación nacional debemos dimensionarla no sólo desde la perspectiva de la transmisión de las experiencias y problemas de unas generaciones a otras, esto es desde la dimensión histórico-cultural, sino también y sobre todo, desde la dimensión humana del desarrollo de todas sus potencialidades, del desarrollo de habilidades, destrezas, sentimientos, emociones, actitudes, etc. Pero además la educación nacional debe formar y adiestrar no únicamente para solucionar los problemas irresolubles para las generaciones pasadas, sino solventar la problemática del presente y del futuro. En el caso de los mexicanos como resolver el problema del desarrollo de las fuerzas productivas de las pequeñas y micro empresas que dan ocupación al 80% de la mano de obra del país del sector formal y que se dedican a la producción para los mercados locales. Estos empresarios representan más del 90% del sector empresarial y menos del 20% del capital global.
Cada época demanda humanos con ciertas características. Hoy se demandan asalariados con competencias básicas y genéricas, fuerza de trabajo capaz de aprehender las novedades de su actividad, dado el ritmo acelerado del desarrollo tecnológico, obreros y obreras que sepan trabajar colaborativa e interdisciplinariamente, personal adaptable a un medio cambiante en periodos cada vez más cortos, en fin, hoy se demandan humanos con características distintas a las demandadas ayer. Y la educación nacional debe asumir ese compromiso. Ante tal situación se demandan pedagogías transdisciplinares, didácticas neuropsicológicas que además de basarse en la actividad, conjuguen la individualidad con la colectividad y permitan distinguir el género y las características del individuo. Estos aspectos son básicos para el desarrollo de todas las potencialidades de los individuos.
Incuestionablemente se tienen que reformar los docentes en activo y los curricula de las normales. Pero a la vez, se tienen que incorporar a este proceso primeramente a los padres de familia y al resto de familiares y vecinos de los lugares donde viven los educandos. La dimensión social involucra a toda la sociedad. Esto se vuelve problemático cuando quienes constituyen el entorno social inmediato no cuentan con la información requerida ni con la conciencia o convencimiento del propósito de desarrollar un humano integral. Es muy frecuente confundir la integracionalidad con la parcialidad. Y a todos estos aspectos debe de tener acceso una real evaluación educativa. En fin.
Comentarios