En déficit de UAN, todos tenemos responsabilidades, pero unos más que otros
Oscar González Bonilla
22 de octubre de 2016
Si no es con el concurso de todos, demasiado difícil será que la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) salga del bache financiero y túnel de atraso en todos los órdenes en que la sumergieron cuando menos tres de las anteriores administraciones rectorales y las corporaciones.
Inconcebible será tan sólo otorgar perdón y empezar de nuevo. No, se deben asignar responsabilidades, y quien haya cometido delitos tiene que pagar por ello. Si la universidad no da ese paso, manda mensajes de que la impunidad reina en la alma mater. Todos tenemos responsabilidades, es cierto, pero unos más que otros.
Puntuales son las expresiones de Lourdes Consuelo Pacheco Ladrón de Guevara, presa de irritación universitaria cuando oficialmente se enteró que la UAN está en quiebra financiera, que se han encendido focos rojos, retraso habrá en el pago salarial y prestaciones de fin de año para los académicos como ella.
Suelta: “En la universidad no todas ni todos los académicos tenemos el mismo acceso a los recursos, a diferencia de las administraciones (rectorales), líderes de los sindicatos o corporaciones. Nosotros, asalariados, tenemos derecho a compensaciones por productividad, otorgadas con base en evaluación anual y debemos luchar por ellas. Prácticamente a eso se reduce el acceso a los recursos.
“Ahora resulta que la universidad presenta déficits (financiero por mil 400 millones de pesos), pero no los cometimos los académicos sino otras personas. Aquí con claridad ubico a las administraciones, también a las corporaciones, de las primeras no una sino al menos tres anteriores sabían de la acumulación de estos déficits, sin embargo no se establecieron programas financieros que permitieran resolverlos, al contrario, se aceleraron.
Cita como ejemplo la contratación continúa de personal sin contar la administración con el debido sustento presupuestal. “Todo esto se remite a una serie de arreglos que permiten el ingreso de más personal del que realmente necesita la UAN. A diferencia de otras universidades, aquí no ingresan por concurso de oposición, sino por méritos partidarios o sindicales, entran justo a través de las corporaciones y, por consecuencia, se garantiza lealtad a ellas”.
Es idea de Lourdes Pacheco de que se trata de introducir miedo, hasta terror, cuando a los académicos se les machaca la inexistencia de dinero con el propósito de obligarlos a aceptar ciertas condiciones, pero afirma que eso no habla de una administración lo suficientemente proveedora.
Ante la quiebra financiera deberán con claridad establecerse responsabilidades, y entonces coadyuvar con la administración en la gestión de recursos. “Eso sí hacemos los académicos, gestionamos recursos para la realización de nuestros proyectos de investigación que enseguida se convierten en prestación de servicios a la sociedad, dinero que luego ingresa a la universidad”.
La Universidad Autónoma de Nayarit nació viciada de origen. No es a través del cierre de la institución para iniciar con nuevo modelo, una vez limpia de corrupción, como se solucionará el grave problema de quiebre financiero. La idea es jalar parejo todos, siempre con el apoyo de la sociedad nayarita, para buscar hasta encontrar medidas de solución.
Lourdes Pacheco considera que la administración rectoral que encabeza Jorge Ignacio Peña González está en ese camino: establecer participación y metas colectivas.
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