La defensa del contribuyente...

A lo largo de la historia, es un hecho que la tributación ha comportado una base importante para el sostenimiento de la administración gubernamental, toda vez que la captación de recursos por medio de la estratégica coparticipación de los gobernados, por ley, permite la erogación correspondiente en pro de servicios internos y externos, y cobertura de necesidades elementales.

Hasta ahí, lo anterior constituye básicamente la justificación o la razón de ser de la contribución colectiva a las arcas de la autoridad; no obstante, como toda obligación que representa un esfuerzo mayúsculo o hasta cierto sacrificio, sobre todo en este caso de impacto en la economía de las personas, no deja de haber cierta reticencia, y más todavía ante la no tan buena imagen que se ha formado tocante de lo justo de los criterios aplicados en la recaudación, al igual que el posterior manejo y destino del recurso, y hasta la información obtenida de cada contribuyente.

De conformidad, el complejo sistema tributario ha venido adaptando una extensa modalidad de estrategias mediáticas a fin de conservar, y en su efecto, ampliar la base recaudatoria ante la creciente evasión y las consecuentes mermas que se traduce en los ingresos, provocando desequilibrio en los propios egresos.

Pese a todo, la capitación “a César” no parece estar mejorando, fundamentalmente cuando la realidad económica, política, social y cultural de las mayorías, no les permite tener motivos ni alicientes para responder favorablemente, y menos cuando las reformas no han podido garantizar la eficacia y practicidad esperadas, de ahí las continuas quejas por equívocos, verticalidades, fallos numéricos y hasta técnicos, y ello, sin tomar en cuenta los cobros efectuados no pocas veces a libre arbitrio del plano local, lo que termina muchas de las veces en costos impagables para los que poseen mayor precariedad. Por ello, es que surge como un elemento lógico-que corrobora al mismo tiempo la problemática-, para la intermediación y tratamiento de tales irregularidades: la Procuraduría de la Defensa del Contribuyente (PRODECON), que de acuerdo a la definición publicitada en su portal mismo con sello del Gobierno Federal, “es un organismo público descentralizado, no sectorizado, con autonomía técnica funcional y de gestión, especializado en materia tributaria, que proporciona de forma gratuita, ágil y sencilla servicios de orientación, asesoría, consulta, representación legal y defensa, investigación, recepción y trámite de quejas y reclamaciones contra actos u omisiones de las autoridades fiscales federales que vulneren los derechos de los contribuyentes”.

El Secretario General Adjunto de Acuerdos Conclusivos de esta institución, Jacob Olvera Zúñiga, dio a conocer precisamente los últimos días, “los acuerdos conclusivos”, como el recurso con el que pretenden solventar los casos en los que se compruebe irregularidad de la parte fiscal, a fin de “estimular la cultura responsable en el pago puntual de las respectivas contribuciones”.

En conferencia, el funcionario explicó que los “acuerdos conclusivos” buscan en primer término pausar un proceso donde la autoridad exija una cantidad tributaria excesiva en función de alguna anomalía, a fin de ganar tiempo para estructurar la defensa y en su efecto, concluir el proceso con la cobertura que realmente corresponda.

Olvera Zúñiga consideró que el servicio que se presta “es de calidad”, de tal suerte que aquí, los contribuyentes nayaritas, “pueden tener la confianza de que cualquier situación que requiera la participación de PRODECON, no será susceptible de ningún efecto colateral o represalia, cuando se trate de beneficiar al propio contribuyente”.

En este marco, es de destacar pues, que sea el propio Gobierno Federal quien fomente la operatividad de PRODECON a fin de garantizar que la Secretaría de Hacienda cumpla eficazmente con su función, o al menos así se perciba; de tener un organismo de cierta manera independiente que dé asesoría externa y complemente lo que aún no es posible directamente de la autoridad.

Qué bueno entonces que PRODECON, alcance a demostrar con creces su razón de ser y, más que un complemento, o la parte flexible de Hacienda, logre hacer verdaderamente asequible la responsabilidad tributaria para todo el contribuyente, erradicando viejos vicios y fardos, y hasta leyendas urbanas de la existencia de “exenciones paradisíacas” en favor de los empoderados empresariales o de la praxis político-gubernamental.  La base contribuyente necesitad está, en efecto, de nuevos esquemas que sean garantes de practicidad, flexibilidad, honestidad, justicia y transparencia. ¿Se podrá cumplir la meta? Esperemos entonces.

El IEE y la elección del 2017

El Instituto Estatal Electoral (IEE), anunció recientemente los pormenores de su operatividad de cara al proceso electoral de 2017 en donde, de acuerdo a las “nuevas reglas” derivadas de las últimas reformas aplicadas a la ley electoral (y en proceso de sincronización con la Constitución Política del Estado), reconoció que habrá retos significativos, pero también expresó su confianza en el cumplimiento cabal de los elementos imprescindibles para el éxito: “legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad”, luego de la redefinición regulatoria en la incorporación desde candidaturas independientes, hasta tiempos, formas y presupuesto empleados en las múltiples acciones de proselitismo, y que en coordinación con las instancias locales (Tribunal en materia electoral) y  federales (Fiscalía para la Atención de Delitos Electorales), se pueda  ser garantes de resultados óptimos al final del propio proceso.

En reunión con medios de comunicación locales, el Consejero Presidente, Celso Valderrama Delgado, reiteró entonces el compromiso de velar por el respeto inalienable de la decisión popular.

En el evento de suscripción del compromiso, estuvo presente el Vocal Ejecutivo del INE en la Entidad, Arturo de León Loredo, al igual que el resto de los consejeros del IEE, donde destacó la participación de Álvaro Ernesto Vidal Gutiérrez y del experimentado Sergio López Zúñiga, quienes dejaron claro que el IEE, aunque es consciente en estos momentos de cada una de las actividades de aspirantes -dentro y fuera del gobierno-, la ley es clara y delimita las competencias de cada organismo involucrado, y por ahora no está en el instituto el fiscalizar, ni mucho menos perseguir, pero sí de recibir dentro de los tiempos del proceso,  denuncias debidamente documentadas, que se analizarían al seño del Consejo y en coordinación con otras instancias actuar en consecuencia.

De conformidad, se percibe pues el interés de pugnar por el que la legalidad en el proceso electoral, haga factible que por fin ya se empiece a recobrar la “libertad de tirar la primera piedra en materia de corrupción”:contendientes honestos, gobernantes comprometidos; que por el momento, según lamentó en días recientes el Presidente Enrique Peña Nieto, nadie la tiene; así se explica pues el por qué de tanta pobreza, miseria, desempleo, deficientes servicios de salud, educación, un campo destrozado, obra pública publicitada a granel, pero de turbios procesos de licitación, enriquecimientos inexplicables ante gobernanza “a impulsos de una voluntad caprichosa”, en un triste escenario de analfabetismo político, democrático, cultural y comunicacional, donde lo único que se responde con rupestres monólogos, es que “todo está muy bien unidad”.

Se espera pues, que esta vez la misión del IEE cumpla cabalmente su cometido.

Aprovechamos para enviar un sentido reconocimiento a la comunicadora Sonia Partida, quien durante mucho tiempo prestó sus servicios en esta institución, ganándose a pulso con trabajo y profesionalismo el cariño, el afecto y la admiración de varias generaciones de periodistas, las que acostumbró a la suma y al oficio en la valía prodigada a la noble labor de informar. Cierra aquí su ciclo, para emprender otros proyectos, donde seguramente seguiremos con ella en lo que lo solicite y requiera. En tanto, damos la bienvenida al agudo analista político y periodista, Ernesto Acero Carrasco, el experto amigo, quién sucede a la amiga Sonia, y el que indiscutiblemente sabrá enriquecer el legado heredado el área de comunicación con su singular ejercicio. Enhorabuena.