Toma de nota en veremos

Pues bien, ahora en algunos medios locales informativos tanto impresos como electrónicos, resalta la noticia de que una vez más se le niega la toma de nota al Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Estado y Municipios (SUTSEM), para que doña Águeda Galicia Jiménez sea la legal representante de ese gremio sindical; hecho que pone en duda el porqué de la creación de los sindicatos en nuestro país, pues si la mayoría de los trabajadores afiliados al SUTSEM quiere que doña Águeda sea su dirigente, pues con toma de nota o sin ella, quien manda en estos casos es la mayoría de los trabajadores y no la autoridad correspondiente que con su actitud da claras muestras de que esta dirigente no le conviene en lo absoluto, pero da el caso que a los trabajadores, a la mayoría sí.

¿Por qué esa negativa por parte de la Secretaría de Conciliación y Arbitraje (SCA) para reconocer que la señora Galicia Jiménez es a quien desea la mayoría de los miembros del SUTSEM como su lideresa? ¿No se habrán puesto a pensar la cantidad de gobernadores del estado y directores de la SCA que han pasado durante la permanencia como dirigente del SUTSEM  de doña Águeda? ¿No entenderán acaso estas autoridades que mientras la mayoría de los agremiados al SUTSEM apoyen a su lideresa, nada se podrá hacer más que generar conflictos como marchas y plantones? ¿Y que en realidad esa mentada “toma de nota” va en contra de los orígenes de lo que fue la creación de los sindicatos?

Porque históricamente se dice que los sindicatos surgieron como un movimiento asociativo para la defensa de los obreros contra las formas más brutales de la explotación en el período del nacimiento del capitalismo industrial moderno; así que los sindicatos se crearon como una organización de los trabajadores para tutelas sus propios intereses económicos y normativos. Sin embargo, en los años 40 del siglo pasado se conformó también el corporativismo como una doctrina fundada más bien con la intervención directa del Estado, para controlar la lucha de las clases trabajadoras; así que al determinar que para que un dirigente sindical sea legal, el mismo Estado es el que tiene qué reconocer al dirigente que hayan preferido las clases trabajadoras, por lo que claramente se da a entender que en todo caso, si ese dirigente no es conveniente para el Estado, nomás no lo reconoce como tal y por lo tanto, pasa a la clandestinidad cualquiera agrupación sindical, simple y sencillamente porque el dirigente que apoyan las masas no le gusta al Estado.

Ahora bien: desde siempre se ha señalado que la señora Galicia Jiménez se ha enriquecido extrañamente desde que se convirtió en la lideresa de la mayoría de los burócratas al servicio del estado y los municipios nayaritas; pero ¿habrá alguien que diga o señale a algún dirigente sindical ya sea en activo o en calidad de moral que viva en la inopia? ¿Habrá quien diga que don Liberato Montenegro se está tronando los dedos por no saber qué darle de comer a sus descendientes el día de mañana, y que se la está pensando en cómo hacerle para pagar la luz, el gas y demás gastos del hogar? ¿Quién de los líderes sindicales en la actualidad vive en casa de interés social y anda a pie o en bicicleta? ¿Habrá alguien que asegure que Carlos Romero Deschamps, Napoleón Gómez Urrutia, Francisco Juárez, Víctor Flores y demás líderes sindicales del país, incluida doña Águeda Galicia, se estén preguntando qué irán a comer el día de mañana y que estén considerando que tendrán que desplazarse a pie por no tener dinero ni para el camión? Obviamente que son personajes creados y tolerados por el mismo sistema, porque ni la propia Elba Esther Gordillo Morales sufre en lo absoluto así se diga que está presa; se podría asegurar que nadie que haya sido líder sindical de los años 40 a la fecha haya sufrido hambre y frío a excepción claro, de don Demetrio Vallejo Martínez y don Valentín Campa quienes, por no acatar los dictados gubernamentales y querer lo que decían sus representados, buena parte de su vida la pasaron encarcelados; sin embargo, ¿habrán sufrido más penalidades que la historia no haya documentado?

Así que sea como sea, doña Águeda Galicia les ha respondido a sus representados, y sea como sea, las conquistas laborales de las que ahora gozan los agremiados al SUTSEM no los consiguió la señora bajo ninguna amenaza, sino con la complacencia de las autoridades gubernamentales en turno, por lo que el que le hayan concedido sus peticiones, no es culpa de ella. ¿O sí?