Un toque de sacrificio
Sergio Mejía Cano
25 de Agosto de 2016
Como por lo regular toda iniciativa de ley proveniente del Presidente de la República en turno es más una orden para los legisladores de su propio partido político que algo para debatir, dialogar y sopesar con otras agrupaciones políticas; y la mayor parte de la ciudadanía ya sabe que una parte del Poder Legislativo toma como una consigna toda iniciativa presidencial y que esta se aprobará, ahora para quizás dar un matiz de estar trabajando bien y que se vea que no toda iniciativa presidencial se aprueba, el presidente Enrique Peña Nieto lanza las iniciativas de ley para que se contemple en el palacio legislativo el matrimonio igualitario y la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.
Y precisamente lanza estas iniciativas de ley pero con la consigna de que es nada más para hacer ruido y que después se ponga a dormir el sueño de los justos. Es como en el beisbol cuando se manda tocar la bola como sacrificio pero que al fin de cuentas es para salvar una base más, porque era obvio que dichas iniciativas iban a levantar escozor en buena parte de la población que está muy apegada a sus creencias religiosas y a la cubierta de las buenas costumbres; sin embargo, queda claro que también la parte gubernamental supo de antemano que las iniciativas de ley que conllevaban la tan llevada y traída reforma educativa también iba a generar movilizaciones de buena parte del magisterio que de inmediato vieron en peligro sus intereses, pero a los legisladores esto les valió un cacahuate y aprobaron de inmediato dicha reforma educativa sin importarles lo que dijera la parte más involucrada: la del magisterio.
Y ahora se dice que la iniciativa presidencial sobre los matrimonios entre personas del mismo sexo, así como su derecho a adoptar no es prioritaria y que hay otras iniciativas mucho más importantes como la legislación de la mariguana, pasan a segundo plano las otras iniciativas sobre la unión civil igualitario y la adopción de niños por parte de estas parejas, ¿con qué fin? Tal vez para taparle el ojo al macho de que no todas las iniciativas de la Presidencia de la República son órdenes que tienen que acatar los soldados legisladores que pertenecen al mismo partido del presidente en turno, y para que la sociedad vea que hay división de Poderes como debe haberla en toda democracia que se respete.
Así que aparentemente le están diciendo “no” a las iniciativas de Peña Nieto los mismos priistas en el Senado de la República, mandando a volar sus iniciativas; sin embargo, se debe entender que más bien ha sido un petardo que se podía tronar sin hacer mella para nada, que de antemano se sabía que era una iniciativa de desecho porque no iba a prosperar y que además, serviría para darle un matiz democrático a la susodicha división de poderes que, ya se sabe en realidad no existe en lo absoluto, pues tanto el Poder Legislativo como el Judicial han dado muestras fehacientes de parecer estar supeditados al Poder Ejecutivo que es el que en realidad lleva la batuta en nuestro país.
Hay voces que dicen que los senadores priistas se asustaron con las marchas que varias organizaciones civiles tienen contempladas realizar para el próximo 10 y 2 de septiembre, y que por eso detuvieron el debate de la iniciativa presidencial sobre matrimonios igualitarios. A saber. Lo que sí se podrá comprobar una vez más, será lo rápido que se aprobará una nueva iniciativa de ley para otra reforma laboral que ya está trabajando Peña Nieto y que se dice, pronto enviará al senado o a la cámara de diputados, y aquí se verá que sin tentar baranda pasará de una Cámara a otra sin más trámites que los gritos destemplados de la supuesta oposición pero que de ahí no pasará, como sí pasará esta neo reforma laboral.
Le oí decir a Brozo, el payaso tenebroso alguna vez en su programa “El mañanero”, que teniendo un Presidente de la República mayoría en el Congreso de la Unión, en un dos por tres le aprobaban cualquiera reforma constitucional, y en menos de una semana en la mayoría de los estados del país estaría listo el consenso para su aprobación. Y esto lo dijo el payaso televisivo porque algún político había afirmado que era muy difícil predecir cuánto tiempo llevaría una aprobación de este tipo porque habría que debatir, discutir, consultar, leer punto por punto, en fin, que era muy laborioso todo esto, de ahí que no se pudiera decir con precisión cuánto tiempo se llevaría esto.
¿Leer una iniciativa de ley? Se preguntó Brozo, añadiendo que eso sí que estaría bueno.
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