La CNC y el campo
Marco Vinicio Jaime
16 de Agosto de 2016
Nayarit albergará los próximos días 25, 26 y 27 del presente mes, el 78 Congreso Nacional Campesino, organizado por la Confederación Nacional Campesina (CNC), que preside el Senador Manuel Cota Jiménez.
Según lo anunció el propio dirigente cenecista, se busca generar un beneficio económico que ascienda a los más de 50 millones de pesos, como impacto directo para la Capital, pues se espera la visita de 12 mil personas, entre representantes del campesinado en el país, adherido al sector, al igual que funcionarios del Gobierno Federal y del Partido Revolucionario Institucional (PRI) encabezados por el propio Presidente de la República, Enrique Peña Nieto; siendo el ramo de la hotelería y restaurantero la vía para el cometido. La inauguración del Congreso será el día 25 de agosto, en el Auditorio de la Gente.
En reunión con integrantes de la Unión de Columnistas y Articulistas de Nayarit (UCAN), y de APENAY, Cota Jiménez expuso que en este evento se abordarán no solo diagnósticos y propuestas para la mejora de la productividad del campo, como la “Expo CNC Emprende 2016”, sino también generar un espacio para la promoción de actividades culturales ligadas al patrimonio histórico de la Confederación Campesina, a través del tradicional concurso de oratoria y canto, lo mismo que la elección de la “Flor más bella del ejido”, entre otras actividades, las cuales se desarrollarán en distintos recintos ex profesos de la ciudad de Tepic.
El 78 Congreso tendrá verificativo pues, justo en circunstancias coyunturales donde a decir del líder nacional de la CNC, “la Revolución Mexicana sigue viva-como emblema de la propia causa y origen del sector-, tal como cuando inició, pues la problemática aunque no es la misma, dijo, sí ha mutado en nuevas vertientes desafiantes producto de la inestabilidad mundial, y “mientras haya injusticias, pobreza y desigualdad social, su legado perdurará”. Por ello, no sorprende entonces que el trabajo de la tierra esté en crisis, pues la producción agrícola del país cubre cada vez menos la demanda alimenticia de más de 110 millones de mexicanos, obligando a adoptar políticas que privilegian la importación, en tanto que los campesinos no obtienen rentabilidad para cubrir sus más elementales necesidades.
La falta de organización, capacitación y respaldo estratégico para hacer del campo una fuente altamente productiva frente a los retos del siglo 21, ha supuesto mermas significativas ante la feroz globalidad mercantil que avasalla los máximos esfuerzos de un sector campesino que requiere de un impulso que vaya más allá de las recetas tradicionales de atención temporal o estilos personales de sexenio, con tinte electoral, sino de ofrecer herramientas que doten a cada campesino de la capacidad requerida para 1).- trabajar con aliciente y metas factibles, 2).- producir con una ganancia prácticamente asegurada, tras evitar el pernicioso y asfixiante intermediarismo, por medio de esquemas de compraventa previamente acordados y asegurados ante posibles eventualidades, y 3).- fomentar la conjunción de esfuerzos como método preponderante para obtener resultados satisfactorios, claramente entendidos por el campesinado por la implementación de un bien estructurado programa de comunicación, constante y de enriquecimiento continuo, toda vez que desde la autoridad se tiene asegurada transversalidad, una fuerte dosis de honestidad y visión para generar resultados tangibles en tiempo y forma -sin retrasos innecesarios o ineficacia en su gestión y aplicación- en cada parte del engranaje con impacto colectivo.
Es así entonces, como se pretende proyectar tal preocupación de la Confederación Nacional Campesina, de Manuel Cota Jiménez, por la ejecución de un Congreso que deje beneficios desde el corto plazo con la derrama económica descrita, al igual que, tras la evaluación de lo acordado en el Congreso anterior: logros, oportunidades de mejora y pendientes, la adopción de nuevos compromisos y responsabilidades compartidas, para terminar lo inconcluso y avanzar a nuevos objetivos; en la urgencia de hacer pues que ese 20 por ciento que hoy representa el sector rural y su consecuente actividad en la geografía nacional, pueda beneficiar al restante 80 por ciento, fortalecer con sus actividades primarias en coordinación con las demás ramas productivas, la economía del país.
En la medida pues, que Cota Jiménez venza el reto del Congreso, no solo en impacto mediático, con una estructura debidamente articulada y sincrónica (con operación política y comunicacional), sino en beneficios cuantificables para el mayor número de personas posible, así como de sentar las bases para el inicio de una “Revolución campesina” que reinvente la razón de ser tanto del sector como del campo mismo, será en esta misma que podrá garantizar razones para recuperar la confianza y la esperanza de construir un Estado y país con oportunidades para todos. ¿Podrá hacerlo?
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