Explicaciones y aclaraciones tardías

Era un hecho que lo declarado por el presidente Enrique Peña Nieto dentro del marco de la promulgación de las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción, iba a levantar una amplia gama de comentarios, en donde varios analistas, así como la opinión pública han fruncido las cejas respecto a lo que en realidad quiso decir el Presidente de la República al señalar que no obstante conducirse conforme a Derecho y no actuar ilegalmente, pero que sí cometió un error.

Y es aquí una de las tantas dudas que hizo surgir, porque si actuó legalmente y se condujo de acuerdo a Derecho, ¿cuál fue ese error que está reconociendo? ¿Acaso el tardarse en haber reconocido que hubo algo anómalo en la adquisición de esa cuestionada casa que ya se dice que se devolvió? Porque igualmente surgen varias lecturas en este pronunciamiento presidencial, debido también a la renuncia del titular de la Función Pública, Virgilio Andrade poco antes de que el presidente Peña Nieto reconociera un error, porque aquí no habría más que de dos sopas: Se le pidió la renuncia al señor Andrade porque ya no iba a ser necesario mantenerlo en dicho puesto o el mismo Virgilio tuvo una pizca de dignidad al enterarse por adelantado de lo que iba a pronunciar el presidente Peña y prefirió renunciar porque su actuación se pondría en evidencia al haber dicho que no había nada anormal en la adquisición de la llamada “casa blanca”, es decir, que por no haber actuado de acuerdo a la ética profesional y nada más sirvió para salir a decir lo que ya la mayor parte de la ciudadanía intuía, su vergüenza sería mayor, y por eso prefirió mejor separarse del cargo, pues ya no tenía caso seguir con una comedia que era previsible en todos los aspectos.

Y otra lectura que se da, es ¿por qué pedir perdón y regresar la casa al grupo Higa si todo estaba bien hecho? Porque se entiende que cuando algo se hace conforme a todas las reglas de transparencia y se supone que no hay delito que perseguir, pues entonces no hacen falta las explicaciones y mucho menos las aclaraciones que en sí ya a nadie importan de acuerdo al sistema imperante al que ya desde hace tiempo estamos acostumbrados los mexicanos, porque lo hecho, hecho está, y es un hecho que cuando se lleva a cabo algo que atañe al gobierno federal, ya no hay marcha atrás por más protestas o reclamaciones mediáticas que se hagan. De ahí lo raro de la reciente actuación del presidente Peña Nieto, al pedir perdón, pero insisto: ¿perdón por qué y para qué? Porque este pronunciamiento presidencial lo único que está haciendo es enredar más la madeja de malos entendidos, cosa que en nada beneficia a la ya de por sí maltrecha figura presidencial.

Algo más en lo que concuerdan varios analistas sobre esta declaración del presidente de la República, es en cuestionarse qué clase de asesores tendrá el presidente Enrique Peña Nieto que no le advirtieron que podría ser contraproducente decir públicamente lo que ya dijo, porque la distancia ya rebasaba los dos años en que era el momento preciso de haber aclarado las cosas de una buena vez y ya no desdecirse de lo declarado en su momento, porque también esas declaraciones habían dejado más dudas que certidumbre en la opinión pública y no nada más a nivel nacional, sino hasta internacional. Y si la mencionada casa blanca había sido adquirida legalmente, pues no tenía caso regresarla a quien se la había comprado la Primera Dama del país, porque se dijera lo que se dijera, así se sintiera lastimada la familia, esa casa ya podría pasar a formar parte del patrimonio de la familia Peña-Rivera. Sin embargo, ahora que se revela que dicha casa se devolvió al vendedor, pues hace surgir aún más las dudas sobre su adquisición.

Y a propósito de adquisiciones, en su momento se cuestionó también al secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y al secretario de Hacienda y Crédito Público Luis Videgaray Caso, respecto a que también habían adquirido sendas casas en condiciones que podrían ser cuestionadas como conflicto de intereses; así que tal vez se haga ruido por ese lado, pues si doña Angélica Rivera regresó la mansión que ya consideraba suya como producto de su carrera de actriz, es posible que la opinión pública comience a preguntarse sobre las casas de los mencionados secretarios del Gabinete presidencial.

Pero lo que más cola podría traer esta declaración de Peña Nieto, es que más de una persona se preguntará si ya con pedir perdón algunos presos podrían salir libres o ya no se investigarán posibles delitos.