En el 2018 se tendrá un gobierno de izquierda
Octavio Camelo Romero
04 de Julio de 2016
Se escuchan voces de que en el 2018 se tendrá un gobierno federal de izquierda. Quienes así opinan consideran la grande posibilidad de una alianza de todas las llamadas izquierdas incluyendo en ella a MORENA. De ser posible esto, el próximo presidente de la República sería Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo y sin menos preciar a la probabilidad, es pertinente que se hagan algunas precisiones para evitar interpretaciones inadecuadas y tendenciosas sobre la “izquierda”. Más en este momento que hasta el presidente de Estados Unidos se ha autodefinido como “populista” de izquierda.
Recordemos que el término izquierda tiene un origen histórico. Surge en la votación que tuvo lugar el 11 de septiembre de 1789 en la Asamblea Nacional Constituyente producto de la Revolución francesa. En ella se discutía la personalidad y atribución del Rey sobre el Poder Legislativo. Se puso a discusión el carácter del “veto del Rey” a las leyes aprobadas por la futura Asamblea Legislativa. Y a través de la propuesta de un artículo de la “nueva Constitución”, se establecieron dos posiciones políticas y dos grupos. Unos a favor del “veto absoluto del Rey” y otros que planteaban que el “veto del Rey” debería de ser muy relativo y temporal. Los diputados que estaban a favor del mantenimiento del poder absoluto del monarca se situaron a la derecha del presidente de la Asamblea. Los que estaban en contra y que defendían la soberanía nacional por encima de la autoridad real se situaron a la izquierda del presidente. Así el término "izquierda" quedó asociado a las opciones políticas que propugnaban el cambio radical en la vida económica, social y política. A partir de este pasaje histórico cualquier grupo o partido que se autonombre “de izquierda”, debe mostrarse en sus documentos básicos y en su práctica política congruente con el cambio radical del régimen de producción capitalista en el cual vivimos. Desde luego que tal situación no demerita a los movimientos democrático-burgueses que luchan por ampliar la vida democrática dentro del capitalismo. Que fue precisamente lo que caracterizó a la Revolución francesa con sus slogans de Igualdad, Libertad y Fraternidad. Igualdad para celebrar contratos, Libertad para comerciar y Fraternidad para conservar la concordia entre los contratantes.
En realidad los partidos políticos, las organizaciones sociales y las personalidades mexicanas que se autonombran de izquierda no presentan una propuesta radical para cambiar al sistema capitalista en donde vivimos, por un nuevo orden social donde la propiedad privada sobre las condiciones materiales y sociales de la producción y circulación desaparezca. Para tener un referente histórico y nacionalista, actualmente se le llama izquierda aun régimen socio-político “más o menos” parecido al que tuvimos en México en los años 60-70 del siglo pasado, o en su caso, a algo semejante a lo que planteaban los documentos básicos del PRI de ese entonces. Empero surge una interrogante: ¿El hipotético gobierno federal de izquierda derogaría las Reformas Estructurales? La respuesta es contundente: NO. Las tareas fundamentales de las izquierdas hechas gobierno serían flexibilizar un poco los mecanismos de las tomas de decisiones, aperturar la participación de la ciudadanía en los asuntos del Estado, amortiguar las contradicciones sociales, sobre todo, el desempleo, la pobreza, etc. En esencia y en síntesis, el gobierno federal de izquierda sería un “gobierno democrático-burgués” cuyo propósito fundamental sería “oxigenar” al actual, al contemporáneo sistema transnacional capitalista. En fin.
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