La enseñanza básica es fundamental
Sergio Mejía Cano
04 de Julio de 2016
Si bien se dice que para todo hay gente, aun así resulta inconcebible el que haya personas que odien a los profesores, sobre todo a los de primaria, porque en el mismo tenor, también entre el magisterio hay por supuesto, integrantes que odian a los escolares y que descargan en ellos la mayoría de las veces sus propias frustraciones; pero por lo regular, la mayoría de los docentes son bien recordados para toda la vida, por quienes fueron sus alumnos.
Por esto mismo no se comprende cómo es que haya individuos que agredan a los profesores si se podría decir que en cierta forma en una etapa de su vida –de quienes los agreden y humillan- fueron sus segundos padres y en ocasiones hasta de tiempo completo por la desatención que en su momento sufre una gran cantidad de niños en etapa escolar y que añoran regresar a la escuela a veces no por estudiar y aprender, sino porque se sienten quizás más seguros y más a gusto que en su propia casa. Sin embargo, así como hay quienes guardan un buen recuerdo de sus profesores de la educación básica, también existen quienes les guardan rencor, muchas de las veces esto debido a un malentendido y que posiblemente jamás se interesaron en aclararlo y de ahí su odio hacia los que les trasmitieron los primeros conocimientos de las letras y los números, igualmente hay padres de familia que tienen en gran estima a los profesores de sus hijos, y otros que les tienen tirria porque alguna vez regañaron a sus retoños a los que consideran intocables, en el supuesto que nada más ellos como padres de familia tienen el derecho a llamarles la atención a sus pequeños así les demuestren los profesores su mal comportamiento en ocasiones hasta fuera de lo que se considera normal; por ser muy agresivos con sus compañeros e irreverentes con los docentes y personas mayores que acuden al plantel y hasta groseros con otros padres de familia.
Y entre esos padres de familia que se sienten incómodos con los profesores de sus hijos, en donde tal vez entren los celos por aquello que sus hijos siempre estén nombrando a sus profesores y que tal vez hasta los lleguen a comparar con el comportamiento del papá y la mamá, y no porque los docentes los maltratan o por equis razones, ahora con el problema magisterial, en que la gran mayoría del gremio de la educación y la enseñanza está protestando contra la mal llamada reforma educativa, estos padres de familia ya predispuestos de antemano en contra de los profesores, se vayan con la finta de que son ellos –los profesores- los culpables de lo que está ocurriendo en los estados sureños del país; padres de familia que creen a pie juntillas cuando oyen que son los maestros los causantes del desabasto de víveres y combustibles en Oaxaca y Chiapas, de que los niños no tengan clases y de los papás de esos pequeños hasta se los llevan a las marchas y plantones haciéndolos correr grave peligro en caso de un desalojo, y hasta se les ha visto aplaudir a esos padres de familia que odian al magisterio o parte de él, el que el secretario de Gobernación haya dicho a nivel nacional que ya se agotó el tiempo y que se tendrá que poner orden para garantizar la estabilidad social. Sin embargo, ante estas declaraciones, gran parte de la opinión pública se ha preguntado por qué no piensa en la paz y estabilidad social que también debe imperar en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Morelos y en otras tantas entidades del país en donde a cada rato ocurren balaceras con varias víctimas y en otras se descubren fosas clandestinas; y hasta se olvida por el momento que en Acapulco, Guerrero, la violencia ha sentado sus reales generando incertidumbre tanto en habitantes como visitantes. Entonces, ¿por qué enfocar nada más las baterías de la represión en Chiapas y Oaxaca para restablecer el orden social?¿Qué acaso serán más peligrosos los profesores disidentes que los miembros de los llamados grupos del crimen organizado?
La enseñanza básica es fundamental en todos los aspectos para el desarrollo de todos nosotros, si bien muchos no seguimos más allá, para mucha gente significan los cimientos más sólidos que se puedan tener para que ya los demás conocimientos se capten por añadidura. Se entiende que hoy en día, no puede haber alguien que tenga una profesión, la que sea, que no le hayan servido esos cimientos para estar en donde está. ¿Y a quiénes se le deben esos cimientos, esas bases que se consideran las más sólidas en la formación de los individuos? Pues precisamente a los profesores. ¿O no?
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