Se firma la paz en La Habana
Miguel González Ibarra
25 de Junio de 2016
El acuerdo que se firma en La Habana entre las FARC y el gobierno de Colombia, es un hecho histórico relevante, para la región y el mundo.
A los revolucionarios de la tierra nos llena de júbilo. Estamos realmente gozando el momento.
Hay que aclarar que la paz verdadera a Colombia y la zona, llegará solamente cuando los trabajadores tomen las riendas del aparato del Estado, lo cual, no ha ocurrido todavía, aunque, estamos seguros, llegará ese día, más temprano que tarde y la paz definitiva y para siempre, se construirá en esa nación del continente americano, escenario geográfico de las históricas batallas, libradas por el libertador Simón Bolívar.
Lo celebramos, si. Lo aplaudimos, si. Nos congratulamos, si. La política se impuso, muy por encima de la sinrazón. Los colombianos tienen derecho a transitar por las veredas que posibiliten los cambios populares de fondo, sin que corra sangre y sin violencia, proscribiendo la guerra.
Lo ideal, es que las grandes transformaciones de los países, se lleven a cabo, pacíficamente, sin recurrir a las armas militares, ni a la violencia, ni a la guerra popular.
La batalla de ideas, es lo que debe prevalecer, en términos de la lucha entre contrarios, tal cual son, los antagónicos intereses entre trabajadores y poseedores o propietarios del gran capital.
Para llegar a dónde se llegó (la firma es apoyada por todo el mundo), un país cargado de generosidad y grandeza, aportó todo y tiene un extraordinario mérito: Cuba, la Cuba revolucionaria, la Cuba socialista, la Cuba de Fidel, aliada y hermana de los pueblos de América Latina y el mundo.
Hay que decir, que la firma, llamada de paz, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de éste país, era muy necesaria, porque está en juego el proceso histórico de la Revolución Bolivariana de Venezuela, iniciada por el Comandante Chávez, en dónde se decide el destino de la América Latina y el mundo entero.
La firma distiende la región. Es magnífico para que las grandes masas venezolanas, avancen en la construcción de la sociedad que forma al Hombre Nuevo y, por supuesto, también, para el pueblo de Colombia, al cual, desde esta humilde y modesta trinchera, enviamos un abrazo fraterno.
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