El caos vial continuará

Pues ahí van las obras de la avenida Allende ya casi por concluir. Y según como se ve que va a quedar es posible que le dé algo de vista más moderna a la capital nayarita; sin embargo, de acuerdo a varios puntos de vista, se debió haber dejado amplia como estaba y volverle a dar la circulación en ambos sentidos, porque el caos vial seguirá persistiendo en el Centro Histórico.

Si bien se dice que por lo regular se le ha dado más atención a su majestad el automóvil que al peatón, aun así se debió tener en cuenta que de oriente a poniente y viceversa no hay vialidades que ayuden al desfogue de la aglomeración de vehículos en las calles céntricas. Y menos si se llevara a cabo la peatonalización de algunas calles tal y como se tiene proyectado, ya que en este sentido nada más está la avenida Insurgentes y nada más, porque la calle Miñón tiene su circulación de poniente a oriente y la Mina en sentido opuesto, pero no son suficientes, pues la calle Abasolo muere prácticamente en la avenida México, por ser zona peatonal hasta la calle Zacatecas; y de ahí sigue la Allende que como se dice, debió haber quedado en doble sentido porque la calle Morelos, la Zapata y la Hidalgo no son suficientes para el desplazamiento de tanto vehículo automotriz que aumenta día con día. Y si le seguimos rumbo al norte de la ciudad, no hay más calles que atraviesen la ciudad como lo hace la avenida Allende, pues tanto la Zaragoza como la Bravo no llevan a ningún lado suficiente, y la Lerdo y Amado Nervo se interrumpen en la plaza principal.

Cuando se empezó a remodelar la avenida Victoria, hubo varias personas que pensaron que posiblemente se le iba a devolver el doble sentido que tenía ya hace un buen tiempo; sin embargo, quedó igual, de un solo sentido. Y si nos ponemos a pensar en el porqué de tanta carga vehicular en las calles del centro, analizando a fondo, es porque las estrechas calles que corren de oriente a poniente y viceversa no se prestan para agilizar el tránsito vehicular, y si a esto le aunamos la detención que hacen los choferes del servicio de transporte urbano que toman las calles del centro como una subterminal para espera su tiempo de itinerario, pues he ahí la causa del caos.

Si bien hay quien dice que se debe hacer más peatonal el centro de la ciudad, viéndola bien es necesario que se amplíen o se les devuelva su anterior circulación tanto a la Allende como a la Victoria, porque de otro modo, así se lleguen a sacar las rutas de camiones del centro, el caos vehicular seguirá prácticamente igual.

Nada hubiera costado, aprovechando la renovación de la avenida Allende, el haberle devuelto la circulación en ambos sentidos, porque es una rúa que se extiende buen tramo atravesando gran parte de la ciudad; y si bien muere en las inmediaciones de la estación del ferrocarril, la prolongación por la avenida Jesús García la conecta con la Avenida Independencia y la Avenida Juárez, al oriente; y al poniente llega hasta prácticamente la colonia Rodeo y se conecta con la Insurgentes, así que de haberse proyectado de bien a bien su remodelación, se debió haber contemplado que era necesario dejarla con la circulación en ambos sentidos, cosa que ayudaría mucho para quienes ocuparan trasladarse de oriente a poniente y viceversa, ¿o no?

Igual la avenida Victoria, que si bien se estrecha de la avenida Juan Escutia hacia el poniente, aun así ayudaría bastante para desfogar el amontonamiento de tanto vehículo, amontonamiento del que forma parte en gran manera, el servicio del transporte urbano.

Y a propósito del transporte urbano, ¿por qué será que el ciudadano común es el que se da cuenta de que genera el caos vehicular? Porque a menos que no se quiera resolver el conflicto vial que causan los camiones en el centro, la solución estriba en que los agentes de tránsito les exijan a los conductores de los camiones y combis que circulen, que no se queden detenidos en las paradas oficiales o hasta en los semáforos, en donde se ha visto que así esté en verde para que siga, no avanzan y esperan y esperan hasta que se vuelve a poner en siga, supuestamente para hacer tiempo sin importarles que atrás de ellos esté una larga fila de vehículos sonando el claxon, como si se sintieran los amos y señores de las calles. Igualmente hacen lo mismo en las paradas oficiales en donde así estén a media cuadra, no avanzan para dar oportunidad a los de atrás.

Así que si se piensa en el peatón, tendrá que llegar el día en que se tengan que ampliar más vialidades.