Chisgarabís
Oscar González Bonilla
04 de Junio de 2016
Jamás en la vida reporteril habíamos presenciado la excesiva manifestación de fuerza pública durante una visita presidencial, como la ocurrida el pasado miércoles 25 del mes de mayo en la ciudad de Tepic.
En las inmediaciones al Auditorio de la Gente, donde el presidente de la república, Enrique Peña Nieto, tuvo un encuentro con miles de nayaritas favorecidos por los programas de asistencia social, se hizo del despliegue de enorme cantidad de fuerzas del orden para impedir acceso a golpe de tolete, si fuera necesario, a quienes pretendieron llegar al mandatario a fin de hacer peticiones o inconformidades.
Con antelación a la visita presidencial, muchos nayaritas se preguntaron: ¿A qué viene Peña Nieto? Es demasiado común que cuando un presidente de la república visita Nayarit es para inaugurar obra pública con inversión federal.
Pero en nuestra entidad en la actualidad no existe trabajo de tal naturaleza que pudiera ponerse en marcha, al contrario hay obras de infraestructura carretera suspendidas por problemas de financiamiento, derivados de desajuste del presupuesto de la Federación. Amén de algunas otras en la misma condición, pero que se oculta la realidad con base en el tesón oficial de publicitar en los medios de comunicación masiva el avance de la supuesta construcción.
Hay quienes señalan que la visita de cortesía del presidente Enrique Peña Nieto se realizó en mal momento, cuando el gobierno de Roberto Sandoval enfrenta problemas sindicales por su política de confrontación. Y para resolver este y otros conflictos, el gobierno de Nayarit necesita bastante dinero, del cual carece en sus arcas por el pésimo manejo de los recursos públicos hecho durante la administración estatal.
Los trabajadores sindicalizados al servicio del gobierno y los municipios, con más de siete meses de plantón frente a Palacio de Gobierno en Tepic, en masa se dirigieron al Auditorio de la Gente con el propósito de entrevistarse la dirigencia con el presidente Peña Nieto. Fueron contenidos por el fuerte bloqueo policíaco, con una excesiva manifestación de fuerza pública. Sin embargo, al final de la jornada lograron el objetivo de cuando menos Peña Nieto se enterara de manera documental del conflicto que sostienen con el gobierno de la gente. Pusieron en sus manos un escrito.
El presidente de la república ante más de doce mil almas, entre otros, hizo el principal anuncio de que ocho millones de mexicanos serán incorporados al sistema de seguridad social nombrado seguro popular. Causó decepción porque los nayaritas hemos comprobado que el seguro popular ni es seguro ni es popular, y que ha servido para maldita sea la cosa. Sin duda, entre los nayaritas también permea el mal humor social.
INDÍGENAS NO FUERON ESCUCHADOS
La diputada local por el Partido del Trabajo, Fidela Pereyra Zamora, encabezó un grupo de indígenas para pedir al presidente de la república, Ernesto Peña Nieto, en su reciente visita a Tepic, la pavimentación de la carretera desde la presa de El Cajón al poblado de Guadalupe Ocotán, municipio de La Yesca.
No lograron ni siquiera acercarse al Auditorio de la Gente, donde Peña Nieto encabezó acto con miles de nayaritas, porque fueron frenados por vallas de la fuerza pública colocadas por guardias presidenciales.
La diputada huichol Fidela Pereyra indicó que son 100 kilómetros los que demandan sean pavimentados. Además dijo que la intención fue entregarle solicitud al presidente Peña Nieto, porque sostiene que la triste realidad es que el municipio de La Yesca en toda la extensión de su territorio no cuenta con una sola carretera pavimentada, todas son de terracería.
Durante muchos años han transitado por el camino de terracería cuando tienen necesidad de viajar a la sierra del municipio de La Yesca, por tanto exclamó que ya están hartos de tragar tierra, cuando es que deberían respirar aire puro que les ofrece la montaña.
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