Otra puñalada trapera a la economía mexicana
Octavio Camelo Romero
03 de abril de 2016
En días recientes los voceros del gobierno de México anunciaron con “bombo y platillo” que en el presupuesto de la federación del 2017 se haría otro recorte al gasto público. De por sí esta medida acarreará males a las economías domésticas de las familias de los mexicanos. No se requiere de mucha ciencia para saber que si se restringe el ingreso de un agente económico necesariamente se restringirá su gasto y, por lo tanto, se restringirá el consumo o se contraerá el mercado. Pero no todos podrán resistir es contracción mercantil. Aquellos microempresarios o mini-microeconomías domésticas será fuertemente afectadas porque su capacidad financiera de resistencia a las crisis de este tipo es nula. Y peor les irá a los trabajadores que serán expulsados de sus empleos por la quiebra de estas mini-empresas. Habrá necesariamente más pobreza, y al millón de pobres que convierte el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto cada año se sumará ese excedente. Si a esto le añadimos las condiciones difíciles de la economía global dentro de la cual la pandilla que nos gobierna nos ha refundido, entonces el futuro inmediato y mediato se nubla como anunciando tormenta con rayos y centellas sobre el país.
Ya hemos dicho hasta el cansancio en este espacio lo que está aconteciendo con la economía global y con la economía nacional; ya hemos analizado el porqué de tal situación y las posibles salidas para evitar un daño mayor a la lánguida economía de las familias de los trabajadores. Pero los políticos globales y los partidos políticos nacionales que les siguen el juego definitivamente no se preocupan por los intereses populares. Las políticas públicas que el capital transnacional dicta y que los gobiernos nacionales administran son totalmente contrarias al bienestar del Pueblo de México.
Si a los asalariados se les rebaja su salario real entonces estos comprarán menos medios de vida porque se les redujo su capacidad de compra. Y al contraerse el mercado de los medios de vida, los empresarios que los producen comprarán menos medios de producción. Y allí se da la contracción del mercado de los medios de producción, esto es la no venta de la maquinaria, equipo, instrumentos y materias primas que se usan en la producción de los medios de vida. Si estas limitaciones persisten, entonces habrá necesariamente una inactividad económica porque los inventarios de mercancías no se mueven. Una alternativa para mover los inventarios es otorgar créditos, o sea, ventas con pagos a futuro. Y entre otras, esta es una de las salidas a la contracción del mercado, y para ello en el mundo se están usando masivamente los plásticos. Otra opción y que es la económicamente más acertada dentro del capitalismo global, es aumentar la absorción del mercado o la capacidad adquisitiva de la masa de los trabajadores. Para ello hay dos caminos, uno es abrir más puestos de trabajo para aumentar la cantidad de consumidores deprimidos que es la pretensión del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Y el otro camino es subir salarios por encima del índice de inflación, o sea, contrario a como se viene haciendo por el gobierno del país. De no darse ninguna de las opciones mencionadas, es inminente la inactividad económica o crisis capitalista en México y en el mundo. Y no es que seamos adivinos o pitonisos, simplemente entendemos las leyes del desarrollo del capitalismo, cosa que los burócratas que nos gobiernan no conocen por tener intereses particulares ajenos a la nación. En fin.
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