Taquito, traguito y ruidito contra ideas
Miguel González Ibarra
16 de diciembre de 2015
Es muy grave lo que está pasando. La cabalgata de Layín, es moralmente inaceptable. A los hombres dignos, así como a las mujeres dignas de Nayarit, nos ofende tremendamente. Debería ser, políticamente, inadmisible y, el método, piedra angular del sistema, hasta penalizado. Pero, no. Son las modalidades de este régimen, que tiene destruido a Nayarit, que se resiste a morir, pero, tendrá que morir, por ley sociológica e histórica.
La consigna convocante de dicha cabalgata “taquito, traguito y ruidito”, es una de las grandes ofensas al digno pueblo nayarita, a lo largo de su historia. Es el nivel al que ha llegado la actividad, no política, sino de politiquería, es decir, de aventurerismo puro y nefasto. La cabalgata de Layín y el taquito, traguito y ruidito es politiquería y aventurerismo puro, nada tiene que ver con la política.
La política es la ciencia más elevada del pensamiento humano. Debe operarse como tal. Ésta, debe conducirse con ideas, con programas, con plataformas ideológicas y políticas, tendientes a resolver los problemas presentes y futuros, grandes y pequeños, de las grandes masas, con el propósito de elevar su pensamiento.
Insisto y vuelvo a repetir: Es realmente preocupante lo que está pasando. El ambiente está verdadera y francamente degenerado. La moral está por los suelos. La crisis llega a la moral, que es el último padecimiento de una sociedad. Ya tocamos fondo. Tenemos los nayaritas, el gran reto de enderezar el barco, que no se está hundiendo, sino que, está hundido y tenemos que sacarlo a flote, para reconstruirlo y seguir avanzando sobre las aguas del devenir histórico.
La cabalgata, con su taquito, traguito y ruidito que ha programado Layín, alcalde de San Blas, es una aberración. Aunque, el método, no es exclusivo de éste. Todos los que se “oyen” o “suenan” ahora, también lo practican y han practicado. Los colores que llevan la batuta de este modelo depredador, están en la misma sintonía; están de espaldas al debate de ideas, que es la vía que ha construido a nuestro pueblo nayarita. El tricolor, el azul, hasta el amarillo, practican los modales del Layín, cuyo personaje, transita con el signo supuestamente de lo independiente. Hasta mi amigo Pável está metido en ese fango. Ojalá decidiera salir de él, para abrazar la causa que tiene como pauta la exposición de ideas, único camino que construye conciencia social y logrará la ya inaplazable transformación de la sociedad nayarita.
El tricolor, gobernante en el país y en Nayarit, siempre ha hecho sus precampañas y campañas, prolongando los métodos al gobierno, con birria, cerveza y música, exactamente, igual que Layín, quien aspira ser gobernador de nuestro estado. Las ideas han estado siempre ausentes, exceptuando, el suceso de Julián Gascón, el mejor Ejecutivo de la entidad. En la actualidad, Cota, Mejía y Veytia, pretendientes de la gubernatura nayarita, no se distinguen de los anteriores, ya que no manejan programa ni plataforma ideológica y política, es decir, están, como siempre ha estado su partido, en la estrategia del taquito, traguito y ruidito.
Acción Nacional no canta mal las rancheras. Para muestras un botón: Toño junior, anda reparte y reparte mijagas entre la población nayarita y, pa acabarla, la posada del Grupo Álica, será un acto electoral de precampaña, porque se llevará a cabo en la Plaza de Toros Don Antonio, en la que se repartirán regalos como arroz y hasta rifa de autos habrá, tal y como lo comenta la voz popular. Es decir, en la estrategia del taquito, traguito y ruidito, ausente de ideas, como, igual, lo está Polo, cuyo aspirante usa todos los actos del gobierno municipal, como actos de su aspiración para ser gobernador.
Y, de los amarillos, hay que referir a Pável y Castellón. El diputado local organiza bailes, funciones de cine y reparte palomitas entre los niños, alejado por completo de la batalla de ideas, justo, exactamente, en el esquema del Presidente Municipal de San Blas. Castellón, muy a pesar que exhibe su nivel académico e intelectualidad, las veces que ha sido candidato, destacando las dos últimas, en la de Santiago, contrató un circo para hacer su campaña y, en la pasada, se reunía en las colonias y comunidades de Tepic con niños, reduciendo su discurso a preguntar cómo estaban los infantes para, enseguida, ofrecerles palomitas de maíz, pero, los grandes problemas nacionales y de Nayarit, para el Doctor Castellón, nunca existieron y, justamente por eso, perdió una elección de diputado federal que estaba ganada.
Expuesto lo anterior, estamos seguros, que hoy por hoy, en esta confrontación, las ideas derrotarán al sistema del taquito, traguito y ruidito, tal y como, históricamente, ha ocurrido. Esta vez, no será la excepción. Ya verán.
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