La división del mundo por la hegemonía financiera

En días atrás nos informó la prensa internacional que el FMI había incorporado a la moneda de China, el yuan, en su canasta de divisas, más específicamente, la incorporación del yuan se hizo a su exclusiva canasta de reservas. Con ello se reconoce el creciente poder chino en la economía mundial. Pero a la vez el yuan se suma al dólar, al euro, al yen y a la libra esterlina, esto es, a las monedas que el FMI utiliza como un activo internacional de reservas. Y como dijera la jefa del FMI Christine Lagarde, esta decisión es un "hito importante en la integración de la economía china al sistema financiero mundial". La decisión del Comité Ejecutivo del FMI que representa a los 188 países miembro de la entidad coincide con el objetivo de Pekín de darle al yuan un lugar entre las principales monedas del mundo. La segunda mayor economía del planeta, China, el año pasado pidió al FMI la integración del yuan a la canasta de monedas que conforma los Derechos Especiales de Giro (DEG). Dicha petición fue denegada por considerar que esa moneda estaba demasiado controlada. Ahora consideraron al yuan ajustado a los criterios requeridos por el FMI.

El DEG no es ni moneda ni activo frente al FMI. Más bien representa un “activo potencial” frente a las “monedas de libre uso” de los países miembros del FMI. Los tenedores de DEG pueden obtener estas monedas a cambio de sus DEG. Primero se requiere el acuerdo de voluntades y, segundo, que el FMI designe de entre los países miembros a aquellos que según su criterio tienen una sólida situación y pueden comprar DEG a países miembros con una situación poco firme. Además de su función de activo de reserva complementario, el DEG sirve como unidad de cuenta del FMI y de algunos organismos internacionales.

Hasta aquí todo indicaba un acercamiento entre el imperialismo chino y el imperialismo norteamericano. Pero algo sucedió. De pronto el Consejo de Administración del FMI aprobó una reforma que permite dar crédito a los deudores en caso de impago de la deuda soberana. Esto permitirá a Ucrania recibir fondos de apoyo, incluso si no paga la deuda a Rusia, que asciende a 3.000 millones de dólares. Ahora el FMI dice: “Vamos a seguir solo nuestras reglas y actuar en nombre de la zona del dólar. Los países que tienen deudas en dólares con EE.UU. y en sus monedas satélites como el euro tendrán que pagar, pero si tienen deudas con Rusia, China, Irán, o cualquier país que no esté en esa órbita, si no pagan no pasara nada; vamos a prestarles dinero, EE.UU. les prestará dinero, el FMI les prestará  dinero”. Incuestionablemente que se trata de una guerra económica por parte de EE.UU contra todos los países que no utilizan el dólar estadounidense en el comercio exterior y no están basando sus monedas nacionales en el dólar como lo hace el euro. Aunque algunos analistas consideran que el enfrentamiento es ente USA y los BRICS, la realidad nos indica que la lucha es por la hegemonía del mundo, la cual se la están disputando por un lado EE.UU y por otro, el imperio Chino-Ruso. Con este enfrentamiento se divide el mundo financiero en dos grupos, el grupo del dólar y el grupo del yuan-rublo. La economía mundial y con ella, el bienestar de los capitales, está en función de quien salga vencedor de esta lucha. Pero eso no tendrá ninguna repercusión para la prosperidad de las familias de trabajadores, antes bien, se verán arrojados al mundo del desempleo para engrosar el ejército industrial de reserva que en su función reguladora del salario, garantizará una ganancia extraordinaria de los capitalistas a costa la pobreza de sus integrantes. En fin.