México reducido a mercado estratégico
Octavio Camelo Romero
12 de noviembre de 2015
Con el término “acumulación” se denota la “reproducción ampliada” del capital. El capital es un organismo social dinámico con una doble fisonomía. Por un lado se presenta como un valor que se repone en cada ciclo y que en cuanto tal, vuelve a iniciar el proceso de valorización. A esta reposición se le da el nombre de “reproducción simple” del capital. Este tipo de reproducción no es propia del capitalismo aunque sí es su soporte, y presupone la no inversión de las ganancias; en el mejor de los casos el atesoramiento de las mismas. Sin embargo en el capitalismo las ganancias o parte de las mismas se invierten en el proceso de valorización al lado del capital inicial. La reproducción simple del capital no desaparece pero a su lado aparece la valorización de las ganancias para su conversión en capital. A esta reposición del capital inicial más la inversión de las ganancias se le denomina “reproducción ampliada” del capital o acumulación del capital.
El dinero de por sí no es capital. Para que se convierta en capital, determinada cantidad de dinero tiene que entrar en un cierto proceso y al final del mismo debe salir el dinero inicial más una determinada cantidad de dinero adicional. Si no sale con ese aumento el dinero simplemente no se convirtió en capital. Esa es la condición “sine qua non” para que una cierta cantidad de dinero se convierta en capital y en eso consiste el proceso de valorización del capital. Queda claro que ganancia es el motor del capitalismo. Y mientras mayor sea ésta, mayor será la intensidad o el “caballaje” del motor. Cabe destacar que en el proceso de acumulación se vive una intensa lucha entre los capitales por dominar los mercados, toda vez que el enfrentamiento competitivo tiene por fundamento la reducción de costos de producción y consecuentemente el desarrollo de la ciencia y la tecnología. La productividad que tanto alabamos se traduce en mayor producción de mercancías que necesariamente requiere del correspondiente incremento de compradores. Sin embargo por varias circunstancias el mercado no absorbe toda la producción y las empresas se ven obligadas a restringir el uso de las tecnologías. Como consecuencia no se trabaja a toda la capacidad tecnológica y las ganancias dejan de invertirse completamente formando un relativo atesoramiento de dinero que busca otros destinos de inversión. Y comienza entonces la búsqueda de nuevos mercados ya sea para inversiones de capital, para venta de mercancías o para reinvertir las ganancias.
La “sobre acumulación” del capital es lo mismo que tener un capital acumulado parcialmente “inútil”; es como tener un “dinero invertido” en un equipo que trabaja a menos de su capacidad o que no se pone a funcionar”. El equipo no se pone a funcionar porque si funcionara se invertiría en materias primas y auxiliares y se produciría una mercancía que no se vendería en el mercado porque la capacidad de absorción del mismo es mucho menor que la oferta. Por eso para no perder más dinero, mejor se tiene ese equipo sin funcionar o funcionando a menos de su capacidad. Y esto no es un asunto teórico, sino práctico por el cual están pasando varias industrias mundiales. Tal situación obligó a Estados Unidos a promover en 2002 en los Cabos el Acuerdo Transpacífico por sus siglas en inglés TPP para impulsar la liberación del comercio y la inversión en los países miembros. Con este acuerdo se abarca un mercado de 800 millones de personas y representa el 40% del Producto Interno Bruto mundial. Las ganancias netas están estimadas en 295 billones de dólares al año. Los países integrantes son Japón, Brunei, Chile, Nueva Zelanda, Singapur, Estados Unidos, Australia, Perú, Vietnam, Malasia, Canadá y México. Con el TPP México debe extender exención de aranceles a esos países. La leche y derivados se importarán sin pagar impuestos desde nueve países con cuotas anuales. Granos básicos, huevo, atún, sal, aceites comestibles, verduras y frutas, e incluso bulbos de maguey y henequén forman parte de los productos que podrán importarse sin el pago de aranceles. Destaca el caso de las importaciones de maíz amarillo y blanco (harinero), trigo común, frijol para siembra, así como del arroz con cáscara (paddy) y el descascarillado (cargo o pargo), por las que dichas naciones no pagarán impuestos, etc. Con esto México se ha reducido a mercado estratégico para el capital transnacional. En fin
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