Sainete legislativo, discusión irrelevante

De verdad ante oídos y ojos del público que abarrotó el graderío denigrante espectáculo ofrecieron los diputados integrantes de la actual trigésima primera legislatura en la sesión oficial última.

Dan pena ajena. Los unos a los otros no sólo cayeron en el ataque violento o diatriba sino en la injuria. Y aquello se convirtió en un acontecimiento grotesco y ridículo, un sainete pues, muy pocas ocasiones visto en legislatura alguna.

Bueno, ni el anuncio de la muerte del también diputado Manuel Bernardo Carbonell Ortega del Partido Movimiento Ciudadano calmó los ánimos rijosos. Solo estuvieron en paz cuando el presidente de la mesa directiva, diputado priista Jorge Segura, decretó un minuto de silencio por el fallecimiento de su colega veracruzano radicado en Nayarit.

Todo derivó del conocimiento en medios de la participación en tribuna de la panista diputada Ivideliza Reyes Hernández para exhortar al gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, sobre la instalación de mesa de diálogo a fin de encontrar solución al conflicto laboral de los trabajadores afiliados al SUTSEM de los gobiernos estatal y municipal, mismos que mantienen plantón en la plaza Bicentenario de Tepic desde hace un mes y siete días.

Los burócratas sindicalizados llenaron una a una la butaquería de la sala de sesiones, pero hicieron acopio de paciencia para estar presentes en una sesión pública de los diputados anunciada oficialmente para comenzar a las 11 horas, sin embargo inició más de tres horas después. No se arredraron.

Desde tribuna la panista arengaba: El conflicto gobierno del Estado y SUTSEM ya rebasó la esfera de lo laboral para generar crisis social, que de no ser atendida, puede derivar en confrontación que alteren la estabilidad social y la paz pública de nuestra entidad.

Ivideliza exhortaba a sus acompañantes de cámara, como representantes de un poder autónomo del Estado, a asumir la tarea de intermediación para que el Ejecutivo estatal convoque a una gran mesa de diálogo y trabajo a través de la Secretaría de Trabajo, Productividad y Desarrollo Económico en la que participen representantes tanto del gobierno estatal como del SUTSEM, pero también del Poder Legislativo, ente mediador.

Cada una de las intervenciones de la diputada panista a lo largo del discurso que consideraban les favorecía, fue ruidosamente aclamada por los trabajadores sutsemistas presentes, incluso al unísono con la porra:Yo, soy SUTSEM, yo soy SUTSEM. Otro tanto ocurrió con la participación del diputado perredista Luis Manuel Hernández Escobedo, quien hizo apasionada defensa del sindicalismo y el derecho del trabajador a elegir su dirigencia. La algarabía era tanta que el presidente de la mesa directiva amenazó con la fuerza pública mandar desalojar la sala.

Imbuidos los integrantes de la fracción parlamentaria del PRI por esa confusión de voces altas y entremezcladas, sobre todo las mujeres y dos que tres varones, aprovecharon para desde sus curules salpicar con palabras que intencionalmente lastimaron a los grupos parlamentarios con ideas distintas. Vomitaron improperios. Unos y otros se agarraron del chongo. Y llevaron la discusión a su más baja expresión.

Es decir, en el conjunto de diputadas y diputados priistas no hay quien suba a tribuna al debate de ideas, siempre han permanecido extáticos, su capacidad intelectual no da para más, tampoco son leídos y estudiados. No hay un polemista, sólo quienes suben a tribuna a leer discurso preparado con antelación por el equipo de asesores. En los grupos de oposición cuando menos cinco legisladores le atoran.

Finalmente la votación mayoritaria del PRI y partidos satélites aplastó la propuesta de pedir al gobernador Roberto Sandoval la instalación de la mesa de diálogo. Serviría sólo para prolongar el conflicto, puesto que no se trata de una salida política sino de dinero contante y sonante. El SUTSEM demanda la entrega de mil millones de pesos, mientras que al gobierno sandovalista lo agobia la falta de recursos económicos. No es por ahí María, voltéate.