Próximo rector UAN: académico de sólida formación, elevado espíritu universitario y termine la crisis

La pregunta medular fue: ¿Cuál es el perfil del rector que en la actualidad necesita la Universidad Autónoma de Nayarit?

Variopintas son las respuestas.

Francisco Javier Castellón Fonseca, ex rector de la máxima casa de estudios, expresa su deseo de que sea alguien pleno de espíritu universitario, mientras Salvador Mancillas Rentería, catedrático de la Unidad Académica de Ciencias Sociales y Humanidades, considera indispensable al que sea capaz de resolver la crisis que hunde a la universidad.

Eduardo Saucedo Fuentes, mucho más conocido por “El Morro”, quien fuera en 1975 secretario general del Sindicato de Trabajadores y Empleados al Servicio de la Universidad (STESUN), sostiene que el perfil jamás ha sido tomado en cuenta en la elección del rector, ha predominado el amiguismo.

Para Carlos Rafael Rea Rodríguez es indispensable un perfil de quien goce de características académicas muy sólidas, pero además con amplia claridad de que debe partir de la construcción de grandes consensos fundamentales.

Castellón Fonseca amplia su exposición para señalar la existencia de incrédulos en el espíritu universitario, por consecuencia considera que éste se ha perdido. “El espíritu universitario significa la identidad -de quien quiera ser rector- de una manera completa con la institución.

“Deberá haber vivido etapas universitarias como estudiante, maestro y funcionario, y por consecuencia tener bien clara la idea de que la universidad es un espacio del pueblo de Nayarit que su administración y dirección se nos ha legado a los universitarios.

Poseer espíritu universitario, para Castellón implica no tener como rector a un iluminado, “tampoco necesitamos un gerente o un funcionario que nos manden de otro lado”.

Suma su idea al requerimiento de alguien que defienda el territorio universitario, “pero eso significa independencia del poder político, del poder económico, de los factores de poder estatales y compromiso total con los universitarios”.

“Urge pues un perfil integral que convine lo académico, lo político y lo administrativo. Si es alguien que no conoce en su totalidad los parámetros de la vida universitaria, no será buen rector”, sentencia Castellón.

Salvador Mancillas Rentería considera que el momento actual requiere un perfil muy especial, porque la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN) vive momentos de crisis, razón por la cual su asiento está sobre un terreno pantanoso que amenaza con hundirse aún más.

“Necesitamos un liderazgo no personal, sino institucional. Un liderazgo que represente a la academia más que a grupos. Necesitamos un liderazgo con carácter ¿qué quiere decir esto? Que se proponga el diseño de determinadas políticas y que se lleve a cabo”, sostiene Mancillas.

También evoca la necesidad de un fuerte discurso que lleve a construir para salir de la crisis, “crisis en todos los aspectos: financiero, administrativo, académico y político. Se requiere limpiar el rostro a la universidad”.

Quien aspire a la rectoría deberá adquirir plena conciencia en el actual problema de crisis de la UAN, pero además contar con meta de salida a esta dificultad, así como contraer compromiso de ahondar en la investigación sobre el fondo de pensiones, considera Salvador Mancillas.

“Si no hay esa serie de obligaciones, pues ese rector será más de lo mismo. Pero también estaremos frente al riesgo de una imposición”, cierra su comparecencia ante el reportero de la gente.

Eduardo Saucedo Fuentes es incisivo. Sostiene que el rector de la UAN nunca ha sido electo con base en el perfil. “Ha imperado el amiguismo, se entrega la estafeta a alguien que le cuide la espalda al saliente”.

“El colmo fue la elección del rector actual, Juan López Salazar, quien no surgió de la academia sino del cargo administrativo para manejo de las finanzas. Encargado del dinero para fomentar la corrupción.

Los actuales momentos requieren para la UAN un rector “con calidad académica, con proyecto universitario y visión de futuro para el enlace de la universidad con la sociedad en su conjunto”, asienta quien desde la década de los 70’s cobró fama entre la comunidad universitaria por su partición en las lides sindicales.

Al declarante no le interesa que asuma la rectoría un académico con ideología de izquierda, para él eso no es fundamental. Y aunque considera que en la UAN no hay elementos para un cambio profundo, piensa que ésta debe ser una tarea fundamental.

Carlos Rafael Rea Rodríguez de entrada expone la existencia de un macizo de problemas en la UAN, no coyunturales sino convertidos en estructurales de la institución. Por esa razón se inclina por un perfil capaz de reconocer la naturaleza de esa problemática, la profundidad y las causas.

“Se trata de un personaje competente con atribuciones para construir un equipo amplio y una propuesta sustentable, integral, de largo aliento, que se alimente de muchas voces para que ello se traduzca en acuerdos fundamentales”, argumenta.

“Me parece que es indispensable un perfil que goce de características académicas muy sólidas, con claridad que se debe partir de consensos fundamentales, para ello deberá convocar y concretar la diversidad de voces, la diversidad de posición”.

Agrega: Se requiere un perfil que sea capaz de desarrollar una intensa actividad de gestión que sea acompañada de la representación de todos los sectores de la universidad y de los universitarios en cada una de las iniciativas, porque el estado de vulnerabilidad potencial en que se encuentra la universidad requiere que seamos, en principio prudentes y sensatos, pero decididos, firmes, con capacidad de construcción de diálogo, consensos, con visión clara de la universidad que necesitamos en este momento.

-¿Necesariamente el próximo rector deberá ser un académico?

-Necesariamente no. Para mí, definitivamente deseable que sí lo fuera. Es más que conveniente quien sea el nuevo rector sepa muy bien lo que significa la docencia, la investigación, la vinculación y la extensión, pero asimismo que conozca todas las complejidades financieras y administrativas, entre otras, pero para ser capaces de guiar una institución pública de educación superior, para mí es necesario un perfil académico.