La UAN necesita rector que conozca del estercolero hasta el súmmum
Oscar González Bonilla
02 de agosto de 2015
Para la comunidad universitaria el quinto (de seis) informe de actividades ante el Consejo General Universitario por parte del Contador Juan López Salazar, rector de la Universidad Autónoma de Nayarit (UAN), representó la arrancada de la sucesión rectoral.
Importante factor de decisión en esos menesteres, Luis Manuel Hernández Escobedo, secretario general del Sindicato de Empleados y Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nayarit (SETUAN), cree en la participación de muchos con méritos suficientes una vez caldeados los ánimos por la crisis financiera de diciembre del año anterior.
Las circunstancias actuales y las derivadas del pago sin justificar de elevadas cantidades de dinero al personal de las distintas áreas de la UAN, suceso que destapó la cloaca ante la opinión pública en diciembre, dejan en claro que la universidad requiere de rector a un académico con requisitos muy especiales.
Al escuchar la referencia, Hernández Escobedo espeta: “La universidad necesita un rector que tenga compromiso e identificación plena con la institución”.
Emprende luego la tarea de desmenuzar al indicar que deberá ser “alguien con cultura universitaria –no grados académicos-, es decir que conozca nuestra alma mater desde donde se halla el estercolero hasta donde se encuentra el súmmum”.
Luis Manuel, también actual diputado local por el PRD, amplia las justificaciones al señalar que el entrante rector debe evitar ser todólogo, virtud a que es solo representante legal de la institución, así como responsable de ejecutar acciones que aprueba el Consejo General Universitario.
Su capacidad de gestionar subsidios tanto ante el estado como la federación, deberá ser un factor primordial. Hombre o mujer de respeto, con autoridad moral y energía en la defensa de la institución.
La conseja del considerado poder fáctico, aunque él lo niega, es que deberá integrar un excelente equipo de especialistas para que sean éstos encargados de las funciones sustantivas de la universidad (academia, extensión de servicios y cultura), así como de las actividades administrativas y no académicas.
Rechaza el dirigente del SETUAN la incorporación de amigos, compadres o parientes. “Deberá ser gente comprometida con la universidad, porque hay quienes con potencial para discernir cosas, capaces de construir la universidad ideal, dueños de la verdad, pero sin compromiso; a los seis meses se cansan y se olvidan de las cosas. No, la actividad es permanente”.
La Ley Orgánica establece requisito base que el candidato a rector pertenezca al sector académico, “pero no el más connotado, porque un académico de adeveras es un científico, y los científicos no se preocupan por gestionar cosas sino por la aplicación de la ciencia”.
Esta vez tendrá que ser un académico con base en la sujeción a la ley. Sin embargo, Hernández Escobedo es claridoso al decir que el estar frente al grupo no es garantía de ser buen rector. Y apunta hacia los investigadores, integrantes también del sector académico.
¿Habrá que ser doctor para ser buen rector?, se interroga el dirigente sindical. Y él mismo se contesta: “No. Es simple la fórmula: identidad y compromiso. Si es académico brillante, pues que bueno. Si es así, el beneficio será para todos los que integramos la universidad, sin duda”.
El actual gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, desde que arribó al poder (2005) ha mostrado demasiado amor por la Universidad Autónoma de Nayarit, por lo menos no ha faltado a los actos de informe del rector Juan López Salazar.
-¿Intentará meter las manos en la próxima elección de rector?, preguntó.
-“No debiera”.
Tiene sus dudas el entrevistado sobre la posible injerencia del gobernante. Confía en la manifestación pública de Roberto Sandoval de respeto, “pero si hubiera algún barrunto de intervención, ningún empacho tengo en denunciarlo, pues no es posible que nuestra capacidad de autodeterminación se pierda, cuando ha costado vidas”.
Revela que otros gobernadores de nuestra entidad han intentado meter las manos en la designación de rector por la elección mayoritaria del Consejo General Universitario. Es el caso de Rigoberto Ochoa Zaragoza cuando la elección de Guadalupe Francisco Javier Castellón Fonseca. “De ahí para acá no hemos tenido problemas”.
Pero muy enseguida Luis Manuel Hernández Escobedo sentencia: “No podemos negar que la tentación es muy grande. No podemos negar que hay intereses, no podemos negar que en la UAN existe gente ligada al poder gubernamental, pero no son los que determinan las cosas. Nosotros siempre impediremos que el poder político y económico estén sobre todas las opiniones”.
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