Falsa austeridad
Ulises Rodríguez
01 de agosto de 2015
Durante las décadas que duró lo que Mario Vargas Llosa calificó como “La dictadura perfecta”, nuestro país giraba sobre el eje central de la figura del presidente de la república en turno. No había más dios en el país, ni poder por encima del titular del poder ejecutivo –de hecho, los otros dos poderes hacían las veces de simples dependencias del poder presidencial- y como a toda deidad, había un día en particular al año que servía para su exaltación, esto era el 1ero de septiembre, fecha en que el presidente acudía al congreso de la unión a “informar” lo que había hecho por México, ese día fue bautizado por el pueblo como “el día del presidente”. Los días en los que el presidente leía por más de 4 horas y saludaba hasta a 3 mil asistentes en el “besamanos” –ceremonia de salutación donde se hacían presentes todos los secretarios de estado, gobernadores, alcaldes, delegados… en fin, todo aquel que quisiera seguir cobijado por “la revolución”-, fueron sustituidos a partir de Vicente Fox, por ceremonias un poco más ajustadas a su origen republicano. Sin embargo, no han perdido su suntuosidad y alto costo… más que un acto de sujeción a la ley y de transparencia, es una oportunidad para manifestar el inmenso poder político que carga la banda presidencial.
En Nayarit, el último gobernador que asistió al congreso del estado a presentar su informe de gobierno en una ceremonia austera, fue Antonio Echevarría Domínguez en agosto de 2005. Un año después, es decir en agosto de 2006, el entonces gobernador mandó una iniciativa al congreso –controlado por esbirros suyos- para reformar el artículo 42 de la constitución local y modificar el formato del informe de gobierno, entre otras cosas, la fecha se recorría de agosto a diciembre. En aquel entonces, la gente en cafés y en la calle, decía a manera de rumor que la intención de Ney González de recorrer el informe era en realidad, porque no tenía nada qué informarnos a los nayaritas, pues nada había hecho durante su primer año al frente del gobierno. Lo que nunca imaginamos es que, la ceremonia del informe, bajo el esquema de Ney González mutaría de un acto republicano a una función de circo donde solo hay un payaso en el escenario, presumiendo un montón de logros inexistentes en la mayoría de los casos y que poco tienen qué ver con la realidad que enfrenta el estado, una ceremonia donde los diputados asistían ¡en calidad de invitados!, igual que el resto de los asistentes, para los que era más importante aplaudir y salir en la foto que fiscalizar y verificar lo ahí anunciado por el gobernador.
Así transcurrió el sexenio de Ney González, el gran simulador nayarita y llegó el de Roberto Sandoval, con un aparente distanciamiento entre ambos y sin embargo, tan parecidos entre sí. Roberto Sandoval continuó con el mismo esquema de su antecesor y si acaso, para el informe le añadió el ingrediente de la farándula. Era común ver en los informes del gobernador a artistas como Pepe Aguilar, Pancho Barraza, el recientemente fallecido Joan Sebastian, Ezequiel “El cheque” Peña, Julión Álvarez y a Luis Donaldo Colosio Riojas, en su papel de acompañante de alquiler, entre muchos otros. Cada uno de ellos con gastos de transporte, de alimentación y de hospedaje, un turismo político cuya única finalidad es la de engrosar una parafernalia oficial de por sí ya ofensiva para un pueblo con menores oportunidades cada vez.
Pasadas las dos de la tarde de este martes, el gobernador Sandoval anunció en su cuenta de facebook que como una medida de austeridad y para contribuir al ahorro y buen manejo de las finanzas estatales, sólo acudirá al congreso a presentar su 4to informe de gobierno, sin evento alguno. ¡Ah que el gober! Se saca las ocurrencias del sombrero. Si de verdad el mandatario quiere contribuir al ahorro de recursos y desea constituirse en un ejemplo de “justa medianía” –parafraseando el concepto de Juárez sobre la forma de vida de los funcionarios públicos-, Roberto Sandoval debería dejar de comprar caballos pura sangre, dejar de adquirir tierras para edificar allí lujosas fincas de descanso, debería anunciar que no irá más, acompañado de sus cortesanos, a las peleas en el extranjero de su amigo Saúl “el canelo” Álvarez. Después de los informes de la CONEVAL, donde dice que en México la pobreza gana terreno y en Nayarit no es la excepción, el anuncio de Sandoval Castañeda, sólo provocó una que otra carcajada burlona. Necesitamos acciones de contenido, no sólo de superficie
Comentarios