En los tiempos de partido único era una regla no escrita de la clase política priísta proferida en tiempos electorales por Don Fidel Velázquez que “político que se mueve no sale en la foto”.
Al arribar la alternancia partidista en el poder en el 2000 y luego con el advenimiento de las
redes sociales esta regla cayó en desuso.
Hoy en día los que aspiran a un puesto de elección popular tienen que moverse con anticipación para salir en la foto muy a pesar de las severas restricciones que obliga la ley electoral.
Ante esta nueva realidad el diputado de la XXXI Legislatura local Antonio Serrano Guzmán, -no sé si con la anuencia del empresario Antonio Echevarría García- hizo público su decisión de sumarse a la construcción de una Alianza de todos los partidos de oposición al PRI con el objetivo de lanzar como candidato a gobernador al presidente del Grupo Empresarial Álica porque, según él, nuestra entidad requiere de gobernantes
emprendedores que generen miles de
empleos a través del sector productivo de Nayarit.
Por su parte el precandidato destapado por el Dip. Serrano aclaró que sus incursiones a distintos municipios forman parte de su trabajo empresarial y de ninguna manera de proselitismo preelectoral.
El joven empresario es prudente al respecto. Si bien todos conocemos que el sueño dorado del clan Echevarría-García es ver a su hijo en la silla gubernamental en el 2017, antes tendrán que ponderar la viabilidad de su candidatura, sea por medio de una alianza de partidos o una candidatura independiente.
Dinero le sobra. Solo que los Echevarría no dan paso sin huaraches, o sea, si esa candidatura es o no rentable para sus
negocios empresariales.
El jefe de la familia Echevarría García, Antonio Echevarría Domínguez le fue muy bien durante su gestión como gobernador en el sexenio 1999-2005. En ese lapso de 6 años acrecentó su poderío empresarial en Nayarit y la de un reducido número de amigos y compadres.
Sin embargo a los nayaritas no les fue muy bien el llamado gobierno del cambio. Como dijera alguna vez el actual mandatario estatal, Roberto Sandoval la obra pública durante esa administración apenas alcanzaría el número de los dedos de su mano. Lo único rescatable de su gobierno es que no dejó
deuda pública.
En el caso de la hoy senadora de la república Martha Elena García Gómez de igual manera le va muy bien. No obstante su gran popularidad mostrada cuando fue candidata del PAN a gobernadora del Estado en el 2011 al lograr el apoyo en las urnas de más de 185,000 votos, seguramente por la enfermedad que tuvo que enfrentar su trabajo legislativo en el senado de la república ha sido irrelevante.
Por otro lado hasta hoy desconozco que haya hecho la senadora Martha Elena a favor de los que votaron por ella. La gran obra pública que prometió entregar a los tepicenses, la rehabilitación de la Loma finalmente la gestionó y la volvió realidad el actual mandatario estatal.
Todos estos hechos volverán a recordarse en la memoria colectiva en el momento que otro nombre de la dinastía Echevarrista pretenda gobernar a los nayaritas.
Otros de los destapados por medio de las
redes sociales son nada menos que el alcalde de San Blas el dicharachero Hilario Ramírez a) “El Layín” y el político de larga trayectoria legislativa, Lic. Raúl Mejía González.
Layín tal vez pudiera tocarle el gusanito por recorrer la misma ruta del político regiomontano Jaime Rodríguez “El Bronco” quien es hoy gobernador electo de Nuevo León.
Solo que hay una abismal diferencia: El Bronco tuvo una militancia de 35 años ininterrumpidos en el PRI; además se codea de tú a tú con la poderosa clase empresarial. En cambio “Layín” no es más que un político pueblerino.
El Lic. Raúl Mejía tiene prestigio
profesional solo que hoy carece de una base territorial, a menos que el neycismo esté de vuelta…