Discriminatorio, el festival de las letras en Tepic 2015

Discriminatorio, profunda y tremendamente discriminatorio, fue el Festival de las Letras, organizado por el Presidente Municipal de Tepic, Polo Domínguez, celebrado el fin de semana que pasó, en el Palacio sede del cabildo de nuestra capital.

El fondo de la cuestión, es grave, sumamente grave. Nos obliga, a los tepicenses, a los nayaritas, a reflexionar con la responsabilidad y seriedad, que el suceso amerita.

Lo peligroso del asunto, no es el enorme gasto que se destinó, para llevar a cabo el evento, ya que, a todos y cada uno de los talentos que fueron importados, mínimamente, se les pagó el viaje y su estancia aquí, en tierras nayaritas. Y no me referiré al torpe desaguisado, protagonizado por la escritora de apellido Loaeza, al destapar para la gubernatura, al primer edil de la municipalidad más extensa e importante de nuestra querida entidad, cuyo inoportuno incidente, es brutalmente ofensivo y, que, evidentemente, lastima la dignidad y elevada moral de los que aquí vivimos, por lo cual, tanto la también periodista, como el alcalde, deberían pedir excusas a toda la comunidad.

Lo espinoso del Festival de las Letras en Tepic, es que Polo, nos dio a los tepicenses, por tanto, a los nayaritas, el trato de pueblo colonizado.

¿Cómo al Presidente Municipal se le ocurre dar a sus gobernados, el trato  de raza colonizada, que es sinónimo de atrasada, inculta, ignorante, dependiente, y que es lo mismo que ubicarla como a una sociedad que vive en la obscuridad y no ha alcanzado la mayoría de edad? Eso, equivale a decir que no somos libres, que tanto tepicenses como nayaritas no gozamos de libertad. Subrayemos la frase inmortal de Martí, “ser cultos, para ser libres”, misma que, indiscutiblemente, vincula orgánicamente, libertad del ser humano, con cultura del ser humano.

Es, exactamente, lo que significa haber traído, e importado, escritores y periodistas de otras entidades, sobre todo de la capital del país, la ciudad de México, con el fin, según el alcalde, de enseñarnos el camino de las letras y, consecuentemente, de la cultura, tal cual, si aquí, en estas tierras, en Nayarit, en Tepic, no conociéramos ni la “o” por lo redondo, en materia de letras y cultura.
 
¡Por favor! ¡Qué ignorancia la del alcalde! ¡Qué majadería la de Polo, al darnos el trato a los tepicenses y a los nayaritas, de retrasados e ignorantes, es decir, de pueblo colonizado!

En Nayarit, en Tepic, hay grandes talentos, hay hombres y mujeres de letras, que poseen una impresionante e inmensa cultura, igual, por no decir, superior, a la que han acumulado Loaeza y Villoro, por señalar sólo a dos, del exagerado fino elenco que, como pasarela, desfiló por el antiguo edificio, asiento y emblema del poder municipal capitalino.

Le refresco la memoria a Polo, el alcalde:¡Los tepicenses y los nayaritas, nunca hemos sido un pueblo colonizado, nunca hemos aceptado las cadenas de la esclavitud en ninguna de sus etapas históricas, sean esclavistas, feudales, imperiales o del neoliberalismo, tal cual es, la esclavitud del momento! ¡Y jamás las aceptaremos, no obstante los esfuerzos de Domínguez González por atarnos a los yugos imperiales-esclavizantes, cuya estrategia, se traza desde la Casa Blanca!

No olvidemos nunca, que aquí arrancó la Revolución Mexicana, con la huelga obrera de Bellavista en 1905, antes de Cananea y Río Blanco, y, que, dichos eventos, registrados por la historia, son considerados por la ciencia, cuna de nuestro movimiento emancipador. Y eso, lo de Bellavista, es cultura y letras, Señor Alcalde, más, mucho más, que el tema Amado Nervo.

Lo mismo, el XXVI Ayuntamiento de Tepic, con Alejandro Gascón Mercado, al frente, éste, registrado como el mejor alcalde de nuestra historia nacional, desde que Hernán Cortés instaló el primer gobierno municipal mexicano, en la Villa Rica de la Veracruz, hace ya varios siglos atrás y, que, con este episodio histórico, acaecido en nuestras amadas tierras nayaritas, en la recién pasada  década de los setentas, se dio el banderazo para alcanzar las grandes transformaciones democráticas, que la población de todo el país, reclama y exige y, que, sin duda, es una batalla que nuestro pueblo está ganando, día a día, hasta llegar a la victoria definitiva. Este episodio, aportado al país, por los tepicenses y nayaritas, es historia y, la historia, nadie podría negarlo, es cultura; o, dicho de otro modo, en palabras llanas y directas, sin rodeos, la cultura y letras que no se basan en la historia, no puede ser cultura ni letras. Este tramo, protagonizado por Alejandro Gascón Mercado, tiene más contenido histórico, cultural y en las letras, que la mediocre obra de Amado Nervo. Hay que tener presente siempre y no apartarse nunca, del principio universal, que establece que la cultura y las letras, así como el arte, siendo superestructuras, dependen de los hechos históricos, esto es, de las estructuras socioeconómicas-políticas.

Nayarit y Tepic tienen una gran riqueza histórica. Nuestro municipio, donde se asienta nuestra capital, y Nayarit, tienen una gran riqueza cultural y un valiosísimo arsenal en las letras, es decir, tiene muchos y muy valiosos escritores y periodistas, los cuales, pudieron haber protagonizado un evento de más calidad, que el que acaba de celebrar Polo, con especialistas de la cultura, importados, con la desventaja y debilidad, que éstos, desconocen nuestra historia, por tanto, la riqueza cultural que tienen Tepic y Nayarit.

La discriminación es grave. La omisión es grave. La obligación principal de Polo, el alcalde, tal y como se lo ordena la Constitución, es generar y promover desarrollo. La cultura y las letras, son parte importante del desarrollo. Aquí, hay infinidad de talentos que trabajan en la actividad de la cultura, las artes y las letras. La obligación y el deber de Polo, es promover a los de aquí, para enriquecer más la cultura y las letras, el desarrollo. Traer escritores y periodistas de fuera, costándole mucho al erario público, inhibe la cultura y las letras, porque, insisto, el alcalde tepicense nos ubicó y trató, como a un pueblo profunda y tremendamente discriminado, colonizado y, nunca de los nuncas, hemos sido, ni seremos esclavos de nadie, muy a pesar de los intentos que hace el gobernante de nuestra amada capital, para que seamos eso.