Latinoamérica al borde de la crisis
Octavio Camelo Romero
28 de mayo de 2015
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL por sus siglas, dijo el miércoles 27 de mayo de 2015 que la inversión extranjera directa en América Latina cayó un 16 por ciento en el año 2014. De acuerdo al comunicado de la CEPAL la inyección de capital llegó hasta 158 mil 803 millones de dólares en el 2014 cuando de 2003 a 2013 los flujos pasaron de 46 mil 937 millones a la cifra record de 189 mil 951 millones de dólares en términos nominales. Brasil es el primer receptor de inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe seguido por México, que por cierto en nuestro país las inversiones cayeron un 49 por ciento con respecto al 2013 descendiendo hasta los 22 mil 795 millones de dólares. La CEPAL dijo que en el mundo la Inversión Extranjera Directa, IED por sus siglas cayó un 7 por ciento en el 2014 con respecto al año 2013 no obstante que las entradas a los países en desarrollo aumentaron un 5 por ciento, principalmente gracias a Asia.
En este espacio ya hemos discutido este fenómeno y además hemos predicho una posible crisis para el 2016. No es que seamos adivinos, simplemente que el estudio científico de los fenómenos sociales son objetivos por naturaleza independientemente de la voluntad de los políticos que entre otras cosas, nos han llevado a un callejón sin salida. Ojalá y este próximo 7 de junio el pueblo no se vuelva a equivocar.
No se necesita ser letrado para entender que las mercancías tienen un costo de producción y un precio de venta, y que la diferencia del precio y del costo es la ganancia. Además las mercancías tienen que venderse en el mercado para poder recuperar en dinero que se invirtió en su producción y la ganancia. La ganancia para convertirse en capital tiene que ser invertida y generar otra ganancia. Pero además para venderse las mercancías en el mercado deben encontrar compradores con capacidad de compra. Los compradores son los trabajadores y sus familias y la capacidad de compra está dada por los salarios que perciben. Sin embargo en el mercado entran en competencia los empresarios productores de mercancías; para desplazar a sus competidores invierten en tecnologías ahorradoras de mano de obra para bajar los costos de producción y poder ofrecer sus mercancías a menores precios. Esta acción provoca por un lado la quiebra de los competidores pero a la vez, el desempleo y consecuentemente la estrangulación del mercado. Pero por otro lado estimula la sobreacumulación, o sea, el excedente de capital inutilizado por no encontrar las condiciones para una inversión rentable, o sea, inversión que genere ganancia. Como el mercado se ha contraído ya no podrá poner a producir su tecnología al 100 por ciento de su capacidad. Y como los compradores efectivos no consumen todo lo producido entonces necesariamente tendrá que disminuir la producción nacional. Pero además, al no poder reinvertir sus ganancias los empresarios invierten en la banca sus excedentes dinerarios para por lo menos obtener un rendimiento anual por ese dinero. Por su parte la banca se encuentra con la necesidad de invertir ese dinero excedente de los empresarios para poder darles el porciento acordado por su manejo. Y la banca empieza a presionar a los países para invertir por lo menos, en obras de lago plazo como son las obras de infraestructura física y social. Y de esa manera se va tejiendo la trama de países dependiente ahora de los instrumentos financieros internacionales. Sin en Latinoamérica no existen las condiciones para obtener buenos rendimientos entonces esos capitales dejan de “fluir” a la región y se van en busca de otras regiones. Por eso van en busca de África para “desarrollarla”. La alianza Brasil-México es estratégica para ofrecerse como destino viable para la inversión de ese capital excedente que anda en busca de regiones donde invertirse. Desafortunadamente para los mexicanos su capacidad de compra está muy por debajo de la de los brasileiros por lo cual, en términos comparativos Brasil lleva mano para atraer inversión. Urge la desindexación del salario en nuestro país para por lo menos homologar los salarios a nivel nacional con el salario más alto de la República Mexicana. En fin.
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