Las políticas de EPN quiebran empresas

No podemos aceptar que el quiebre de las empresas pequeñas y medianas de México se debe a la voluntad del presidente Peña Nieto. Nada más absurdo que esta creencia. Por el contrario, todo se debe a los grandes cambios que se están sucediendo en el concierto planetario y que varios científicos sociales del mundo han estado estudiando y publicando sus investigaciones. Entre otros escritores está el sociólogo norteamericano William I. Robinson quien entre otras obras escribió “Una teoría sobre el capitalismo global: Producción, clases y Estado en un mundo transnacional”. Aquí se sostiene que el capitalismo sigue siendo capitalismo en cuanto a sus propias leyes de desarrollo y acumulación pero también se destaca la existencia de nuevos rasgos, de procesos cambiantes y de estructuras novedosas que dan pie a expresar que estamos ante una nueva etapa del capitalismo. Se asegura que a finales del siglo XX y comienzos del XXI se configuran nuevos rasgos en el capitalismo dentro de los cuales se destacan que los principales capitales nacionales se han transnacionalizado, se han fusionado con capitales de otros países de tal manera que surge el verdadero capital transnacional, un capital que ya no se arraiga o se identifica con un solo país sino con el sistema global en su conjunto. Y consecuentemente ha surgido una nueva subclase social, la subclase capitalista transnacional la cual es una fracción de clase pero es la que domina al mundo, es la dueña de las grandes compañías multinacionales que operan alrededor del mundo sin base en ningún país. Lo distintivo es que opera como la verdadera clase capitalista en tanto es la subclase que hegemoniza todo el sistema, desarrolla una nueva conciencia de clase y se reúne una vez al año en Davos; para su control ha creado una serie de instituciones y foros multinacionales. La economía global es un sistema transnacional de producción y de finanzas no visto en la historia anterior. En él surgen circuitos globales de acumulación y los países han sido obligados a integrarse a este nuevo sistema productivo y financiero del capitalismo global siendo por ello que los Estados responden a las exigencias del capital global y no pueden absorber las demandas populares. En lo local asumen más un rol policíaco que político. En relación con los obreros ha surgido una clase trabajadora global. La clase trabajadora de un país tiene una relación orgánica con las otras naciones porque están fabricando el mismo producto. La fabricación de un bien pasa entonces por varios países. Y si obreros de estos países ponen su mano de obra para elaborar un solo producto, ello quiere decir que es una clase transnacional. Pero a diferencia de la burguesía transnacional, los trabajadores conforman una clase “en sí” más no “por sí” ni mucho menos “para sí” porque es una clase sin conciencia clasista además de que no tiene conciencia de ser una “clase transnacional”, ni cuenta con una forma de organización transnacional o foros como los tiene la burguesía transnacional. Por todo ello el presidente EPN no puede, aunque quisiera, imponer su voluntad. Antes bien se tiene que adecuar a los requerimientos del capitalismo global si es que pretende culminar su periodo presidencial. Su pragmatismo político y sus compromisos lo hicieron llevar al Pacto por México y al Congreso de la Unión la serie de Reformas Estructurales para dar cabida y manga ancha al Capital Global. Y como consecuencia de todo esto tenemos que han quebrado 113579 micro, pequeños y medianos empresarios en relación con 2012. Desde luego que estas cifras se traducen en mayores cifras de desempleados porque las pequeñas empresas son absorbedoras de mucha mano de obras y consecuentemente de pobreza alimentaria. En fin.