El delito solo acusa
(Especial para Nayarit Altivo)
Habráse visto, en días pasados leí una nota en un Portal de la frontera norte de nuestro país, en la que se hacía la reseña de que un cantante de música grupera había terminado una presentación y para celebrar el acontecimiento, se llevó a una jovencita menor de edad a sus habitaciones.
El sujeto, apodado El Alacrán, yo creo que haciéndole honor al mote, andaba muy "venenoso" y pues total, se puso a darle gusto al cuerpo con la chamaquita de apenas 13 años de edad, a la que después de un rato y al ver que no llegaba del baile, fueron sus padres a buscarla.
Bueno, y ya que los encontraron muy a gusto yaciendo en el lecho, pues obviamente estos preocupados y responsables padres de familia rápidamente dieron parte a la autoridad competente y pues al Alacrán se le cayó la cola y se le hizo agua el veneno, porque fue acusado de violación equiparada, aunque huelga decir que la que quiso el piquetillo pues fue la chamaca.
Y la verdad es que no pretendo entrar en polémica con mis compañeras del sexo femenino, porque lamentablemente este tipo de asuntos luego sirven para debatir hacia un punto infinito en el que lamentablemente las razones no asisten de ninguno u otro lado, las cosas simplemente son y se deben resolver sin que alguna de las partes se vea afectada.
Total que al hombre este lo mandan a la cárcel y la chica pues seguramente recibió una buena regañada, pero vamos a ver, ¿quién realmente tuvo la culpa? El "Alacrán", dirán los grupos más conservadores. La chiquilla, dirán las madres y algún que otro viejo verde que gozaría que el cantantillo les contara en una canción del encuentro.
Yo digo que la responsabilidad es de los padres de la adolescente. Es cierto que todos debemos disfrutar la vida y el despertar sexual en cualquier punto se iba a dar, pero definitivamente en un baile y con un sujeto 21 años mayor está de pensarse, ¿o estoy chapada a la antigua, fuera de onda?
Qué bien que el encuentro fue de mutuo acuerdo y no un episodio de violencia más sexo sin consentimiento. Así la chica guardará esto como un penoso incidente, el tipo quedará libre de culpa en cualquier momento y los padres deberán replantearse su actitud como primera autoridad. Escasez de valores, el gran pecado de nuestro tiempo.
Este asunto me recuerda otro visto hace poco. No diré nombres, porque el delito solo acusa. Si te vas a automarginar entre la sociedad por tu proceder, ¿para qué aceptas un premio? Si sientes que no mereces recibirlo, ¿por qué no lo devuelves? Sin dedicatoria especial, quien con su silencio otorga protagonismo en la falta se sabe peor que el alacrán.
[email protected] @chaparradelmal (f) Mildred Rodríguez Ferrer