Con Braulio Pérez Valdivia
Octavio Camelo Romero
20 de Febrero de 2015
Fue el martes 17 de febrero del 2015 cuando al llegar a conocido café ubicado en la “plaza Álica” me encontré en una de las mesas, a mi amigo, el distinguido político nayarita Don Braulio Pérez Valdivia. Teníamos bastante tiempo sin encontrarnos en los lugares públicos, lugares donde acostumbramos charlar. El encuentro fue totalmente casual. Sin embargo, fue a la vez muy afectivo. “Cómo has estado converso” me dijo. Y a partir de mi respuesta entablamos una amena conversación. Lo invité a que nos acompañara en nuestra mesa, la cual habíamos reservado mi hijo Iván y yo. Y en torno a los vasos de café inició una plática, por demás ilustrativa para quienes no vivieron los momentos políticos del gobierno de mi camarada, patriarca y amigo Don Emilio M. González Parra.
Iniciamos con el tema de la selección del candidato del PRI a la presidencia municipal del Tepic de aquel entonces. Braulio que venía del departamento de tránsito municipal contendía por la candidatura al lado del líder del Congreso local, Javier Carrillo Casas, del presidente del Tribunal de Justicia del Estado de Nayarit, José Luis Béjar Fonseca y del secretario de planeación Joel Salomón Salas Praiz. Se ponía a prueba el método democrático de consulta a la ciudadanía para seleccionar, en este caso, al candidato priista a la presidencia municipal de Tepic. Semejante situación había llevado al enfrentamiento de los titulares de dos de los tres poderes constitucionales, al titular del Poder Legislativo y al titular del Poder Judicial. Y por si fuera poco, se incorporó en esa aspiración el secretario de planeación del gobierno del Estado. Y todos ellos se enfrentaban a un jefe de departamento del municipio. Las actividades de precampaña fueron de gran intensidad y abiertas a toda la ciudadanía sin distingo de partido político ni de sectores partidistas. Finalmente se optó por una convención de delegados constituidos en cuatro grandes frentes: los tres sectores del partido, CNOP, CNC y CTM y la estructura territorial. De esa convención por votación mayoritaria salió electo Braulio Pérez Valdivia como candidato del PRI a la presidencia municipal de Tepic. Este solo hecho era más que suficiente para platicar con mi amigo sobre su experiencia y sobre aquello que estuvo atrás de su triunfo electoral dentro de su partido.
Algo que olvidan los políticos bisoños es que la política es circunstancial y que las precandidaturas y candidaturas, así como los triunfos electorales, se construyen con cierto tiempo de antelación a las fechas de las jornadas. De allí que resultaba interesante saber cómo Braulio Pérez Valdivia construyó primero su precandidatura, después su candidatura y finalmente su triunfo electoral, pues llegó a ser electo como presidente municipal de Tepic para el periodo 1984-1987. Evidentemente que en el gobierno del demócrata Emilio M. González había que conjugar por una parte, la “participación popular” con el “liderazgo real” de los suspirantes a ocupar un puesto de elección y, por la otra, la selección que el gobernador hiciera de los personajes que le garantizasen la permanencia de su política. Esta situación añadía un motivo aún más interesante para que mi amigo nos contara su experiencia. Y así sucedieron los acontecimientos. Braulio Pérez Valdivia fue delegado del partido en el municipio de Tepic en la campaña presidencial. Su empatía y capacidad lo llevaron a tener buenos resultados electorales. Demostrada su capacidad y su liderazgo, el gobernador le da la encomienda de la dirección, del crecimiento y consolidación del PRI municipal de Tepic. Posteriormente ante los conflictos con la ACASPEN, es nombrado director de tránsito municipal en la capital del Estado, conservando el nombramiento de delegado del partido en el municipio. Y de allí, se enlista como precandidato o aspirante de su partido a la candidatura a la presidencia municipal. Como quien dice, supo aprovechar su paso por el partido y la administración municipal para construir su candidatura primero y su triunfo electoral después. Los votos de la convención priista primero y de la jornada electoral después, avalaron su trabajo. En fin.
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