La UAN por la ruta de la transparencia
Octavio Camelo Romero
26 de enero de 2015
En días pasados el Rector de la Universidad Autónoma de Nayarit envía al Sindicato de Personal Académico de la UAN, SPAUAN, una información sobre la nómina de sueldos y jubilaciones de los universitarios, sobre el fondo de pensiones y jubilaciones y sobre algunas erogaciones con cargo a dicho fondo. El secretario general del sindicato inmediatamente sube la información al blog sindical y de allí voló para las redes sociales y los periódicos. Esta acción de los contadores Juan López Salazar y Carlos Muñoz Barragán se inscribe dentro de la ruta de la “transparencia”, es decir, “si lo sabe Dios que lo sepa el mundo”. Sin embargo, no basta la transparencia para combatir la corrupción porque con cinismo se puede ser un “corrupto transparente”.
La “corrupción” es un fenómeno sustancial del neoliberalismo; es un tema de actualidad y existirá mientras el "Neoliberalismo" sea una política pública dominante en el mundo. Hablar de los neoliberales es hablar de múltiples facetas del Capitalismo Contemporáneo traducidas a “políticas públicas” cuyos objetivos fueron y son: a) desmantelar el “estado de bienestar” surgido después de la segunda guerra mundial como estrategia para amortiguar la avalancha de los pueblos en su lucha por el socialismo y b) transformar los estados y las economías nacionales en un estado y una economía global.
El neoliberalismo es el "liberalismo del imperialismo", el liberalismo del “gran capital mundial”. Pareciera una contradicción hablar de "liberalismo" y de "imperialismo" en una sola manifestación. En realidad se trata de encontrar mercados sin fronteras para la acumulación de Capital, para sus antiguas y nuevas inversiones, para una producción cada vez más voluminosa de mercancías.
Los capitales nativos-medios y pequeños difícilmente pueden competir contra estos enormes capitales; su única forma de subsistir es la de convertirse en "apéndice" de tales consorcios bien sea como abastecedores de materias primas, bien como productores de partes de ensamblaje, etc.
Para que esta integración se cristalice tienen que existir ciertas condiciones y se deben dar determinados pasos. Y es aquí donde florece la “corrupción”. La meta es corromper a los servidores públicos de todas las jerarquías, a los miembros de la clase política de los distintos partidos políticos, a todo tipo de intelectual que le pueda servir, a los medios masivos de comunicación, al sistema educativo formal, etc. El objetivo central es crear las condiciones jurídicas, políticas, sociales y económicas para que el capital multinacional en general y el capital financiero en lo particular penetren a los mercados nacionales que a la fecha se mantengan cerrados.
Para modificar el marco jurídico se tiene que contar con el Poder Ejecutivo y con el Poder Legislativo. Si es necesario habrá que sobornar desde el Presidente en funciones hasta los políticos y partidos políticos, pasando por los legisladores. Si hace falta algún Presidente nuevo con la ideología neoliberal, se escoge a la persona y se inicia un proceso de construcción de su nueva personalidad; se le crea nueva imagen, se le financia su vida política y se le facilita el acceso a los círculos económicos, etc. Los políticos y servidores públicos son acosados con dádivas que en su vida tuvieron. Y en los centros educativos imponen la práctica y la línea educativa del neoliberalismo. A los Institutos de Educación que mejor reproduzcan tal modelo se les premia y distingue como “Instituciones Acreditadas” de Calidad. Y cuando el capital multinacional ya está dentro del país y alguno de los que le sirvieron ya no le sirve, entonces sin miramientos lo denigran y hasta lo meten a la cárcel. Desde la década de 1900 del siglo pasado hasta el tiempo presente se ha visto este fenómeno de corrupción promovido por el capitalismo mundial. Se vio en toda Latinoamérica y en este momento se está viendo en Europa.
Ante tal situación la “transparencia” no garantiza la “no-corrupción”, cuando mucho da la información de los hechos corruptos pero “de por sí” no los corrige. Para evitar ser un cínico, un “corrupto transparente” se ocupa la voluntad para profundizar el esclarecimiento de los “hechos corruptos” y poner remedio, esto es, poner medidas correctivas. En la UAN ya se dieron los primeros pasos, faltan los segundos y terceros; dentro de ellos, hacen falta las auditorías. En fin.
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