Fin del ciclo del capital chino
Octavio Camelo Romero
09 de octubre de 2014
Y es que para todo proceso productivo necesariamente intervienen los medios de producción y la fuerza de trabajo. En el caso de la industria textil, del calzado y alguna otra de bajo contenido de valor añadido, como dicen los economistas contemporáneos, en el caso de los procesos chinos de producción se traía desde China la mano de obra más que barata, casi casi a nivel de mano de obra esclava. Esto lleva a plantear la gran necesidad que tiene el pueblo chino de trabajar y la escasez de puestos de trabajo en su país natal. Objetivamente si no existieran estas necesidades no se arriesgarían a las travesías que en condiciones infrahumanas hacen para llegar a Europa o a América. Es una situación semejante a la de los centroamericanos y caribeños, incluyendo a los cubanos. Sin embargo llama la atención la facilidad para el tráfico de humanos chinos. Esto plantea la posibilidad de la colaboración de las autoridades de la República Popular China o definitivamente del Partido Comunista Chino. Por lo pronto ya se hizo un gran negocio con el puro tránsito de la fuerza de trabajo del Dragón Rojo. Empero esta travesía no será por los cauces legales, sino todo lo contrario, por los cauces más ilegales, tanto para la salida del país asiático como para la entrada al país occidental, cualquiera que este sea. Llegado al destino, el trabajador chino será sometido a la peor explotación del capitalismo, explotación más cruenta que la de los siglos XVII y XVIII en Inglaterra.
El otro presupuesto para el proceso productivo chino en occidente es el de los medios de producción. Los medios de producción no serán tan sofisticados como pudiéramos pensar. Las empresas asiáticas en occidente son por lo regular talleres en grandes naves. Como quien dice practican una producción extensiva de mano de obra. Y esto es así porque tienen a su disposición una mano de obra esclavizada y por ende, de bajísimo costo. Esto en principio les favorece para la competencia con sus homólogos. Lo otro que les favorece para su preeminencia competitiva es la evasión fiscal o el no cumplimiento con las normativas del país tanto en lo que se refiere a la mano de obra como también a las otras obligaciones del crédito fiscal. Pero además de los instrumentos de trabajo, están las materias primas dentro del rubro de medios de producción. Las materias primas son trasladadas desde la República Popular China a los puertos cercanos a los centros productivos. De por sí las materias primas son de bajo costo en el país asiático, pero si a eso se le añade que su traslado se hace de manera ilegal y con documentación falsa para declarar menor cantidad de la mercancía trasladada y de una calidad inferior a la del traslado, entonces la ventaja competitiva se incrementa en la medida del fraude fiscal. Desde antes de iniciar el proceso productivo los chinos ya se tienen garantizado el triunfo en el mercado, pues los competidores occidentales no cuentan con sus ventajas competitivas.
De pronto se inunda el mercado de productos chinos, no todos auténticos, pues se da entre ellos la falsifica o la maquila para firmas occidentales. Se desplaza a los antiguos productores occidentales y empieza el emporio asiático, Sin embargo falta finalizar el ciclo o iniciar un ciclo nuevo. Para ello se requiere que se vuelva de nuevo al proceso de compra de materia prima e instrumentos de trabajo, por un lado, y al traslado de mano de otra china por otro para la reproducción ampliada del capital. Esto supone el envío del dinero a China para realizar las compras requeridas. Y aquí radica el otro aspecto del fraude. Enviar dinero ilícito a la República Popular China para legalizarlo allá y volverlo de manera ilícita como mano de otro y medios de producción, de nuevo a occidente. En este ajetreo del dinero la banca china ayuda a sus connacionales. Por eso no se puede pensar que todo este alboroto se haga sin que las autoridades del país asiático o el Partido Comunista Chino estén enterados. En fin.
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