El comercio de humanos chinos

Al parecer el tráfico de humanos es un fenómeno de bastante tiempo atrás que alimenta la emigración desde China y que explica la invasión de chinos a Europa por lo menos, así como la presencia de tanto inmigrante indocumentado en Prato. Para algunos investigadores el tráfico de personas es una de las actividades más lucrativas de la economía étnica china, y a la vez es el antecedente del resto de los negocios ilícitos como la falsificación de documentos, el contrabando, el blanqueo del dinero, la evasión de las cargas fiscales y de las leyes, etc.

Los hechos ocurrieron en la ciudad barcelonesa de Mataró, polígono textil según los periodistas españoles Juan Pablo Cardenal y Heriberto Araujo. Todo comienza con la denuncia ante la comisaría de dos chinos. Denunciaron la explotación a la que estaban siendo sometidos ellos y sus paisanos en los talleres del lugar. La policía infiltró cámaras ocultas en 90 talleres clandestinos y preparó un despliegue de 750 efectivos. Y el día 16 de junio de 2009 hicieron una macro redada policial. Detuvieron a 77 ciudadanos chinos acusados de explotar laboralmente a 450 de sus compatriotas, la mayoría indocumentados y sin contrato laboral. Los inmigrantes ilegales trabajaban siete días de la semana en jornadas de más de 12 horas, cobraban un sueldo mísero y vivían en los propios talleres; dormían junto a las máquinas de coser y carecían de las mínimas condiciones de seguridad, salubridad y ventilación. Las condiciones laborales de la ciudad italiana Prato se reproducían en la localidad española de Mataró. Esto evidenciaba una práctica común y sobre todo el secreto de la productividad china que hacía sucumbir a las empresas competidoras europeas ante su presencia.

Sin embargo hay algo que llama poderosamente la atención. ¿Por qué los chinos explotados no protestan ni denuncian los hechos? Y una interrogante más, ¿Por qué emigran en esas condiciones desde la República Popular China, si esta es la segunda cuando no la primera potencia económica del mundo?

De los 450 chinos liberados con la redada policial, 117 admitieron ante la policía tener una deuda. Según los periodistas españoles la necesidad de dinero, su condición de ilegal y la deuda son los tres factores que hacen que el migrante chino no denuncie los hechos explotación, cuando no, de semiesclavitud. A la postre, resultó que no es una, sino tres deudas. La primera surge en China en el contacto con la organización encargada del traslado. Se tiene que endeudar por el pago de 15,000 a 20,000 euros. Con esta deuda parte se abona con el trabajo y reciben lo mínimo básico para no morirse de hambre. Por lo tanto se tiene una mano de obra de esclavo. Y las condiciones de pago del adeudo deben ser tan drásticas que los chinos no quieren ser liberados, asumen como propia la explotación. Se trata por ende de una explotación consensada, consentida. Y es que en China dicen que no ganan 40 euros al mes, según una publicación periodística del 2010. Eso explica porque en promedio los 20 euros diarios es un dineral para ellos.

Cuando se paga la primera deuda, la organización ofrece la legalización de su estancia mediante una segunda deuda. Esto significa dejar de ser ilegal, indocumentado. Para esta segunda fase del endeudamiento seguramente se recurre a la corrupción de las autoridades de inmigración o a la falsificación de documentos. Concluida la segunda fase, se abre la posibilidad de una tercera fase del endeudamiento, pasar de explotado a explotador. Se financian actividades lucrativas según sea el caso. El éxito de este sistema lo tenemos a la vista. La República Popular China ya es potencia económica en el mundo. En fin.