Ineficacia y corrupción
Octavio Camelo Romero
11 de septiembre de 2014
Por la prensa nacional nos enteramos que el Centro de Estudios del Sector Privado (CEESP) criticó al gobierno porque la propuesta, análisis y aprobación de las reformas estructurales no impidió que México cayera seis niveles en el índice de competitividad del Foro Económico Mundial (FEM), y afirmó que la falta de resultados es el motivo de la constante baja en las expectativas de crecimiento. Y alertó que quienes ven a México desde el exterior como lugar para hacer negocios centran su atención en la corrupción, la regulación tributaria, la ineficiencia burocrática y el ambiente de crimen y robo. De allí que resulte relevante tocar estos temas.
Solo para estar en sintonía recordemos que el FEM es la institución de mayor jerarquía hasta el momento, del capitalismo global y de la naciente Clase Capitalista Transnacional. Eso es lo relevante de la nota de que en el foro mundial nuestra competitividad está rezagada en relación con otras empresas mundiales. Y en torno a esto surgen una serie de cuestionamientos sobre monopolios, competencia, teoría del valor, etc. Recordemos algunas tesis que surgieron a principio del siglo pasado con referencia al imperialismo. Con Hilferding y Lenin a la cabeza germinó una idea, errónea en parte, de que con el imperialismo surgieron los monopolios que moverían al mercado a su voluntad, imponiendo barreras a la entrada en áreas de inversión, fijando y manipulando precios de las mercancías y adueñándose de ganancias extraordinarias. Si bien surgieron los monopolios u oligopolios, es erróneo plantear que el mercado se mueve a su voluntad porque con ello se estaría dando muerte a la teoría del valor de Marx y estaríamos afirmando que con los monopolios se acaba la competencia, cosa por demás incorrecta, dada las evidencias empíricas de la competencia entre oligopolios y/o empresas transnacionales. Sin embargo estas ideas han servido para hacer aparecer a países “en vías de desarrollo o subdesarrollados” como explotados por países explotadores identificando a estos últimos con los países imperialistas o desarrollados. Además esta concepción ha servido para encubrir la explotación capitalista dentro de los países “explotados” y convocar a una lucha política de “liberación nacional” respecto de los países imperialistas más no de liberación del capitalismo. Estas tesis han servido para que políticos vestidos de izquierdistas se enrolen al servicio de la burguesía encabezando movimientos democráticos burgueses de amplia participación popular y enajenando la conciencia de clase de los trabajadores asalariados.
Para nadie es desconocido que en el capitalismo contemporáneo, en el capitalismo global existen monopolios u oligopolios diseminados por todo el planeta aunque sus matrices estén en USA, Inglaterra, Alemania, Francia, Japón, etc. Empero de su existencia no se sigue que el mercado se maneja a su voluntad y que desaparece consecuentemente la competencia intercapitalista. El asunto no tiene mucha ciencia. La ganancia es el objetivo del capital. Y se invierte donde tiene la tasa de ganancia más alta con riesgos moderados. El valor de las mercancías lo determina el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción y reproducción. Quien desarrolla las fuerzas productivas del trabajo o la tecnología de la empresa produce mercancías con menor tiempo invertido o a menores costos. Esto permite a la empresa competir y apropiarse de más mercado que antes pertenecía a otro productor. Y también le permite a la empresa hacer quebrar a sus competidores y ampliar su inversión. Pero en la medida en que se generaliza el desarrollo tecnológico, en esa medida desaparece la ventaja competitiva y dicha empresa se ve asediada por otros competidores que al saber de la tasa alta de ganancia, se decidieron a invertir en ese ramo. Esto es lo que en realidad sucede.
Por lo tanto los empresarios nacionales tienen que desarrollar sus métodos productivos y su tecnología si quieren aparecer en el concierto internacional o global del capital. Y esa idea errónea de matar de hambre a los trabajadores a lo único que va a llevar al país es al rezago económico. El comercio se desarrolla teniendo los compradores capacidad de compra y esta solamente se logra pagándoles más. En fin.
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