Hacer sentir su voz, obligación de las diputadas locales
Oscar González Bonilla
31 de agosto de 2014
Es histórico el arribo de catorce mujeres al Poder Legislativo de Nayarit, pero su presencia no es una concesión graciosa de la autoridad gubernamental sino más bien consecuencia del tesón de un abigarrado equipo de mujeres nayaritas que públicamente demandó legislación sobre paridad de género.
Lourdes Consuelo Pacheco Ladrón de Guevara, investigadora de la Universidad Autónoma de Nayarit y una de las destacadas promotoras de la cuota de género en política, sostiene además que el gobernador Roberto Sandoval sin otra alternativa se vio obligado a presentar iniciativa al Congreso porque Nayarit era la única entidad en el país sin aprobación en la ley sobre paridad de género.
La propuesta de género aprobada establece cuota de 60-40, en desigualdad para la mujer, pero la doctora Pacheco celebra sea efímera esta reforma, puesto que vendrá en breve la reforma federal en la que el presidente Peña Nieto establece la cuota 50-50 a instancias de organizaciones feministas nacionales, iniciativa aprobada por el Congreso de la Unión, por tanto la ley en Nayarit deberá ser reformada inmediatamente para ajustarla a la legislación federal.
Las mujeres diputadas son casi la mitad de la XXXI legislatura, sin embargo Lourdes Pacheco considera que la gran interrogante es: ¿Las mujeres que llegan al poder tienen poder? “Habrá que ver cómo legislan y los lugares que ocupen”.
“Por lo pronto, lo que observo es que en la Comisión de Gobierno ejercen las mujeres diputadas una vicepresidencia y una secretaría. En baja proporción ellas presiden comisiones legislativas, aunque son casi el 50 por ciento no dirigen en igual porcentaje las comisiones del Congreso.
“Está claro que los hombres no las reconocen como iguales, por tanto les conceden lugar inferior, no aceptan su capacidad para dirigir tampoco como mujeres con poder.
Lourdes Pacheco ni una pizca de duda tiene en la aptitud de las diputadas de los diferentes partidos políticos para debatir en tribuna y con inteligencia elevar la calidad del mismo.
Pero a lo largo de la historia del Congreso del Estado mujeres han ocupado curules con mínima o nula participación en los debates. Luego lanza terrible interrogante: ¿Por qué las mujeres no debaten? Pero también discute si los hombres lo hacen.
“Realmente hemos tenido congresos donde con antelación acuerdan llevar al pleno posiciones de partidos políticos, entonces la figura de la diputada o el diputado es subsumida a lo que la fracción parlamentaria determine, desaparece la opinión propia del legislador para pasar a la postura partidaria.
“Esto es una perversión de la democracia. De allí entonces que las mujeres que vienen de una cultura del silencio, calladita te ves más bonita, obviamente ello se traduce en dos cosas: primero, falta de entrenamiento a las mujeres para hablar en público; segundo, la falta de legitimidad a la voz de las mujeres por parte de los demás.
“Lo que dice una mujer no es escuchado. Fíjate, cuando una mujer toma el micrófono los hombres empiezan a murmurar, a cuchichear, ¿por qué? porque no la oyen, y aunque la oigan no le hacen caso, porque venimos de una cultura donde la voz de la mujer no importa, la voz que importa es la del varón, por eso los varones se oyen entre sí mismos, son los que hacen los pactos.
Pese a todo, la ex candidata a rectora de la Universidad Autónoma de Nayarit no descarta la probabilidad de que la voz de mujeres con experiencia legislativa se oiga fuerte, y en consonancia la de las demás diputadas. En el pasado reciente han sido legisladores federales las panistas Ivideliza Reyes Hernández y Felícitas Parra Becerra, así como la perredista Sonia Nohelia Ibarra Fránquez.
“Yo no quiero discriminar a ninguna, porque cada una está ahí por méritos propios, está ahí porque al interior de sus partidos tuvieron que hacer una serie de trabajos necesarios para ser visibilizadas. Las mujeres generalmente somos vistas en masa, en bola, para que una mujer se distinga entre las demás tiene que hacer muchas más cosas que los hombres.
“Ahora, yo digo, las mujeres pueden hablar y tener capacidad para debatir ¿Los hombres también la tienen? Generalmente no todos los hombres son lúcidos, inteligentes y demás, sin embargo están allí, en el Congreso. Entonces, creo que se mide con distinta vara a las diputadas.
Reitera la investigadora universitaria que la cuota de género en la actividad política no fue un favor concedido al ciudadano por el gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval, porque además nadie tiene más derecho de ciudadanía que los demás. Es facultad del Ejecutivo promover iniciativas, la ciudadanía no tenemos esa capacidad establecida en la ley.
“De cualquier manera lo que queda claro es que los partidos postularon mujeres a los diversos cargos de elección popular a partir de la obligación en la ley, de otra manera no lo hubieran hecho, no lo hicieron en los cien años de la democracia del siglo XX y, si lo hubiéramos dejado, tampoco lo harían en el siglo XXI, porque los hombres no dan concesiones fáciles, los derechos se tienen que pelear y defender, por eso las mujeres hemos luchado desde hace más de 30 años cuando parecían ideas equivocadas, aunque las cuotas de género desde entonces estaban establecidas en todo el mundo. Nayarit por la regular llega tarde a las reformas políticas.
Dio a conocer que el consolidado grupo de mujeres buscará hoy, en común acuerdo con las diputadas, establecer una agenda legislativa de género con el propósito de empujar iniciativas que respalden la transformación de las diversas condiciones de las mujeres de Nayarit.
Por cierto, la abogada Lourdes Consuelo Ladrón de Guevara se hizo merecedora del premio Trapichillo de poesía que otorga la Fundación Cultural Doctor Julián Gascón Mercado por su poemario titulado No hay puertas para la huída, inspirado en su hermana que padeció el terrible cáncer de mama. Es un mensaje de aliento para mujeres con ese mal. “Estoy muy contenta, la portada del libro la hizo mi hija, quien recién terminó una maestría en arte en la UNAM, por ello me gusta más, estoy muy feliz”.
El premio consistió en la edición de 500 ejemplares del libro y dinero en efectivo.
-¿Cuánto?
-25 mil pesos, pero que todavía no me los entregan. Espero que pronto lo hagan.
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