El fascismo mexicano en puerta

El fascismo es un movimiento político-ideológico surgido en Europa en el periodo 1918-1939; su etimología latina “fasces”, plural de “fascis” denota hacer; su fundador fue Benito Mussolini, quien fuera primer ministro del Reino de Italia desde 1922 hasta 1943 cuando fue depuesto; se localiza en el campo superestructural por ser una política de Estado; concibe al pueblo como el cuerpo del Estado y al Estado como el espíritu del pueblo; en esencia es un totalitarismo centrado en el Estado. En la ideología fascista existe una identidad entre pueblo y Estado; todo en el Estado, nada fuera del Estado ni contra el Estado.  Por eso alertamos en este espacio desde hace tiempo, de la presencia de signos fascistas en algunas instituciones y acciones del Estado Neoliberal Mexicano.

Desde cuando el PAN estuvo en los Pinos surgieron las políticas fascistas. Y no nos referimos a la militarización de la vida nacional que hizo Felipe Calderón Hinojosa, sino a actos de su gobierno. Como olvidar las solicitudes de audiencia de los estudiantes normalistas de Guerrero negadas en igual número de veces; su solicitud de ampliación de la matrícula escolar de 140 plazas a 170; su solicitud para que quienes tengan 7 de calificación promedio puedan considerarse aspirantes alumnos de nuevo ingreso a la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Como olvidar el odio hacia la vida democrática que hizo que las "Fuerzas del Orden" panista abrieran fuego cruzado contra los "ESTUDIANTES NORMALISTAS" de Ayotzinapa Guerrero, queriendo matarlos como en Tlatelolco mataron a los universitarios en 1968. Como olvidar el montaje del escenario en el cual los estudiantes eran poseedores de “granadas”, manzanas y naranjas, además de armas de grueso calibre y de fusiles de asalto AK-47. Esa escena solamente indicó la forma tan burda como las "Fuerzas” del PAN quisieron encubrir su fascista intervención.

Pero no todo es pasado, también tenemos presente. Están las Reformas Estructurales que el Estado Neoliberal Mexicano en su papel de “espíritu” del pueblo impuso su voluntad; la reforma educativa que castiga en la persona del docente su pésima preparación recibida en las “escuelas normales” del Estado; la reforma fiscal que persigue a quienes para no morirse de hambre se metieron en la economía informal en lugar de en la delincuencia; etc. Y por si eso no nos asombra, está la criminalización de las protestas sociales no únicamente en el D. F. sino en entidades como Tlaxcala, Puebla; Guerrero,  Oaxaca, Chiapas, etc. Por lo pronto se tiene que el movimiento del Frente de Defensa de la Tierra y el Agua de Morelos, Puebla y Tlaxcala es catalogado como “desestabilizador” de la quietud de los panteones. Y todo porque se oponen al gasoducto del Proyecto Integral Morelos mejor conocido por sus siglas como PIM, cuyo trazo pasa por la zona de erupción del Popocatépetl lo cual de por sí es un peligro para las comunidades y sus familias. Lo asombroso del asunto es que uno de sus dirigentes, Juan Carlos Flores Solís fue apresado desde el pasado 7 de abril para desanimar a los inconformes y como no lo han logrado, entonces el gobierno metió el ejército a las comunidades en resistencia para custodiar el gasoducto. Y la gravedad para el Pueblo estriba en que sin importar si está armado o no, si se considera que con las protestas públicas se pone en riesgo a terceras personas como son los trabajadores del gasoducto o las obras del gasoducto, los soldados van a poder hacer uso de la fuerza según se lo permite el Manual de uso de la fuerza para el Ejército y la Marina. Como dice Juan Carlos Flores Solís: "Va avanzando la salida del ejército (de sus cuarteles): primero era por guerra, después por contingencias, después por el narco y ahora por cualquier supuesto peligro.”