Los poderes del Vaticano

Entrada la mañana del domingo en México, el papa Francisco declaró santos a sus dos predecesores Juan XXIII y Juan Pablo II, los cuales representan la “unidad y lucha de las “ideas” contrarias”: el liberalismo y el conservadurismo. Una multitud de cerca de un millón de personas se extendía desde la plaza de San Pedro hasta más allá del río Tíber para presenciar tan singular acto del Vaticano, la comparecencia espiritual y simultánea de cuatro Papas, dos conservadores y dos liberales. Dos que seguramente apoyarían la “Teología de la Liberación” y dos que la combatirían. No podemos ignorar que las Instituciones encargadas de la moral de una cierta sociedad son productos de las condiciones socio-históricas de vida de los humanos. Y que por lo mismo no pueden permanecer estáticas, ser constantes cuando dichas condiciones son cambiantes. Por tal motivo estas Instituciones no son impermeables a las contradicciones y a los conflictos sociales generados por el desarrollo del “Capitalismo Global” en tanto el capital ha dominado al planeta. En tales circunstancias en Inglaterra la primera ministra del Reino Unido Margaret Hilda Thatcher mejor conocida como “La Dama de Hierro” por su firme oposición a la Unión Soviética en los años de su mandato de 1979 a 1990, periodo en el cual implementó una serie de políticas conservadoras que llegaron a ser conocidas como thatcherismo, estableció como paradigmas del Neoliberalismo su filosofía política y económica basadas en la desregularización del sector financiero, la flexibilización en el mercado laboral, la privatización de empresas públicas y la reducción del poder de los sindicatos. Para ese entonces Karol Józef Wojtyła ya había sido nombrado Papa de la Iglesia Católica y jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano desde el 16 de octubre de 1978 hasta su muerte en 2005. Juan Pablo II se convirtió en el primer Papa polaco de la historia y en el primero no italiano desde 1523. Su pontificado fue el tercero más largo en la historia de la Iglesia Católica después del de San Pedro y el de Pío IX. Y en 1981 hasta 1989 Ronald Wilson Reagan sería electo y reelecto presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. En USA implementó su política económica basada en la “economía de la oferta” la cual se caracterizaba por la desregularización del sistema financiero y por las rebajas substanciales de los impuestos. Los tres constituirían la troika que impulsaría al neoliberalismo, al conservadurismo y a la caída del bloque socialista. Hoy con la agudización de las contradicciones sociales capitalistas y con la presencia casi permanente de sus estados críticos, China se presenta con una política superestructural de menor exceso de explotación de la fuerza laboral y con un poderío económico que llama la atención de los líderes mundiales e impacta en todas las instituciones encargadas de la moralidad social. Y el Vaticano no se puede sustraer a las nuevas condiciones histórico-sociales que lo arropan.

Los Papas Benedicto XVI y Francisco representan la unidad del Vaticano pese a las diferencias de personalidad y políticas. Benedicto se sentó al lado de Cardenales en la plaza de San Pedro hasta donde llegó Francisco para saludarlo. Sin embargo, el Vaticano no se puede sustraer de las actuales circunstancias históricas de su vida ni de los conflictos sociales por los cuales atraviesa la humanidad. Tiene necesariamente que adecuarse a las nuevas condiciones si es que no quiere desaparecer como una de las más importantes Instituciones Morales del momento. Su Poder no es únicamente “moral”, sus Poderes son a la vez “ideológicos, político, social y financiero”. Sin embargo a pesar de ser una Institución Moral, y la más importante del momento, tiene la necesidad objetiva de autocriticarse y moralizarse. Esa es la función principal de Papa Francisco en este momento.