Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

Por qué la iglesia sí y el estado no

Octavio Camelo Romero

18 de abril de 2014

Cuesta trabajo aceptar la realidad cuando las cosas debieran ser distintas según el raciocinio. Y más cuando de “salud pública” se trata en un territorio que por definición constitucional los “Poderes” de la Unión se constituyen para “Beneficio del Pueblo”. Texto que hasta el momento la vorágine de las “Reformas Neoliberales” no ha modificado en la “Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. Por eso resulta “aparentemente” incomprensible que en los “Centros de Salud” del Estado Neoliberal Mexicano no se cuente con el equipo requerido por el desarrollo científico-tecnológico del área de la salud mientras que en los “Centros hospitalarios” de las Instituciones religiosas y de tendencias cristianas de la “Iglesia Católica” no solamente lo tengan sino lo estén utilizando exitosamente en el combate de las enfermedades. Sin lugar a dudas que estamos ante una contradicción sobre la cual habrá que reflexionar.

En México además de la contradicción fundamental del capitalismo, o sea de la contradicción entre el trabajo asalariado y el capital, existen las contradicciones internas de las clases sociales. Las contradicciones entre los asalariados por conservar  su puesto de trabajo o por acceder a un espacio de explotación capitalista. También están presentes las contradicciones entre los capitales por ampliar su mercado o simplemente por preservar su existencia en el “modo de producción capitalista”. En este último campo de batalla se aprecian los conflictos entre grandes y pequeños capitales, entre los capitales extranjeros y los capitales nacionales, entre los mismos capitales grandes. Esta guerra intercapitalista es una guerra social a muerte, es un “quítate tú para ponerme yo”. Se trata de quitarle el comercio al de enfrente, de desbancarlo de su situación de hegemónico o dominante. Se pretende arrebatarle el comercio, el mercado y de absorber la plusvalía o la ganancia que su competidor se estaba enchalecando.  Ante estos escenarios es comprensible que en ciertos momentos surjan conflictos que aparezcan como la contradicción del “supuesto” interés de la Nación frente a los intereses de extranjeros. Pero hoy localizamos en los “Centros Hospitalarios” de la Iglesia Católica y en los “Centros de Salud Pública” del Estado Neoliberal Mexicano una significativa diferencia en la “presencia y uso” de la ciencia y la tecnología en el combate de la enfermedad y el restablecimiento de la salud, que nos indica de la presencia de una real “contradicción entre la Iglesia Católica y el Estado Neoliberal Mexicano”.

Cabe mencionar la observación de Mao Tse Tung que entre todas las contradicciones, incluyendo a la contradicción fundamental, en cierto momento surge una que se caracteriza como la contradicción principal, la cual se constituye en la contradicción hegemónica e influencia a todas las demás. La durabilidad de la supremacía de dicha contradicción es completamente coyuntural. Sin embargo, es evidente que la contradicción entre la Iglesia Católica y el Estado Neoliberal Mexicano surgida por la presencia y uso de la ciencia y la tecnología en sus respectivos centros hospitalarios, no es ni la fundamental ni mucho menos la contradicción principal en este momento. Pero allí está y habrá que esclarecer su existencia.

Sabemos que el capitalismo nace del feudalismo como el comunismo nacerá del capitalismo. Las clases fundamentales del capitalismo nacieron de las clases y estamentos sociales existentes en el modo feudal de producción. En la actualidad la “Dominación del Capital” ha adquirido nuevas formas y una dimensión planetaria. Entre otros aspectos, el empresario ha dejado de ser un individuo para convertirse en un colectivo. Hoy domina la asociación de capitales sobre el capital individual. Y en ese conjunto de capitales individuales existen ciertos capitales dominantes. Pero ese capital social hoy se ha conformado con capitales de todo el mundo dando lugar a la globalización del capital o al capitalismo global. La inestabilidad del capitalismo, independientemente de su globalización o mundialización se debe a que en esencia el modo de producción capitalista es contradictorio. El desarrollo de las “Fuerzas Productivas” es una consecuencia inmediata de la competencia entre los capitales. En esta guerra competitiva los fuertes terminan absorbiendo a los capitales competitivamente débiles. ¿Será entonces la competencia capitalista el factor determinante de la presencia y uso de la ciencia y la tecnología del área de la salud en los centros hospitalarios? Sin lugar a dudas que sí, en los centros denominados privados, aunque sean o no de la Iglesia Católica. Pero, ¿Existe una competencia entre los centros hospitalarios públicos y privados? Definitivamente no. La salud pública corresponde garantizarla al Estado Neoliberal Mexicano, sin embargo incumple su obligación para generar una demanda potencial del servicio de salud a los centros hospitalarios privados, los cuales al absorber ese mercado se comportan como beneficiarios inmediatos de un traspaso directo de compradores del servicio hospitalario. En este sentido es irrelevante si los hospitales son de capitales mundializados o de la Iglesia Católica. Lo relevante estriba en que muchos de los centros hospitalarios católicos cuentan con la presencia de una ciencia y tecnología más desarrollada que la tenida en los Centros de Salud Pública. Eso lo acabo de constatar, pero se los contaré la próxima semana.

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