Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

Educación y sociedad

Marco Vinicio Jaime

15 de abril de 2014

Las convulsas transformaciones sociales, vía una vorágine económico-cultural globalizante, han conllevado de siempre la adopción de diversos y variados métodos en pro de la mejor adaptación posible, empezando por el más importante: la educación; siendo el ideal, una enseñanza para la vida, la cual facilite en consecuencia, las herramientas informativas, intelectuales y de actitud requeridas para la evolución favorable de la colectividad; la inserción ordenada, responsable y coordinada del pueblo a la productividad continua.

No obstante, hasta hora, tal empeño no ha consumado el cometido satisfactoriamente, en virtud de la anteposición de no pocos intereses ajenos al desarrollo formativo del pueblo, en el afán de buscar más una meta mediata de arribo al poder y control hegemónico que de construcción mancomunada de beneficios recíprocos, lo que deriva a su vez en un círculo vicioso donde cada actor involucrado, parece no encontrar la motivación requerida para ejercer su papel en la correcta transversalidad.

Así, es fácilmente perceptible el impulso de cuanto más políticas, programas y acciones, que si bien muchas de estas no dejan de ser vanguardistas en función de inversión y proyección, no alcanzan por sí mismas y en paralelo, a generar el impacto propugnado en la ciudadanía misma.

De conformidad, se vuelve imprescindible revalorar la importancia de impulsar reformas en verdad fincadas en los intereses ciudadanos, a efecto de garantizar cada vez mayores esquemas de coparticipación, que es sin duda, uno de los elementos más importantes inclusive para la regeneración del tejido social, según se establece ya en la fracción III, del artículo 3º Constitucional, en lo referente a la propia participación popular: “el Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudio de la educación preescolar, primaria, secundaria y normal para toda la República. Para tales efectos, el Ejecutivo Federal considerará la opinión de los gobiernos de los Estados y del Distrito Federal, así como de los diversos sectores sociales involucrados en la educación, los maestros y los padres de familia en los términos que la ley señale”.

En la educación, por lo menos, concurren cuatro actores claramente identificados: autoridad, magisterio, educandos y sociedad (padres de familia), y en donde se busca la aportación responsable de cada cual; sin embargo, cuando la sociedad, no es tomada en cuenta adecuadamente, ante la falta de auténticos canales de comunicación, tampoco percibe la necesidad de respaldar acción oficial alguna al grado que se exige, y por extensión si tampoco el mentor  -en medio de una abierta lucha entre la autoridad y el sindicalismo acusado de oscuro- es tomado en cuenta cómo se debe: obligado únicamente a definirse en términos de qué trinchera política “peleará”, el resultado es el que vemos hoy: una educación incompleta, con maestros que viven al día, y a veces ni eso, en medio de una fuerte presión entre dos bandos, y una subsecuente pobre infraestructura educativa; de educandos con marcados resquemores sociales que son producto muchas veces de la desintegración social, de la crisis, de la miseria, de la explotación, de la exclusión del progreso que sólo una reducida cúpula allegada a los gobernantes goza; a la par, el desinterés de los padres de familia a sumarse de lleno a las periódicas convocatorias de la autoridad y los mentores en nombre de la “mejora  del nivel de aprendizaje de sus hijos”, que terminan más en un intercambio de quejas y lamentos por la urgencia de los segundos a obtener el respaldo principalmente económico de los primeros, y después para reforzar las medidas “disciplinarias” que acallen de tajo a un conglomerado estudiantil que grita rebeldía, hambre y sed de justicia.

En este marco, cobra importancia sobresaliente el dar atención integral a un eslabón indispensable entre la autoridad y el mentor, que es la movilización debidamente organizada del núcleo social: los padres de familia. Porque de lo contrario, difícilmente, si no es que una acción imposible, lo será el tratar de sumar ya a la sociedad con tan solo eventos públicos, propaganda y demás estrategias que anuncian, y solo eso, anuncian,  lo que la gente en nada tuvo que ver. Pero en cambio, si el involucramiento social se da en función de un acercamiento continuo y fluido, que no monólogos, ni prisas ni aplausos mecánicos característicos del evento apoteósico pre estructurado, para la recepción natural de inquietudes, demandas y necesidades populares, el resultado será sin duda el comienzo de una verdadera correlación de esfuerzos en el sector educativo: será la gente la que empiece a marcar realmente la pauta de lo que desea, y al mismo tiempo de escuchar los planteamientos oficiales de lo que es posible llevar a cabo.

La clave pues, en esta parte dentro del sector educativo, se encuentra en enriquecer al máximo la función que se eslabona con los padres de familia (que para que funcione  debe efectuarse al margen de cualquier influencia o interés de coyuntura), a fin de construir gradualmente un espacio permanente para la libre expresión, de defensa de sus intereses, de aporte de ideas, propuestas y crítica constructiva, a fin de que tal compendio estratégicamente consensuado pueda presentarse ante las instancias correspondientes y verse traducido en respuestas tangibles desde el corto y para el mediano y largo plazo, estableciendo periódicamente las condiciones incluso para el fortalecimiento cultural, de valores y de robustecimiento de la propia labor profesoral. Resulta evidente entonces, las dimensiones del reto que depara a la Sociedad Estatal de Padres de Familia, cuyo titular Leopoldo García López, indiscutiblemente que cuenta con un importante capital experimental, a efecto emprender desde su trinchera la urgente batalla por el rescate educativo.

Es así como queda claro una vez más, la importancia de dar cauce a las demandas del pueblo, en concordancia con la impronta ineludible de interpretar acertadamente el tiempo y las circunstancias vigentes, en aras del beneficio que ya merece la sociedad. ¿Podrá verse pronto?

El PRI y su actividad

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) como cabeza de la coalición “Por el bien de Nayarit”, continua en intensa actividad: haciéndose notar en el escenario político-electoral e intentando proyectar a la gente, que es el partido con mayor dinamismo, presencia y polémica; así lo corroboran los actos realizados desde el pasado fin de semana en el “Auditorio de la Gente”, con la renovación del Comité Directivo municipal de Tepic, al igual que el registro de la Plataforma Electoral ante el Instituto Estatal Electoral.

Cada evento, tuvo sus peculiaridades, pero el primero mantiene una clara hegemonía y relación con los otros, pues provocó una gran sorpresa ante tirios y troyanos, dentro y fuera del partido, pues fue el propio Mandatario quien dijo quién va –por ahora- y quién no, así de simple, cuando menos en lo que toca a algunas de las principales candidaturas: Tepic y los primeros cinco distritos electorales (adelantándose así a cualquier circunstancia contraria que pudiera generarse de esperar los tiempos de la convocatoria, las convenciones, etc.), sabiendo seguramente las repercusiones que esto pudiera traer tanto local como nacionalmente, y sin importar quizá tampoco, el que pudiera haberse tratado de un acto que efectivamente se esperaba con ansias como parte de un frío cálculo de otros actores.

Sea o no la situación, el desafío parece haber tomado forma: convencer a la totalidad de priístas y sociedad en general de la conveniencia de una decisión directa del gobernante para asignar candidatos en momentos que se estima coyunturales, es decir, poner en marcha ya el inicio de una etapa en la que el gobernante determinará cuando conviene que la gente participe en elegir desde candidatos hasta sus propios representantes populares, o por el por bien de todos, esa decisión debe recaer sin más en la visión y la capacidad políticas del gobierno en turno, en nombre de la paz, la tranquilidad y la estabilidad sociales, la “Pax Romana”, pues. ¿Pudiera acaso entonces tratarse, de la inauguración de la forma de gobierno –desde el plano central- que anuncia un futuro cercano con retos de iguales dimensiones?

Por el momento, el PRI sigue su marcha, renovó el Comité municipal de Tepic, recayendo su presidencia en Eloy García Ruiz, y en donde se anunció que después de todo habrá convocatoria y convención para elegir candidatos; todo normal. Asimismo, en el ambiente clásico de algarabía priísta, se registró la Plataforma Electoral, afirmando que van por la victoria.

¿Se superará pues, el reto de responder en razón de las verdaderas necesidades de la gente? Habrá que seguir atentos.







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