Hacia dónde va el Movimiento Comunista Mexicano
Octavio Camelo Romero
31 de marzo de 2014
En julio del 2012 un puñado de comunistas se propuso proseguir con el reagrupamiento de los “camaradas” viejos que habían quedado al margen de la errónea sepultura que hiciera Arnoldo Martínez Verdugo del Partido Comunista Mexicano. También se propuso el reclutamiento de nuevos “camaradas”. Sin embargo algunos dirigentes del Movimiento Comunista Mexicano mejor conocido por sus siglas MCM, han dicho que independientemente de lo correcto que haya sido la decisión y los pasos dados, ahora son insuficientes, que no pueden seguir como están, aún con los logros conseguidos como la propia existencia, la emisión ininterrumpida de la publicación electrónica Tribuna Comunista, la reanudación del Taller de Marxismo y pensamiento crítico, la consolidación de un equipo de trabajo base y la casi concreción de la Línea Política. Proponen se ponga a debate el tema involucrando a compañeros del MCM pero también de fuera, sobre todo aquellos que estén interesados. La intención es definir el camino que se debe seguir. Dicen urge tal definición para dar “la respuesta que requieren las condiciones críticas que vive el país, con la prevalencia de los dictados de la derecha neoliberal priista-panista y la complicidad de la cúpula perredista.” Consideran que “hoy la izquierda mexicana está dividida y dispersa; hay desencanto de la población en la llamada institucional y los comunistas hasta ahora no tienen organización ni voz. No obstante pululan las agrupaciones que se reivindican como tales, pero que mantienen en su práctica cotidiana el doctrinarismo y la marginalidad, lo cual las limita en sus posturas y actuaciones políticas. El MCM ha podido hacer poco para revertir esta situación.” Esta realidad y la necesidad de coadyuvar a la unidad y reagrupamiento de los comunistas mexicanos, provocó que el MCM haya impulsado una política de excesiva inclusión y tolerancia en cuanto a posturas políticas. Por eso el camarada Marcos Leonel Posadas ha planteado acabar con el ecumenismo.
Sin embargo da la impresión que los comunistas no han conceptualizado cabalmente al denominado “capitalismo global” o a la “mundialización del capital”. Hace tiempo en este espacio dijimos que hoy más que ayer se requiere tener claridad de conceptos que antaño tenían un significado distinto al contemporáneo. Y esto se hace más urgente con el arribo al gobierno de personajes que en nombre de la “izquierda” diseñan políticas públicas que cuentan con el apoyo de dirigentes de partidos políticos “revolucionarios” y de intelectuales progresistas. La gama ideológica y de matices políticos va desde “el centro” hasta la “izquierda radical” o la “izquierda ortodoxa” pasando por todos los ismos posibles, maoísmo, marxismo, leninismo, fidelismo, che-guevarismo, chavismo, etc. Empero existe poca discusión teórica sobre el contenido o significado del viejo lenguaje revolucionario y los nuevos términos usados por la burguesía e incorporados o hechos suyos por la “izquierda”. Uno de estos conceptos que por cierto ya desecharon las instituciones capitalistas y los ideólogos de la “izquierda” es el término de “imperialismo”. Su incomprensión no solo conduce a una distorsionada interpretación de la realidad contemporánea sino al planteamiento erróneo del quehacer de los dirigentes socio-políticos y de las propuestas de los candidatos de la izquierda a ocupar un cargo de elección popular.
Para los marxistas la categoría imperialismo tiene que ver con Lenin, Hobson, Hilferding, Mao, Bujarin, etc. Y en general tiene los siguientes atributos: 1.- Una nueva etapa del capitalismo con el surgimiento del monopolio a finales del siglo XIX, 2.- La monopolización acaba con la libre competencia nacional, 3.- La competencia se desplaza al mercado mundial y se desenvuelve en medio de conflictos armados entre potencias dominadoras de zonas geopolíticas, 4.- Se estanca el desarrollo de las Fuerzas Productivas en los países monopolistas y se acentúa la exportación del capital del centro hacia la periferia, 5.- Se fusiona el Capital Bancario con el Capital Industrial y el dominio del Capital queda del lado del Capital Bancario, 6.- El monopolio conduce necesariamente al colonialismo y a la sustracción violenta de la plusvalía creada en los países coloniales y 7.- Las guerras por el reparto del mundo entre las potencias monopolistas son inevitables, así el capitalismo monopolista tiene como esencial para su subsistencia a las guerras.
Empero el desarrollo contemporáneo del capitalismo ha roto con las limitaciones de fronteras que las propias potencias monopolistas impusieron desde finales del siglo XIX, que llevaron a la catástrofe económica de la década de los años 20-30 del siglo pasado y que dieron motivo a la primera y segunda, guerras mundiales. En lugar de la delimitación de áreas geográficas, surgió la multinacionalización del capital y consecuentemente la mundialización o desfronterización de la actividad económica. Esta es una de las características del capitalismo contemporáneo. Hoy no se puede hablar de que cierto capital es norteamericano o europeo porque al lado de los capitales de USA y de la UE participan capitales de otras nacionalidades como de China por ejemplo. Tampoco se puede hablar de que productos como los de Texas Instrument sean norteamericanos, pues en su construcción han participado países latinos, europeos y asiáticos. Y precisamente por eso, no pueden existir hoy las políticas de sustitución de importaciones ni las “nacionalizaciones” como se dieron después de la segunda guerra mundial. Por eso Lula en Brasil, Evo en Bolivia, Chávez en Venezuela, Cristina en Argentina, etc, no pueden hacer lo que sus antecesores hicieron en el siglo pasado. Y por eso mismo pasarán a la historia como hábiles impulsores del capitalismo mundial en sus países. En México la diferencia será de matices pero en esencia se va hacia el “capitalismo global” y Enrique Peña Nieto junto con las dirigencias de los Partidos Políticos del Pacto Por México, están impulsando su arribo en corto plazo.
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