El secuestro flagelo social
Francisco Cruz Angulo
27 de marzo de 2014
De acuerdo a un informe de la Comisión de Seguridad Nacional en los dos últimos meses se incrementó el número de secuestros y extorsiones comparado al año anterior.
Según el Consejo de Seguridad los estados de mayor incidencia delictuosa son Jalisco, Tamaulipas, Morelos, Estado de México, Veracruz y Distrito Federal. En estas entidades de la república se concentra el 80% de los más de 300casos denunciados; de igual forma el número de extorsiones van en ascenso.
Se deduce por estas cifras oficiales que la estrategia implementada por el Gobierno de Peña Nieto para combatir esos delitos ha sido un fracaso, por lo que será necesaria la reinvención de una nueva política a efecto de combatir con eficacia este flagelo “social”.
Gran parte de esta estrategia debe ir acompañada del combate a la pobreza mediante la creación de empleos y programas de bienestar social; asimismo de una mejor coordinación de los cuerpos policiacos en cada entidad con los mandos del Ejército y la Marina.
Si no hay voluntad política de los gobernadores y presidentes municipales en este sentido será difícil acabar con el hampa que se dedica al secuestro y la extorsión.
En Nayarit, Chihuahua, Nuevo León y otros estados más son un ejemplo cuando se conjuga coordinación policiaca y militar, programas sociales y obra pública porque se tiene buenos resultados en materia de seguridad pública, por lo que al generar estas condiciones de estabilidad da certidumbre a la inversión productiva.
En el marco del combate al crimen organizado en días pasados el Gobernador del Estado hizo entrega de 208 casas habitación a igual número de miembros del cuerpo elite de la Policía Nayarit como parte de un paquete total de 500 casas que habrán de entregarse a ese cuerpo policiaco elite en el curso de esta administración. Cada una de las viviendas tiene un valor cercano a los 400 mil pesos. Son totalmente gratuitas.
A la vez, Roberto Sandoval anunció que en días próximos mandará una iniciativa de Ley al Congreso del Estado con el fin de que se garantice una pensión vitalicia a la familia que sufra la muerte en combate de un elemento de ese cuerpo policiaco.
Esta clase de estímulos además de buenos salarios explica el por qué Nayarit es uno de los estados más seguros del país.
En paralelo a esta política el mandatario estatal inaugurará en fecha próxima la reconstruida Unidad Deportiva Santa Teresita, lugar en donde niños y jóvenes podrán practicar sus deportes favoritos ya sea futbol, futbol rápido, basquetbol, voleibol, tenis y atletismo.
La política de fomento al deporte tiene como propósito crear áreas de esparcimiento físico que los aleje del consumo de toda clase de estupefacientes que dañan su salud física y psicológica lo cual representa un alto costo para el sector salud y penitenciarios. Que mejor tomar medidas preventivas contra la drogadicción y el delito.
LOS “CHUCHOS” EN LA CONTINUIDAD DEL PODER
No cabe duda que el ejercicio del Poder es adictivo. La corriente hegemónica “nueva izquierda” en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que lideran desde hace décadas se resisten a dejar el control del aparato burocrático de ese partido.
En su último consejo político nacional celebrado el pasado domingo se aprobó por mayoría que Jesús Zambrano continúe como dirigente nacional hasta el mes de agosto, fecha probable en la que se elegirá al nuevo líder nacional.
Los caciques de las otras tribus persisten en una candidatura de unidad en torno a la figura del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas. Los “chuchos” se niegan aduciendo que la unanimidad no es democracia.
Tienen razón. Solo que ellos tienen el control no solo de la mayoría de los comités estatales y, en consecuencia del consejo nacional sino también de los recursos financieros, lo que le da una gran ventaja en cualquier elección interna. Por esta razón Andrés Manuel López Obrador optó por construir su propio partido político.
Si no hay una sorpresa de última hora el próximo presidente nacional del partido del Sol Azteca será Carlos Navarrete, cuadro estelar de la nomenclatura perredista.
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