El arte y la cultura; grandes retos pendientes

El arte por excelencia viene a constituir una de las expresiones más importantes del ser humano debidamente formado y racional, entendiéndose esto último, de entre sus principales acepciones, como la capacidad de ser sensible hacia el correcto desempeño en sociedad, “de saber vivir en el espacio”: del cultivo y puesta en práctica permanente de valores de cara pues a un verdadero desarrollo del bienestar de, por y para la colectividad misma.

Así, es entendible la importancia que cobra el arte y la cultura en un marco de cabal transversalidad gobierno-pueblo y pueblo-pueblo, en aras de enriquecer cada acción emprendida en un marco de congruencia, veracidad, transparencia y legalidad. De lo contrario, el decaimiento de la virtud, los valores y la destrucción de la sociedad, compulsa en la violencia y el delito, sobreviene ineluctablemente en la complacencia de la simulación oficial, rapaces apologías, la sobre exaltación apoteósica de la obra material, a la par del veneno insuflado a raudales (libertinaje, disipación, pan y diversión disoluta) con el solo objetivo de mantener una viciada estructura eleccionaria garante del poder por el poder mismo.

La vorágine mercantilista fincada en el “deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida”, adquiere cada vez mayor fuerza, ante las escasas herramientas con las que cuenta el pueblo para enfrentarla, toda vez que, según Giovanni Sartori en su “Homo videns, la sociedad teledirigida”, el poder de la manipulación mediática tiene prácticamente en la ignorancia y el decreciente desenvolvimiento intelectual, su mayor raigambre, de ahí que la sensibilización estética proporcionada por el arte en la adecuada interpolación cultural, siga siendo esencial para el sano crecimiento emocional y psicológico de la persona.

Por ello, el artista plástico nayarita Allan Herrera Quintano, propone no cejar en la lucha por el fomento de la expresión estética y cultural representativa del humanismo, el rescate de los valores y el derecho al pensamiento trascendente.

“Porque el arte –dijo el también escultor- es inherente del ser racional, del ser humano; la productividad que edifica en la oportunidad singular de expresión que comporta asimismo en su propia multiplicidad de facetas.”

Para Herrera Quintano, es el tiempo de voltear a la realidad, reconocerla en su totalidad para avanzar, no negarla, “ver el sufrimiento, la pobreza, la miseria, que desgarra el porvenir, y buscar si más su erradicación”. “Me declaro enemigo –dijo el artista- del embuste,  la frivolidad y la vacuidad del mercantilismo descarado, intrínseco de la moda y el entretenimiento, del insulso confort.”

Licenciado en Artes Plásticas por la Escuela de Bellas Artes de Toluca, y Diplomado en Arte Contemporáneo, Herrera Quintano se dice por tanto, partidario de la transformación constante, del bienestar de sus coterráneos, del arte de su tierra Nayarit, y de la riqueza que comporta su legado cultural mismo, evitando en consecuencia la nociva transculturización, que va impactando día con día en la esencia de una historia pletórica de herencia y de enseñanza como lo es la Nayarita.

En consonancia con lo anterior, es que anuncia la exhibición de su obra: “Monstruos del confort”, programada para el mes de abril del año en curso en el Centro Cultural de Arte Contemporáneo, de ahí que invite desde ahora a los nayaritas y a todos los ciudadanos de otras latitudes, a dar un “vistazo” a lo que será su representación crítica del hedonismo contemporáneo, a través de un pequeña muestra que se encuentra en el “Lobby” de un céntrico hotel de la Capital, adjunto a la Plaza Principal de la Capital. “La obra en su totalidad –agregó Herrera Quintano- consta de 12 esculturas y 15 grabados.”

Éxito pues, para este joven artista de la preservación del legado cultural nayarita, precursor de una nueva generación comprometida con la forja de mejores condiciones de vida por medio del fortalecimiento intelectual.

Así, queda de manifiesto una vez más, que el arte y la cultura continúan siendo retos sumamente grandes, asignaturas pendientes que exigen acciones de igual calado para extender al máximo sus beneficios en pro de una sociedad que recobre la estabilidad física, mental, emocional y hasta espiritual. ¿Llegará a tiempo?