La necesidad del pensamiento creativo

El capitalismo contemporáneo al incorporar el conocimiento, los sentimientos y las actitudes a la esfera de las fuerzas productivas del capital, ha redimensionado las cualidades y características de los humanos. Surgen como necesidades del capital el acortamiento de los ciclos naturales del aprendizaje, de la lectura, de la escritura, del habla, del pensamiento, etc.  Se precisa de niños desarrollados y dotados de esas habilidades antes de los tiempos naturales de desarrollo. Es algo así como hacer que crezcan y maduren más  pronto de los tiempos naturales. En los animales como las aves, el ganado, etc., el capital ya lo está haciendo. En el humano ya inició el proceso para hacerlo. En esta vorágine se encuentra la capacidad del pensar y del pensamiento. Se requiere que  a temprana edad se tenga un pensamiento complejo, entendido este como la convergencia del pensamiento básico, del pensamiento crítico y del pensamiento creativo. Y es que el capital requiere de la crítica permanente y constante a sus métodos productivos y de la creación permanente de nuevas metodologías y técnicas para la producción y circulación de sus mercancías. Por eso el estudio y la investigación del pensamiento crítico y del pensamiento creativo se ha convertido no únicamente en tema relevante sino en exigencia pertinente del tiempo actual. De allí que primero abordaremos en este espacio lo relativo al pensamiento creativo y después al pensamiento crítico.

Sin pretender abordar la compleja trialéctica entre lo biológico, lo psicológico y lo social, es conveniente recordar que el cerebro tenemos dos hemisferios cerebrales los cuales tienden a dividirse las principales funciones intelectuales. El hemisferio derecho es ejerce dominancia en los aspectos del intelecto como la percepción del espacio, el ritmo, el color, la dimensión, la imaginación, las ensoñaciones diurnas y además es el lugar del almacenamiento de todos los aprendizajes, etc., mientras que el hemisferio izquierdo posee preponderancia en otras habilidades mentales. El lado izquierdo es el lado verbal, lógico, secuencial, numérico, lineal y analítico. Sin embargo, aunque cada lado del cerebro es dominante en actividades específicas, ambos están capacitados en todas las áreas hallándose distribuidas en toda la corteza cerebral.

El pensamiento es un producto de la interactividad biológico-social del humano y constituye uno de los atributos más importantes de lo psicológico. Existe la tendencia a considerar como pensamiento a todo aquello que sea de naturaleza mental bien sean estos elementos abstractos, racionales, creativos, artísticos, etc. Sin embargo, el pensamiento en sí es una habilidad mental la cual se aprehende y desarrolla.

El ser humano es un Ser con carencias, con necesidades, las cuales busca satisfacer. Para satisfacer una necesidad el humano además de identificarla, tiene que construir en su mente la imagen del “objeto satisfactor” para mediante la actividad racional y en colaboración con otros seres humanos, producirlo. En este sentido la motivación o el impulso surge de la necesidad y del deseo de satisfacerla. Y por ello se dice que el pensar siempre responde a una motivación, que el pensar es una resolución de problemas o que el pensar en general y el pensar lógico en lo particular, siempre sigue una determinada dirección la cual va en busca de la solución de un problema, pero además que no sigue una línea recta sino más bien zigzagueante con avances, paradas, rodeos y hasta retrocesos. Desde esta perspectiva, el pensamiento creativo o la creatividad presupone una necesidad por satisfacer o como se dice, un problema por resolver. Además requiere del advenimiento mental de una idea o de una respuesta nueva que satisfaga la solución buscada, de la realización del proceso de materialización de dicha idea o imagen mental, y de la constatación de la eficiencia y eficacia de lo imaginado.

El capitalismo contemporáneo requiere de humanos que sepan convivir con connacionales y extranjeros, que hablen varios idiomas incluyendo el inglés y hoy el mandarín, que tengan un pensamiento flexible no rígido, que sean responsables en sus actividades laborales, que sean comprometidos con sus trabajos, que sean críticos de los procesos productivos y creativos en la solución de los problemas que se le presenten, que sean autogestivos, autosuficientes, autónomos e independientes. El humano que el capital mundializado requiere es sustancialmente distinto al humano de la primera mitad del siglo pasado.