El capital financiero
Octavio Camelo Romero
07 de febrero de 2014
En los últimos años han brotado "falsos redentores" del proletariado cubiertos con el velo de sapiencia. Nos referimos tanto a los sociólogos norteamericanos como a ciertos intelectuales latinoamericanos. Sin embargo existen más de los mismos dispersos por todo el mundo. Seguramente el Internet y las redes sociales han permitido su propagación. Han hablado de las causas y características de las crisis mundiales. Pero no han podido salir de la enajenación que el mismo capitalismo genera para defensa propia. Más no obstante lo anterior, estos redentores traen a colación la categoría “capital financiero” y en torno suyo pretenden construir una "teoría" que algunos llaman "financiarización".
Si no fuera porque muchos "revolucionarios " la consideran una "buena teoría”, seguramente no pasaría de ser una referencia. Pero cuando se le empieza a utilizar para diseñar la "práctica liberadora del proletariado", entonces si merece por lo menos el esclarecimiento de las categorías básicas de la economía política que allí se tergiversan. Le llaman "financiarización" a la fase actual del desarrollo del capitalismo contemporáneo dentro de la cual el Capital Financiero se ha trasformado en el Capital dominante.
Las crisis capitalistas de este milenio no solamente han evidenciado las inconsistencias teóricas de los ideólogos sino también la de los mismos organismos financieros internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, etc., además de ciertas posturas teóricas de las llamadas izquierdas.
Para empezar recordemos la función fundamental del sistema financiero, la cual es canalizar los recursos “ahorrados” hacia las empresas que quieren invertir o hacia los hogares que quieren consumir por encima de sus recursos propios. Los bancos funcionan como intermediarios financieros, recogiendo “fondos ahorrados” en forma de depósitos y destinándolos en forma de préstamos a la “inversión” y al “consumo humano”. No ha faltado quien diga que el ámbito financiero comenzó a dominar y determinar el funcionamiento del ámbito productivo. Esta forma de relación entre el sistema productivo y el sistema financiero en el contexto internacional es lo que muchos teóricos incluso de izquierda llaman “financiarización”. Palabras más o palabras menos, esta tesis sostiene que todo gira en torno al capital financiero.
Caben ciertas precisiones teóricas. Para iniciar, se debe distinguir entre “capital dinerario” que se presta a interés y el capital dedicado al “tráfico del dinero” el cual se constituye con la parte del capital global que se autonomiza para la realización de operaciones monetarias como pago y cobro, conservación de tesoros monetarios, manejos de cuentas corrientes, operaciones cambiarias, etc. Los capitalistas dinerarios prestan su dinero a cambio de un interés que en términos generales es menor a la tasa de ganancia. Este interés está determinado por la oferta y la demanda de fondos en los mercados de dinero y corresponde a una parte de la tasa de ganancia del capital. Sin embargo el interés se mueve en sentido inverso al movimiento de la tasa de ganancia. Cuando la tasa de ganancia es alta y los negocios se desarrollan con normalidad, la tasa de interés tiende a la baja porque disminuye la necesidad de dinero y viceversa, cuando la tasa de ganancia tiende a la baja y se tienen dificultades para la realización de las mercancías, la demanda de dinero provoca el alza de la tasa de interés. Desde luego que al subir la tasa de interés se afecta la tasa de ganancia. Por eso en los momentos de crisis suben las tasas de interés y se afectan negativamente las tasas de ganancia. De aquí que se piense erróneamente que la subida de la tasa de interés sea la responsable de la depresión o de la caída de la economía y que el “capital financiero” o “capital dinerario” sea el responsable del estancamiento del modo de producción capitalista.
Se piensa que los prestamistas son un sector de capitalistas exclusivamente dinerarios. La realidad es que existen empresas productivas que colocan sus excedentes líquidos a tasas de interés. En el proceso de la reproducción simple y ampliada del capital se generan excedentes de dinero que deben esperar cierto tiempo para invertirse o reinvertirse, según sea el caso. Entre otros, se encuentran los fondos de amortización, los flujos de caja diarios para pagos periódicos, etc., que el capitalista busca valorizar. Por eso surgen ofertas de capital dinero que provienen de la producción o del comercio y que buscan valorizarse colocándose a préstamo. De manera que la distinción y el antagonismo entre el capitalista dinerario y el capitalista industrial o comercial aparecen ficticios.
Sin embargo, esta situación de bonanza de las empresas productivas en China es a su vez la explicación de la conversión de los bancos chinos en los financieros del mundo.
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