Tepic, Nayarit, jueves 21 de noviembre de 2024

Los muertos tienen hambre

Oscar González Bonilla

05 de diciembre de 2013

Difícil resulta entender la concordancia entre lo informado en boletín oficial del gobierno de la gente y la expresión de funcionarios y del propio representante del Poder Ejecutivo sobre el mismo tema. Pero además la opacidad en la administración de Roberto Sandoval permea de manera constante, pareciera que no rendir cuentas es símbolo primo de gobiernos priistas.

Alguien por ahí una vez me dijo que el gobierno actual de Nayarit resultaría al final más corrupto en el manejo de los dineros públicos que el presidido por Ney Manuel González Sánchez. Yo, incrédulo, no di crédito a la aseveración, siempre pensando que Roberto Sandoval es diametralmente diferente, en todo, a Ney.

El gobernador del presente es en los hechos de apariencia honesta, caritativo con sus semejantes y hasta  algo ingenuo en el manejo de la administración política del gobierno, mientras que el anterior es capaz de realizar actos de abuso de autoridad, llevar vida fastuosa y corromper en perjuicio suyo y de los demás.

Sin embargo, este noviembre que se dio a conocer el informe de la auditoría del Órgano de Fiscalización Superior a la cuenta pública de 2012, correspondiente al ejercicio presupuestal del primer año de gobierno de Roberto Sandoval, se puso al descubierto que las cosas no andan muy bien.

El organismo apéndice del Congreso del Estado en la revisión del 30 por ciento a la gestión financiera y de más del 64 por ciento a la obra pública, es decir, sólo segmentos del universo de la cuenta pública 2012, encontró de entrada daño o perjuicio a la hacienda pública por más de 35 millones de pesos.

En el renglón de obra pública al examinar el manejo de los dineros públicos, el OFS localizó también daño a la hacienda pública por casi 10 y medio millones de pesos debido a conceptos de obra pagados pero no ejecutados, pero además por cobro de gastos indirectos sin evidencia de ejecución y falta de presentación de fianzas cobradas por las contratistas, entre otras múltiples lindezas.

Al explorar en detalle se encontró además un monto por más de 10 millones de pesos por conceptos de obra pagados y no ejecutados por parte de la Secretaría de Obras Públicas del gobierno de la gente en la primera etapa de la remodelación y rehabilitación de la Unidad Deportiva “Santa Teresita” en Tepic.

Son estos tan sólo botones de muestra, pero las irregularidades e inconsistencias son en vastedad.

Una vez conocido el informe de auditoría a la cuenta pública del gobierno de la gente, el 20 de noviembre anterior el auditor general del Órgano de Fiscalización Superior, Salvador Ignacio Iñiguez Castillo, presentó su renuncia irrevocable, misma que el Congreso del Estado dio a conocer en la sesión pública del día siguiente. Este acontecimiento levantó múltiples suspicacias, al grado de que el propio actual diputado perredista Miguel Ángel Arce Montiel declaró que la renuncia de Iñiguez fue inducida, es decir, desde el Ejecutivo estatal ordenada y  avalada por la fracción legislativa priista y el grupo de diputados satélite que hacen mayoría en la trigésima legislatura. No se explica que el funcionario renuncie cuando todavía le restan dos años en el cargo.

Y aún hay más.

Del supuesto monto de 168 millones de pesos invertido en la construcción del Auditorio de la Gente jamás se supo su procedencia, el mismo gobernador Roberto Sandoval desde siempre manifestó que no se trataba de inversión federal, pero públicamente no dio a conocer el origen, mientras que el titular de Obras Públicas del Estado y periodistas afines al régimen en sus afirmaciones a los medios mostraron disparidad de criterios sobre el tema.

En todo tiempo creí que el diseño arquitectónico de la obra cumbre en los dos primeros años del gobierno de la gente provenía de un profesionista muy ducho en la materia (públicamente no se dio a conocer el nombre), pero por la información de boletines oficiales me entero que el Auditorio de la Gente fue idea del propio gobernador Roberto Sandoval, sin ser arquitecto o algo que se le parezca.

También de las entrañas de comunicación social a cargo de Raúl Rodrigo Pérez surgió la engañosa noticia de que “cinco proyectistas de otros estados mexicanos han tratado de obtener los planos de esta construcción, han recorrido la obra y observado a detalle su construcción –ejemplo de arquitectura e ingeniería- y han insistido al secretario de Obras Públicas les comparta el proyecto”.

Ante la amenazante posibilidad de ser robado, se informó por la misma fuente que el proyecto de construcción sería celosamente guardado bajo siete llaves, incluso que el gobernador de Nayarit haría patentar la obra, derecho que se le concede para la explotación exclusiva de su invento. Se trataba de evitar la copia del espectacular edificio considerado muy superior al Auditorio Nacional, al Auditorio Telmex de Guadalajara y al Auditorio Banamex de Monterrey que está por verse.

Pero ¡oh desilusión! resulta  que a últimas fechas el propio gobernador de Nayarit, Roberto Sandoval Castañeda, fue personalmente en persona al Estado de México a entregar el proyecto ejecutivo y toda la documentación adherente al gobernador Eruviel Ávila, al parecer sin que éste se los pidiera. El testimonio fue una fotografía publicada en medios locales donde un gobernante se las da a otro ¡Qué incongruencia!

Ahora sobre el origen del presupuesto del canal de riego bautizado como Centenario, el gobernador desde inicio pregonó se llamaría Costa de Oro, las declarantes se han metido en un brete.

Por ejemplo, el diputado federal priista Roy Argel Gómez dijo a los medios que los recursos proceden de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, mientras que el delegado en Nayarit de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, Emeterio Carlón Acosta, declaró que los recursos están directamente etiquetados en las partidas presupuestales de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y Sagarpa.

Se trata de siete mil millones de pesos, costo de la obra del canal Centenario, cuya construcción iniciará en 2014. Cuando el comentarista político Roberto González Bernal aseveró en su columna no haber encontrado por ningún lado en el presupuesto federal del 2014 la especificación sobre la inversión para Nayarit, y que valió la publicación en primera plana de un periódico local, tuvo entonces que salir el gobernador Sandoval a declarar que el dinero saldrá del presupuesto de SAGARPA, CONAGUA y hasta textualmente dijo que de la SCT (Secretaría de Comunicaciones y Transportes).

¡Válgame dios! ¿Cuál será la verdad?

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