El marxismo es un método para interpretar al mundo, pero, más que eso, para transformarlo
Miguel González Ibarra
05 de diciembre de 2013
Hay quien llega a decir que el marxismo es cosa del pasado. Que es una teoría obsoleta, desfasada, ya desaparecida, inexistente e inservible, que solamente está en la mente de personas que elucubran en algo que no pudo ni podrá ser. Equivocación del tamaño del mundo. Nada más anticientífico que tal posicionamiento. El marxismo está aquí y ahora, con la visión muy clara en la estrategia que construye el mañana, el pasado mañana y los siglos y milenios por venir.
El marxismo existe desde mucho antes que apareciera en la faz de la tierra Carlos Marx. El marxismo, como muy bien lo definió Lenin, no es receta, es guía para la acción y, ésta, la acción del ser humano y de los pueblos, siempre ha existido; en el caso de nuestra América, desde mucho antes que Colón pisara estas tierras.
El marxismo es la Dialéctica de la Naturaleza. El marxismo es el Materialismo Dialéctico. El marxismo es el Materialismo Histórico. Y estas disciplinas teóricas ya existían desde mucho antes que Marx naciera y que escribiera “El Capital”, su obra cumbre.
Pero, igual, el marxismo es Economía Política. El marxismo es Socialismo Científico. El marxismo es Comunismo Científico. Es decir, el marxismo es un método que sirve para conocer e interpretar al mundo, pero, más que eso, para transformarlo.
Hidalgo fue marxista porque trabajó y luchó para transformar la vida de México con la Revolución de Independencia. Juárez fue marxista porque trabajó y luchó para transformar la vida de México con la Revolución de Reforma. Madero fue marxista porque trabajó y luchó por transformar la vida de México, con la revolución democrático burguesa antifeudal y antiimperialista estallada el 20 de noviembre de 1910. Lázaro Cárdenas fue marxista porque transformó la vida de México expropiando el petróleo e impulsando la reforma agraria y la educación popular. Ello no quiere decir que estos personajes de nuestra historia hubiesen leído al pie de la letra los textos de Carlos Marx o las obras que le antecedieron y fueron la plataforma de esta teoría, igual, práctica, liberadora.
No basta con decir que se es marxista para serlo. Eso se demuestra con la acción y en los hechos, soportados en la teoría y en un ideario. Lombardo Toledano decía con fina ironía y embriagante sarcasmo que hay quienes se dicen marxistas porque nacieron en Marzo.
Valga esta introducción, para señalar que lo que generó la escritura de estas ideas, fue la conferencia dictada hace días en Tepic, por la Doctora Rita María Buch Sánchez, cubana, quién trató el tema de José Martí, arguyendo, que el prócer no fue marxista.
Me parece aventurado el concepto. Soy de los que sostienen que José Martí, así como Hidalgo, Juárez, Madero y Lázaro Cárdenas, fue marxista, aun cuando nunca hubiese abierto un libro de Marx, menos conocerlo en persona o haber tenido alguna comunicación con él. Martí luchó y entregó toda su fructífera vida a la transformación de Cuba. Sus objetivos políticos se resumen en la construcción de la nación cubana, terminar el dominio español y evitar la expansión estadunidense. Esto último, comprueba su extraordinaria visión y gran sabiduría, virtud a que veía ya venir el fenómeno del imperialismo norteamericano, hoy, el gran peligro de la humanidad, responsable de los avatares y riesgos que acechan al planeta y a la especie humana.
Y dada la trascendencia de la Revolución cubana liderada por Fidel Castro, Martí es de los grandes constructores de la historia en los cinco continentes. Dos acontecimientos marcaron al mundo de hoy: la Revolución de Octubre en la Rusia zarista y la Revolución cubana iniciada el 26 de julio de 1953.
De ninguna manera es exagerado afirmar que con el asalto al Cuartel Moncada, comenzó no sólo la liberación económica y política del hemisferio occidental, sino, es un sobresaliente punto de arranque para la salvación del planeta y de la especie humana. Salvar al hombre y al planeta, es un problema político. Tiene que ver con las actuales estructuras del mundo. Mientras existan estas injustas estructuras dominadas por los poderosos, el planeta y la especie humana estarán en riesgo permanente, hasta de desaparecer.
Hay que recordar la respuesta de Fidel Castro, cuando afirmó que el autor intelectual del asalto al Cuartel Moncada, fue José Martí.
Esta es la argumentación para aquellos que afirman que José Martí no fue marxista. Si Martí fue el autor intelectual del Moncada como lo argumentó categóricamente Fidel, está presente en la historia de los días que corren, contribuyendo a la transformación permanente de nuestros pueblos y convertido en uno de los grandes guías de la humanidad, así como en un firme pilar que está defendiendo a la especie humana.
Conclusión: José Martí fue marxista, no por haber nacido en Marzo, sino porque sigue presente en la transformación de Cuba, de nuestra América, como él le llamo a este continente, pero, también, Martí está muy actualizado en la vertiginosa y acelerada transformación del mundo.
Blog del autor: http://miguelgonzalezibarra.wordpress.com/
Twitter: @MGonzalezIbarra
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