Diputados de bisutería
Oscar González Bonilla
15 de Febrero de 2025
El exdiputado panista Juan Antonio Echeagaray Becerra puso el dedo en la llaga: los diputados que integran la actual legislatura del Congreso del Estado de Nayarit no cumplen cabalmente la función pública para la que fueron electos democráticamente.
Echeagaray arguye razones de peso como el ausentismo, falta de debate, vacío ideológico, en una palabra, los diputados locales no contribuyen a elevar el bienestar económico y social de la población de Nayarit. La legislatura ni siquiera coadyuva al fundamental equilibrio del ejercicio del poder público.
Es decir, no hay entre los componentes de la legislatura actual debate de las ideas, que es función esencial del Congreso. Tampoco existen verdaderos tribunos, en ningún pliegue de los grupos parlamentarios se localizan, por tanto, la materia legislativa de poco sirve a toda la comunidad nayaritense.
El ciudadano común no halla reflejado en su bolsillo el trabajo de los diputados (la formulación de un marco jurídico justo para todos) por ello protesta, pero el reclamo se agiganta cuando sabe que los 30 legisladores se embolsan mes tras mes más de cien mil pesos, entre otras muchas prebendas. Están muy bien pagados. No sufren los estragos de la crisis económica para cubrir necesidades de consumo básicas, como sí la mayoría del millón de personas que habitamos Nayarit.
Pero además los diputados de todos los partidos se tiran a la güeva al no asistir cuando las sesiones, según su real saber y entender, están ayunas de temas de trascendencia. Se convierten así en verdaderos parásitos.
La curricula de los diputados no resiste el análisis, si bien pocos cumplen con algunos rigores académicos, muchos no están allí por lo que saben de políticas públicas, derecho constitucional, ciencias sociales o alguna otra disciplina que tenga que ver con el arte de gobernar. Están ahí, ellas y ellos, por sumisos, por cómplices, por cortesanos, pero sobre todo por dinero y por la impunidad que concede el ejercicio legislativo.
Hay quienes aseguran que por desgracia no están allí los más aptos ni mejor capacitados, más bien grillos de baja estofa, oportunistas y mediocres de superior acatamiento al ejecutivo estatal, sobre todo la mayoría morenista y algunos adherentes que nunca faltan.
Otros especialistas más en el tema piden que se voltee los ojos a nuestras universidades e institutos de investigación. Indagar sobre quién o quiénes han dedicado su vida a estudiar y plantear soluciones a los grandes problemas de nuestra entidad. Ni siquiera se les consulta eventualmente. Se desperdicia inteligencia, talento y conocimiento.
El conocidísimo periodista, opinador político de radio y televisión, Ricardo Rocha, plantea a propósito de diputados: “Por eso urge legislar sobre mínimas exigencias académicas y de experiencia para cargos de representación popular y de gobierno. Si todos ellos cobran de los impuestos que los ciudadanos pagamos, ya no es tolerable que sigan siendo el capricho, la complicidad y la abyección las “cualidades” más importantes para gobernar este país.
Mientras no pongamos un alto a la mediocridad y apostemos de una vez por todas a la inteligencia, seguiremos teniendo diputados ignorantes”.
Comentarios