El socialismo en Nayarit
Gregorio Miranda Navarrete (qepd)
21 de Diciembre de 2024
TESTIMONIO DE UN PROTAGONISTA
Es muy probable que una de las entidades federativas de México con mayor identificación con la filosofía socialista sea el estado de Nayarit.
También es muy probable que ante este comentario más de un nayaritense brinque de inmediato para afirmar lo contrario, eliminando cualquier intento por dar como válida tal hipótesis.
No es el estilo de quien esto escribe lanzar una idea como si fuera un dogma, es por eso que dedicaremos este espacio, como siempre, exponer los argumentos a consideración del lector y que sea éste quien tenga la última palabra.
¿Realmente la filosofía socialista ha tenido aceptación en Nayarit?
En lo personal, por mis propias vivencias, afirmo categóricamente que SÍ; pero por esta ocasión y ante lo importante del tema es más conveniente acudir a uno de los protagonistas principales durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX.
Me refiero, claro, al maestro ERNESTO RIVERA HERRERA.
Los que saben de la política en Nayarit de inmediato identifican al personaje; es muy probable que las opiniones respecto al maestro sean diferentes y hasta encontradas, pero de lo que no hay duda es de que él sabe y lo que diga lo sostiene con sólidos argumentos.
El profesor Ernesto fue dirigente del Partido Popular Socialista (PPS) en Nayarit y protagonista central en la época de auge de esa organización política.
Es momento, entonces, de conocer la vida y obra de nuestro invitado a estas líneas. Primero nos acercaremos a sus orígenes, a su formación profesional y a sus primeros contactos con los ideólogos del socialismo.
Ernesto Rivera Herrera nació en Tuxpan, Nayarit el 26 de febrero de 1930; su papá, Heliodoro (Sol Dorado) Rivera, originario de Escuinapa, Sinaloa emigró de aquellas tierras en busca de empleo y fue así como llegó a Nayarit en una época en que por esta entidad había trabajo en abundancia para los trabajadores agrícolas.
Doña Andrea Herrera, originaria de El Mogote (Hoy pueblo con el nombre de Vicente Guerrero), era una joven atractiva que pronto conoció en Rosamorada al que sería su esposo. El joven matrimonio se estableció en Tuxpan.
El maestro Ernesto hizo el primer grado de educación primaria en la escuela Antonio R. Laureles, de Tuxpan, de ahí pasó a la Emiliano Zapata (hoy primaria José María Morelos) donde terminó sus estudios de ese nivel.
Después de terminar la primaria trabajó un año como “becerrero”, es decir, fue ayudante de “ordeñador”.
Al siguiente año envió una solicitud de admisión a la Escuela Normal Rural de Xalisco, siendo aceptado y marcando su destino como luchador social identificado con las necesidades del pueblo mexicano.
En aquellos tiempos en la Normal de Xalisco se atendía a los alumnos que cursaban la secundaria y la formación de docentes. Ahí ingresó nuestro personaje el 14 de noviembre de |946.
Cuenta el maestro que entonces se cursaban tres grados de secundaria y tres de profesional; como el Estado Mexicano (la federación) era tutelar, al concluir los estudios todos los egresados tenían su plaza asegurada como profesores.
En la Normal Rural tuvo su primer contacto con una ideología nacionalista mexicana. Afirma nuestro personaje que desde la secundaria se les imbuía la sociabilidad, la convivencia, la coexistencia y a compartir tanto los trabajos diarios como el producto del mismo.
Se levantaban a las seis de la mañana, no había mujeres estudiantes; usaban uniforme y todos comían lo mismo.
Ese tipo de vida los hizo asimilar ideas de tipo social con trato fraternal.
Entre las materias que cursaban estaban Matemáticas, Español, Geografía de México, Civismo, Historia de México, Educación Física, Talleres, Educación Artística (Música, Danza) … Con estas asignaturas se pretendía formar a los maestros que impulsaran el desarrollo social y las aptitudes de los alumnos.
También recuerda que los estudiantes eran hijos de jornaleros, campesinos, del Ejército, de obreros, de profesores y uno que otro de clase media. En síntesis, la línea de la Normal respondía a la filosofía de la Revolución Mexicana.
El prestigio de la Normal de Xalisco fue tanto que llegó a tener más de mil alumnos procedentes de Nayarit y de otras entidades.
Entre los maestros que tuvo Ernesto Rivera Herrera recuerda, entre otros, a los siguientes: Juan Delgadillo Arreola, hombre bien definido en el campo de la enseñanza normalista; Alfredo González Vargas, maestro distinguido que luego fue director fundador de la Normal de Ciudad Guzmán, Jalisco; Luis Romero Parra, enterado de la Historia de México, a él le escuchó por primera vez el nombre de Vicente Lombardo Toledano en los inicios de la Juventud Popular, afiliada al Partido de la clase trabajadora.
Otros maestros de la Normal fueron Anselmo Alcántar, José María Lugo… todos ellos maestros de alto rango académico que se identificaron muy bien con los jóvenes, convirtiéndose en su ejemplo.
Con este bagaje inicial, el maestro Ernesto Rivera Herrera, al culminar sus estudios en la Normal fue asignado como profesor en el ejido de Minitas, municipio de Rosamorada. Esta población era un antiguo mineral de principios del siglo XX.
En Minitas tuvo una grata estancia, la gente era muy ligada a la escuela.
Corría el año de 1952, en México, en Nayarit, ocurrían cosas muy interesantes… Se estaba definiendo un nuevo modelo de Nación… El maestro Ernesto Rivera Herrera se incorporaba a la vida de la entidad…
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