Una incongruencia tener que pagar por una carta de residencia
Sergio Mejía Cano
19 de Diciembre de 2024
Entre varios vecinos de la colonia Centro de Tepic, a la que le quieren imponer el nombre de colonia, Gilberto Flores Muñoz, aparte del cambio del código postal, lo que significaría varios problemas en los documentos de los vecinos, se comenzó a correr el rumor de que ya se acerca el cambio de los comités de acción ciudadana, por lo que surgió la duda de quién sería el vecino o la vecina valiente que se aventara este trompo a la uña.
Hasta el día de hoy no se ha sabido de que algún vecino quiera entrarle debido a que con la actual mesa directiva se vio una imposición de la presidenta de la junta de vecinos, pues no hubo elecciones ni planillas postulantes; sin embargo, de pronto surgió el nombre de una maestra, la que en su momento dijo desconocer quién la había puesto como coordinadora o presidenta del comité del barrio, aduciendo además que por sus labores cotidianas no podía atender este asunto y menos por tener a su mamá enferma y tenerla que cuidar, por lo que no tendría tiempo de ocupar este encargo.
Así que, por esto, los mismos ciudadanos eligieron a otra presidenta de acción ciudadana, así como conformar su equipo con otros colaboradores dispuestos a trabajar en bien de la buena vecindad y solicitar los servicios del municipio en lo que hiciera falta.
Ahora que se dice que se aproxima el cambio de dirigencia no se ve que haya algún candidato o candidata para coordinar el nuevo comité. Como anteriormente ya se había oído decir a un vecino que le daban ganas de ocuparse del comité, al preguntarle si siempre sí se aventaría al cargo, respondió que, para nada, pues se había enterado de que para registrarse como candidato tenía que desembolsar determinada cantidad de dinero y, no nada más quien se postulara como presiente, sino que toda la planilla que conformara su equipo, por lo que se desanimó al igual de otras personas que le habían dicho que lo acompañarían en esta aventura.
Al ahondar en este asunto, la mayoría de los vecinos coincidieron que nadie con dos dedos de frente pagaría para ocupar un cargo que en sí, nada dejaría, pues sería como echarle dinero bueno al malo y además, lo único que se ganaría serían malas caras debido a que si con algunos vecinos quedaría bien, con otro saldría mal con algunas de las solicitudes de las necesidades del vecindario, aunque lo más seguro sería quedar mal con todos los vecinos, hasta con los familiares tanto propios como de los vecinos, así que mejor para qué.
Un vecino que ya fue presidente del comité de acción ciudadana y que trabajó muy bien, solicitando a cada rato que se limpiara la zona en las inmediaciones del enorme tinaco al norte de la estación del ferrocarril, comentó que se le hacía raro que ahora quisieran cobrar por registrarse en la planilla para el comité de acción ciudadana, pues jamás se había cobrado por esto, pues sería algo así como pagar para que te peguen o mínimo le llovieran mentadas en vez de aplausos, por lo que se le hizo más que incongruente esta medida que, quién sabe de dónde surgió esta idea tan negativa.
Sin embargo, el pasado día 17 del presente mes y año, en el portal de internet del periódico “Realidades”, aparece una nota de la redacción que indica claramente que había sido la actual administración del municipio de Tepic, quien pretendía cobrar para registrarse en las planillas para dichos comités, y que se pretendía cobrar 300 pesos no por registrarse, sino por el pago de una carta de residencia de quienes quisieran participar y, como por lo menos cada planilla se compondrían de 18 personas, pues sí que significaría un buen desembolso para los vecinos que, tal y como están las cosas actualmente en cuestión económica, mejor aprovechar el dinero en una necesidad familiar.
Pero, ¿qué más carta de residencia que el reconocimiento de los mismos vecinos? Ni modo que se eligiera a un desconocido o a un vecino de otra colonia distante; es obvio que la elección para estos comités de acción ciudadana se da entre los mismos vecinos, la mayoría con muchos años de serlo y convivir en el mismo barrio. Así que esta carta de residencia sería algo así como una carta de porte, salvoconducto, etcétera.
El hecho de obligar a los vecinos que para conformar un comité o junta de vecinos quien los represente tenga que poseer una carta de residencia, en sí se podría tomar como coartar la libre reunión de ciudadanos para, entre otras cosas, llamar la atención de las autoridades, de acuerdo con el artículo 9º de nuestra Constitución Política.
Sea pues. Vale.
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