Mis hermanos inmigrantes

Dejaron atrás su tierra, sus cosechas y lo más doloroso, dejaron su familia. Cruzaron la frontera y ahora son extranjeros... Ya trabajan y viven aquí, en esta nación tan grande y tan desconocida, rodeados de gente desconocida...

A esos héroes anónimos a los que llaman inmigrantes...

A esos que vinieron huyendo de la voracidad del hambre.

A los que huyen del terror y la intransigencia; peligrosos allí, anónimos aquí.

A los que dejaron atrás viejos recuerdos desgastados por la repetible historia.

A los que quieren olvidar que todavía existen calles silenciosas y viejas cárceles asesinas.

A los que llegaron y desearon encender las lámparas de un hogar instalado en la distancia.

A esos entrañables seres que, como niños, todavía poseen el don de la curiosidad.

A los que buscan. A los que tropiezan y se vuelven a levantar. A los que alguna vez han rozado la dormida sabiduría.

A la casa de mi infancia desde la que puedo contemplar sin incertidumbre las páginas en blanco de mi vida.

A los que me recuerdan que, todavía, queda un resquicio para la esperanza...

¡A mis amigos y hermanos inmigrantes dedico mis mejores pensamientos y mi esfuerzo!!!