A dónde van que más valgan
Sergio Mejía Cano
09 de Septiembre de 2024
Se informa que ayer domingo el Senado de la República comenzó el debate sobre la ya tan cacareada Reforma Judicial, y se dice también que existe la posibilidad de que esta se apruebe, pues si en un principio se dijo que el partido Movimiento de Renovación Moral (Morena) no contaba con la mayoría calificada en el Senado de la República por hacerle falta tres senadores para completar esa mayoría, dos senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que, por cierto, ya perdió su registro, nada más le faltaría a Morena un senador para completar dicha mayoría.
Sin embargo, ayer mismo el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, ha dicho que ya tienen esa mayoría debido a que son 85 senadores los que se requieren y no 86 como se había especulado, y Fernández Noroña da sus razones para afirmar que ya tienen esa mayoría calificada en el Senado.
Desde luego que no se hicieron esperar los señalamientos de denostación en contra de esos senadores ahora experredistas por haberse cambiado a Morena, pues hubo voces que los tacharon de traidores, incluso, hasta se subieron videos a las redes sociales en donde estos dos senadores, Araceli Saucedo Reyes, de Michoacán, y Jesús Gabino Herrera, de Tabasco, despotrican en contra de Morena; pero, ¿qué otra les quedaba a estos senadores si el PRD se había aliado con el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y tenían una línea a seguir?
Sin embargo, y a pesar de las denostaciones y de ser llamados traidores, estos senadores por el PRD y que se pasaron a Morena, en su exposición de motivos confirmaron algo muy contundente en sus razonamientos: que el PRD había nacido como un partido de izquierda apoyado por el pueblo y que, con su alianza con el PAN y el PRI, quienes eran en realidad los traidores eran los dirigentes del partido del Sol Azteca y no ellos que regresan a sus orígenes.
Y en cierta forma tienen razón Araceli Saucedo como Jesús Gabino Herrera, pues basta con recordar cómo, por qué y para qué nació el PRD; y si bien sus principales fundadores habían pertenecido al PRI, así como algunos más que pasaron a integrar sus filas, también es bueno recordar que entre sus principales militantes y de los que llegaron después, jamás habían pertenecido al PRI, sino al Partido Socialista Unificado de México (PESUM), partido al que muchos de ellos anteriormente habían pertenecido al Partico Comunista Mexicano (PCM), al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y otras asociaciones políticas que, la mayoría de las veces estuvieron en la clandestinidad y, desde luego, mexicanos críticos desde siempre del régimen priista y, después del fraude electoral de 1988, en contra del PRI y del PAN, partidos que claramente dese ese año bogaron juntos buscando su propio beneficio particular y partidista y nada para la Nación mexicana.
Así que estos senadores del desaparecido PRD no tenían más opción más que brincar a otro partido político debido a que por ser nada más dos senadores de un partido ya extinto y por lo mismo, no poder conformar una fracción parlamentaria debido a que, como señalan los conocedores en estos asuntos parlamentarios, se requieren cinco legisladores para poder conformar una fracción dentro de cualquiera de las dos Cámaras.
Se entiende que estos senadores que brincaron a Morena la tuvieron que pensar muy bien, pues de irse al PRI o al PAN, tal vez sopesaron lo que ya muchos analistas intuyen: que ya tienen vario tiempo haciendo agua estos partidos, por estar posiblemente ya próximos también a desaparecer y más por sus acciones en contra del pueblo que han demostrado últimamente, apoyando un Poder Judicial que está plenamente comprobado desde siempre ha actuado en contra de los bienes nacionales, en contra de una justicia pronta y expedita y ahora en contra de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; una Carta Magna que, por lo visto, algunos ministros, magistrados y varios jueces -no se generaliza- han hecho a un lado para hacer sus dictámenes de aplicar justicia y artículos constitucionales.
Y ni modo que le brincaran a Movimiento Ciudadano (MC), un partido político que se la ha pasado dando bandazos aquí, allá y acullá para ver si es chicle y pega. Así que estos senadores del difunto PRD la pensaron muy bien; y con otra: que no nada más sean los únicos que se pasen a Morena durante este sexenio, pues ahora muchos políticos están conscientes de que por lo menos los próximos años, Morena se fortalecerá.
Sea pues. Vale.
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